Gobierno de avanzada

Natalia Díaz natdiaquin@gmail.com | Jueves 09 mayo, 2019

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En las puertas de la reciente Cuarta Revolución Industrial, un Ministerio que debe reposicionarse es el de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones, ante la aceleración de las disrupciones tecnológicas; el auge de la robótica; la investigación y las plataformas cibernéticas, entre otros.

Este Ministerio es uno de los que cuentan con menor presupuesto en el gobierno central (0,08%), y en el entorno actual, considero que debe existir una mejor distribución, disminuyendo partidas de otros ministerios para derivarlas y reforzar las acciones en Ciencia y Tecnología.

Requerimos que nuestros jóvenes estén preparados para las exigencias del empleo del futuro, ante los resultados ineficientes del actual sistema educativo, a pesar de contar con los porcentajes de financiación entre los más altos del mundo, según la reciente publicada Memoria Anual de la Contraloría General de la República.

¿Por qué no impulsar más el "gobierno abierto", con sus procesos en línea para tramitología, ventas al Estado o recaudación tributaria así como consultas y rendición de cuentas transparentes y virtuales? De igual forma, por qué no promover alianzas con las llamadas empresas FINTECH (tecnologías financieras - por sus siglas en inglés), y otras innovaciones tecnológicas para diseñar políticas públicas que verdaderamente nos conduzcan a la sociedad de la información y del conocimiento de la cual anhelamos ser parte?

Lo anterior implicaría un decidido apoyo a las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC); y si bien reconozco los considerables esfuerzos del actual titular del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones para avanzar en la agenda de futuro, reitero la escasez de sus recursos presupuestados relativos a otros Ministerios y la escasa proyección que se le asigna.

No podemos aspirar a ser pioneros en esta materia sin políticas públicas definidas en el tema. Costa Rica tiene el recurso humano para convertirse en un centro regional de innovaciones y desarrollo de nuevas tecnologías para el resto de América Latina y el mundo, pero eso requiere visión y compromiso de quienes dirigen el país.

En el tema de las FINTECH por ejemplo, México es el país que cuenta con la legislación más avanzada y tanto Colombia y Chile están dando pasos significativos en la promoción de dichas actividades.

Las empresas FINTECH están revolucionando y democratizando el sistema financiero, permitiendo reducir los márgenes de intermediación financiera y la eficiencia operativa de estos servicios, en beneficio de deudores y ahorrantes; así como impactando favorablemente la inversión y el crecimiento económico.

Los pesados y lentos sistemas de información análogos sobre los que operan los bancos tradicionales, entre ellos, nuestros bancos estatales, están siendo amenazados por nuevas tecnologías digitales que permiten acceso virtual a plataformas que eliminan intermediarios y que permiten transacciones directas entre unidades deficitarias y superavitarias para que puedan ahorrar, obtener créditos o fondeo, realizar pagos, transferencias, seguros, asesoría financiera y muchos otros servicios.

Se trata de prever ese futuro, tener capacidad de respuesta, que no sea la tradicional mentalidad de la sobrerregulación o más impuestos la que se imponga y que nos siga dejando rezagados ante los desafiantes retos del nuevo mundo.