Boletín
N°210 - junio 2020
Comienza el desarrollo de una vacuna argentina
contra el nuevo coronavirus
Posted by agenciacyta | Jun
22, 2020 | Ciencia,
Destacadas, Salud
El proyecto de
científicos de la UNSAM y del CONICET está en etapa preclínica y apunta a crear
formulaciones inyectables o aplicables por vía oral.
(Agencia CyTA-Fundación Leloir)-. Científicos argentinos
están avanzando hacia el desarrollo de vacunas orales e inyectables contra el
nuevo coronavirus (SARS-CoV-2).
"Para independizarse y tener soberanía, la mayoría de los
países desarrollados y medianamente desarrollados se han lanzado al desarrollo
de su propia vacuna contra SARS-CoV-2. Nosotros también nos hemos sumado",
afirmó a la Agencia CyTA-Leloir Juliana Cassataro, jefa de laboratorio en el Instituto de
Investigaciones Biotecnológicas Dr. Rodolfo Ugalde (IIB), que depende de la UNSAM
y del CONICET.
Cassataro lidera un equipo
interdisciplinario formado por inmunólogos, virólogos y expertos en estructura
de proteínas entre los que se encuentran Karina Pasquevich,
Lorena Coria, Diego Álvarez, Claudia Filomatori,
Eliana Castro y Lucía Chemes, también del IIB.
Con un subsidio de la Unidad Covid-19, compuesta por el
Ministerio de Ciencia, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el
Desarrollo Tecnológicony el CONICET, están
desarrollando vacunas basadas en la producción de proteínas o regiones de
proteínas presentes en la superficie de SARS-CoV-2 que son clave para que ese
patógeno se una al receptor ACE2 de las células de los pulmones y otros órganos
y comiencen así el proceso de infección.
La idea es que las vacunas a desarrollar consistan en
proteínas puras del nuevo coronavirus que, al ingresar al organismo, no
infecten las células, pero sean reconocidas por el sistema inmunológico para
que genere anticuerpos, los cuales podrían defender a la persona a futuro
en caso de que se encuentre con el virus real.
"Utilizaremos tecnología innovadora para aplicar distintas
formulaciones no solo inyectables sino también por vía oral, ya que, al no
requerir personal adiestrado para su aplicación, en el caso de una pandemia
como esta sería de gran utilidad", afirmó Cassataro, especialista
en inmunología, enfermedades infecciosas y desarrollo de vacunas.
Y agregó: "Prestaremos especial atención a que las
formulaciones desarrolladas representen a los antígenos (moléculas que generan
una respuesta inmunitaria) de las cepas de SARS-CoV-2 que están circulando en
nuestra región".
Etapa preclínica
Los investigadores ya produjeron las proteínas recombinantes
para usarlas como antígenos y adyuvantes (sustancias que potencian la respuesta
inmune) en las formulaciones de vacuna y comenzaron a estudiar cuál de ellas es
la más efectiva para inducir una respuesta inmune contra el nuevo coronavirus.
Una vez demostrada la seguridad y eficacia de las vacunas en
la fase preclínica en un plazo de 6 a 9 meses, será importante conseguir mayor
financiación y asociarse con otros sectores del Estado Nacional y/o empresas
farmacéuticas que puedan realizar los ensayos clínicos.
Si bien durante este corto tiempo, en todo el mundo decenas
de laboratorios se lanzaron a realizar estudios preclínicos de vacunas contra
COVID-19 utilizando distintas estrategias "es posible que esas vacunas no
induzcan buena respuesta inmune o desarrollen efectos adversos incompatibles
con su uso", señaló Cassataro, Premio Houssay 2017 en
la categoría Ciencias de la Salud por sus avances en el desarrollo de vacunas
orales.
Y continuó: "Otra cuestión es que, aunque esas vacunas
funcionen, no está claro si utilizando esa tecnología sea posible llegar a
producir y distribuir la cantidad de dosis necesaria para todos los países que
la necesiten. Por eso es importante que el Estado Nacional haya decidido
financiar este proyecto y nos permita contribuir desde la ciencia al control de
esta pandemia".
Juliana Cassataro (izq.) e integrantes del laboratorio que lidera
en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas Dr. Rodolfo Ugalde (IIB),
que depende de la UNSAM y del CONICET.