Boletín
N°210 - junio 2020
Reinfectados:
entre falsos negativos, baja inmunidad y coronavirus muertos
Tras curarse de la COVID-19, hay pacientes que vuelven a dar
positivo en la prueba PCR. Algunos investigadores apuntan a que el virus podría
haber perdido su capacidad de infección y que la prueba detecte solo restos de
su material genético, pero otros se inclinan más por falsos negativos previos o
una baja presencia de anticuerpos.
Laura Chaparro 22/6/2020 08:00 CEST
Es técnicamente posible que una PCR dé
positiva por la presencia de virus muerto. / Adobe Stock
Todo lo que rodea a este coronavirus sucede en un terreno de
arenas movedizas, donde escasean las certezas a las que agarrarse. Eso mismo
ocurre con los pacientes que, tras enfermar de COVID-19, ven esperanzados cómo
el test PCR que mide la presencia del virus da negativo. Sin
embargo, al cabo de un tiempo, esa misma prueba vuelve a ser positiva, lo que
significaría que, o bien el virus ha vuelto, o bien nunca se llegó a ir.
Hay investigadores que plantean una tercera hipótesis:
aunque la PCR dé positiva, el coronavirus SARS-CoV-2 puede haber perdido su capacidad infectiva y lo que revela la
prueba es su mera presencia, pero no tendría capacidad de transmitirse a otras
personas.
Es lo que mantiene un equipo de médicos de Corea del Sur
que, a finales de abril anunció en una
rueda de prensa que los 260 casos de pacientes que habían vuelto a dar
positivo podrían explicarse porque las pruebas detectan material genético (ARN)
del virus "muerto".
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Aunque la PCR de un paciente curado vuelva a dar positiva, el SARS-CoV-2
puede haber perdido su capacidad infectiva, según médicos coreanos; sin
embargo, su hipótesis no está demostrada
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Oh Myoung-don lidera el comité
clínico central para el control de enfermedades emergentes de ese país y fue
uno de los expertos que participó en el anuncio. El investigador explica a
SINC por qué, según ellos, podría ocurrir algo así.
"La PCR
está diseñada para detectar una parte específica del material genético del
virus, por lo tanto, aunque sea positiva, no indica si la parte del material
genético proviene del virus ‘vivo’ o muerto’ -matiza-. La prueba
puede detectar un segmento genético de la bacteria de la tuberculosis de una
momia egipcia, es decir, ¡el material genético aún permanece allí mil años
después de la muerte de la bacteria!"
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Este profesor de la facultad de Medicina de la Universidad
Nacional de Seúl mantiene que, por el momento, no tiene constancia de ningún
estudio que demuestre con claridad que haya restos de virus ‘vivo’ aislado en
una PCR positiva de un paciente que previamente se hubiera curado.
La hipótesis del falso positivo
Unas semanas después de esta rueda de prensa, los Centros de
Control y Prevención de Enfermedades de Corea del Sur (KCDC por sus siglas en
inglés) publicaron un informe tras analizar 285 casos de un total de 473 que
habían vuelto a dar positivo en el test.
El seguimiento de los
contactos de estos 285 casos (un total de 790 personas) reveló que la
mayoría no se había contagiado por la interacción con los pacientes durante
este nuevo período de infección. No obstante, el informe apunta a tres nuevas infecciones en estos
contactos, algo que las autoridades sanitarias achacan a posibles relaciones
con un grupo religioso o con otros casos contagiados de sus familias.
Para comprobar si el virus
conservaba su capacidad infectiva, los científicos realizaron cultivos celulares de muestras
respiratorias con coronavirus de personas que habían vuelto a dar positivo en
la PCR. Estos cultivos tuvieron un resultado negativo, lo que significaría
que el virus habría perdido su facultad de infección.
Los científicos consultados por SINC se muestran cautos
ante estos resultados y conclusiones. Sonia Zúñiga,
viróloga experta en coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología del
CSIC, mantiene que es pronto para saber si esta hipótesis es sólida.
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Algunos posibles pacientes reinfectados a
los que se refiere el informe de los KCDC sí contagiaron a sus contactos
-hubo tres nuevos casos-, lo que podría sugerir la presencia de virus
infectivo
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"Creo que actualmente no
hay datos suficientes para saber si eran falsos positivos, bien la primera
vez o bien las veces siguientes, o si en realidad el virus permaneció en algún
otro órgano del cuerpo y posteriormente reemergió", apunta a SINC. Además, la
viróloga subraya que algunos posibles pacientes reinfectados
a los que se refiere el informe de los KCDC sí contagiaron a sus contactos
-hubo tres nuevos casos-, lo que podría sugerir la presencia de virus
infectivo.
Por su parte, Kika Colom, profesora de Microbiología en la Universidad
Miguel Hernández y miembro de la Sociedad Española de Microbiología, coincide
en que no hay una única respuesta, puesto que la situación puede explicarse de
varias formas y, a día de hoy, ninguna está confirmada ni descartada.
Los falsos negativos
Al tratarse de un virus y una enfermedad que hace solo unos
meses no existían, los estudios científicos sobre esta cuestión no son
abundantes. En una carta
al editor de la revista Journal of Medical Virology -revisada por otros científicos antes de ser
publicada- Philippe Gautret y el
resto de autores describen casos de PCR positivas en pacientes dados de alta
después de dos test negativos consecutivos.
Los científicos plantean como explicaciones más plausibles
que se trate de falsos negativos, reactivación
del virus o una reinfección. Gautret, que es investigador en VITROME (Vectores,
Infecciones Tropicales y Mediterráneas en francés), explica a SINC que un falso
negativo de una PCR se puede demostrar analizando muestras tomadas de
diferentes zonas del organismo.
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Si se obtiene un resultado negativo de un paciente con sospecha de
COVID-19 y solo se recogieron muestras del tracto respiratorio superior, deben
tomarse muestras adicionales de las vías inferiores: tráquea, pulmón o
bronquio
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Por ejemplo, si la habitual muestra nasofaríngea (cuando se
introduce un bastoncillo hasta el fondo de la cavidad nasal) da negativa, se
puede analizar líquido del lavado broncoalveolar -un
procedimiento con el que se analizan muestras pulmonares-. Si da positivo,
estaremos ante un falso negativo.
De hecho, una investigación publicada por científicos de China en
la revista JAMA el 11 de marzo mostró cómo las tasas de PCR positiva variaron
según el tipo de muestra analizada. En 205 pacientes hospitalizados con
COVID-19, los médicos tomaron hisopos faríngeos hasta tres días después de su
ingreso. Además, en el transcurso de la enfermedad, recogieron flemas,
sangre, orina, heces, hisopos nasales, cepillado bronquial o líquido de
lavado broncoalveolar.
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Del total de las 1.070 muestras analizadas con RT-PCR -un tipo
de PCR-, las que obtuvieron tasas de resultados positivos más altas fueron el
líquido del lavado broncoalveolar (un 93 %), flemas
(72 %), hisopos nasales (63 %), cepillado bronquial (46 %), hisopos faríngeos (32 %), heces
(29 %), sangre (1 %) y orina (0 %).
En vista de estos resultados, los autores plantean que hacer
test de muestras tomadas de varias zonas
podría mejorar la sensibilidad y reducir
los falsos negativos. La propia Organización Mundial de la Salud recomienda que, si se obtiene un resultado negativo de un
paciente con un alto índice de sospecha de COVID-19 y solo se recogieron
muestras del tracto respiratorio superior (nariz, cavidad nasal, boca,
faringe o laringe), deben tomarse muestras adicionales, de las vías respiratorias inferiores si es posible (tráquea,
pulmón o bronquio).
Baja presencia de anticuerpos
"El sistema
inmunitario de las personas infectadas es el responsable de prevenir la progresión a una
enfermedad grave o la reinfección por
el mismo patógeno", indica a SINC María Montoya, investigadora del Centro de
Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CSIC) y miembro de la junta
directa de la Sociedad Española de Inmunología.
Otra posibilidad que barajan los investigadores para los
nuevos positivos es que la inmunidad
generada por el paciente no haya sido suficiente para hacer frente a un
nuevo contagio. "Podría ser que la inmunidad específica que había
desarrollado hacia el virus fuera muy escasa o de cortísima duración y, por
tanto, la persona vuelve a ser susceptible de padecer una nueva infección y
se puede haber vuelto a infectar", comenta a SINC Dolo Vidal, microbióloga de la Universidad de Castilla-La
Mancha.
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Otra posibilidad que barajan los investigadores para los nuevos positivos
es que la inmunidad generada por el paciente no haya sido suficiente para
hacer frente a un nuevo contagio
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De hecho, dar positivo en un test de anticuerpos podría no
garantizar protección contra el coronavirus. El primer estudio al respecto realizado en España apunta
que un 44 % de las personas que han sufrido la infección de manera leve o
asintomática tienen un nivel de anticuerpos muy bajo y con poca capacidad neutralizante. Por ello, los autores recomiendan
mantener las medidas de precaución para evitar nuevas exposiciones.
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¿Durante cuánto tiempo estaremos protegidos si hemos pasado la COVID-19?
Es la pregunta del millón y, hoy por hoy, sigue sin respuesta
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¿Durante cuánto tiempo estaremos protegidos si hemos
pasado la COVID-19? Es la pregunta del millón y, hoy por hoy, sigue sin
respuesta. "Todavía no sabemos qué tipo de inmunidad se requiere para estar
protegido frente a la infección de SARS-CoV-2 ni su duración", recalca
Montoya.
También podría ocurrir que el organismo haya sido capaz de
eliminar al virus en algunos puntos pero siga presente en otras zonas. Según la inmunóloga, en esos casos -que
suelen producirse en las fases más avanzadas de la enfermedad, cuando el
virus se replica en áreas como los pulmones- la detección de ARN viral en una
muestra de la faringe puede no corresponderse con lo que está ocurriendo
realmente en otros órganos del paciente.
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Restos de virus ‘muertos’
En cuanto a la posibilidad barajada por los científicos
coreanos de que la PCR diera positiva por la presencia de material genético de
virus "muerto", es decir, sin capacidad infectiva, los expertos confirman que técnicamente
es posible.
"La técnica RT-qPCR -un tipo de
PCR- es tan sensible que es capaz de detectar incluso fragmentos de genomas
virales residuales que no necesariamente sean viables", asegura a SINC Santiago Elena,
virólogo en el Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio) del
CSIC-UV.
Según el científico, una vez que el virus está "muerto", con
el genoma incompleto, completamente troceado o la cápside
desestructurada, sus fragmentos podrían persistir un tiempo e ir desapareciendo
poco a poco.
"De hecho, una persona curada, cuyo sistema inmunitario haya
controlado ya la infección y el virus no tenga posibilidad de reproducirse,
puede seguir eliminando restos de virus
inactivados o residuales, probablemente sin riesgo de contagio, pero
detectables por PCR", señala a SINC Víctor
Jiménez Cid, catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de
Madrid.
Para asegurarse de que el
coronavirus ha perdido su capacidad infectiva se puede realizar un cultivo en laboratorio con una
muestra del paciente, como el que realizaron los científicos coreanos. Así se
comprueba si el virus es capaz de infectar a las células y replicarse.
"En el caso de un virus emergente, sin vacuna ni
tratamiento y potencialmente letal, el cultivo debería realizarse al menos en
un nivel de seguridad BSL-3, que no está al alcance de la
mayoría de los servicios de microbiología clínica de los hospitales, sino en
grandes centros de investigación o instalaciones especiales", alega a SINC Magdalena Martínez Cañamero, microbióloga de la
Universidad de Jaén.
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Es técnicamente posible que una PCR dé positiva por la presencia de
virus muerto. Para asegurarse habría que hacer un cultivo, que no se puede
realizar de forma masiva; se necesita un laboratorio de alto nivel de
bioseguridad
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Los expertos descartan que este tipo de cultivos puedan realizarse
de forma masiva, por lo que apuestan por comprobar antes los demás supuestos: repetir la prueba, verificar que se ha
realizado correctamente, tomar muestras de diferentes partes del organismo,
medir el nivel de anticuerpos
generados y aislar al paciente como
medida de precaución, haciendo un seguimiento riguroso de sus contactos.
Ante la falta de estudios concluyentes en este campo, los
científicos piden más investigación. Hasta entonces, seguirán cercando al virus
en un terreno de arenas movedizas.
¿Cuándo hablamos de reinfección?
Los microbiólogos recalcan que es importante saber en qué casos estamos ante
una reinfección propiamente dicha. Según Dolo Vidal, una reinfección
debe cumplir estas premisas: que antes haya
habido una infección demostrada (por test
de anticuerpos o por PCR) y que ahora exista de nuevo un cuadro clínico compatible con los síntomas de la infección,
con detección del mismo virus a través de una segunda
PCR.
Por tanto, si una persona sufre solamente una recaída en los síntomas después
de un periodo de aparente curación, no se trataría de una reinfección sino de
una reincidencia de la misma infección primaria, como recuerda Kika Colom.
"Hay personas que mantienen carga viral durante periodos de tiempo más largos.
El virus no termina de marcharse y puede haber recrudecimiento
de síntomas que parecen una nueva infección", describe Colom.
Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons