Boletín
Nº 202 - octubre 2019
04/11/19
Chile: Comunidad científica
participa en nueva agenda social
El pasado 25
de octubre, más de un millón 200 mil personas protestaron pacíficamente en la Plaza
Baquedano, en Santiago de Chile, pidiendo menos desigualdad y más equidad
social. Crédito de la imagen: Cortesía de Loreto Valenzuela para SciDev.Net.
De un vistazo
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Científicos hacen "mea culpa" y reconocen que
tienen responsabilidad en convulsa situación social
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Por agitación social y falta de seguridad
gobierno canceló reuniones de la APEC y COP25
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Investigadores concuerdan en necesidad de
encontrar vías para aportar mejor a desarrollo del país
Por: Lorena
Guzmán Hormazábal
Mientras que internamente en Chile existe consenso sobre la
necesidad de un nuevo pacto social para disminuir la desigualdad e inequidad
que ha dado lugar a un estallido
social sin precedentes, los científicos chilenos hacen un mea culpa por lo que dejaron de hacer:
una ciencia que sirva a la gente, y se ponen a disposición del país para
comenzar a trabajar.
Las protestas que se iniciaron el 7 de octubre pasado con el
alza de casi 4 por ciento en las tarifas del metro de Santiago ya llevan más de
dos semanas sin que el país pueda retornar a la normalidad, y una de las muchas
consecuencias ha sido la cancelación de la cumbre de la APEC y de la COP25, que iban a
realizarse en Santiago.
Uno de los focos que tenía la APEC era la pesca
ilegal y la contaminación
de los mares. Entre otras medidas, trabajadas previamente, se había
decidido generar una guía de instrumentos existentes en las economías de la
APEC que monitorean, evalúan y controlan las fuentes terrestres de residuos que
contribuyen a los desechos marinos. Por ello el trabajo no está perdido. La
próxima cita será en 2020 y se desarrollará en Malasia.
De otro lado, la COP 25 se realizará en Madrid, en la fecha original, del 2 al 13
de diciembre, anunció el 31 de octubre Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva
de Cambio Climático de la ONU. Además, confirmó que la presidencia de la cita
seguirá a cargo de Chile.
En cuanto al papel de la ciencia en la crisis interna,
Leopoldo Soto, físico de la Comisión Chilena de Energía Nuclear y secretario
general de la Sociedad Chilena de Física, dice a SciDev.Net que "de alguna manera, los mismos científicos hemos contribuido
al modelo de desarrollo económico (neoliberal) que hoy la sociedad chilena pone
en entredicho".
Cuadro
de datos
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"Tenemos que pensar cómo reformar el vínculo
con la política. Es muy difícil producir un diálogo basado en evidencia que
efectivamente contribuya con las políticas públicas".
María Luisa Méndez -
Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social.
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"Dada la forma en que se asignan los fondos, hemos tenido que
volvernos emprendedores o microempresarios para administrar nuestros proyectos
de investigación, y con ello hemos trabajado de la misma forma que genera
desigualdad en el resto de las actividades del país", asegura.
Para María Luisa Méndez, académica del Instituto de Estudios
Urbanos y Territoriales de la Universidad Católica e investigadora del Centro
de Estudios de Conflicto y Cohesión Social, existe una asimetría entre el financiamiento
a las llamadas ciencias duras con respecto al de las ciencias sociales y
humanidades, algo que, en su opinión "se debería corregir".
"Existe investigación de punta en desigualdad,
estratificación social, segregación urbana, territorio y conflicto. Tenemos una
masa crítica de investigadores en estas áreas pero no
se les da el espacio suficiente", agrega.
Sin embargo, hay consenso en la necesidad de que la ciencia
encuentre vías para aportar directamente al desarrollo del país. "Una forma es
participando más directamente de la formación académica de los futuros
profesores, pero también de ingenieros, agrónomos, y otras profesiones", opina
Cecilia Hidalgo, premio Nacional de Ciencias y presidenta de la Academia Chilena de
Ciencias.
"Hay un compromiso con el país que no había antes, por lo
menos no tan masivo, y no solo de las ciencias más duras, sino también de las
ciencias sociales y humanidades", reconoce.
Un ejemplo de esta disposición es la alta participación de
científicos que han tenido las reuniones de la Comisión Futuro del Senado de
Chile, que ya lleva dos citas desde el estallido de la crisis. Allí, los
participantes están trabajando una hoja de ruta para cristalizar el aporte de
la ciencia a la sociedad y, entre otras iniciativas, debaten la posibilidad de
constituir un consejo científico, transversal y con participación de distintas
generaciones y especialidades de mujeres y hombres de ciencia. Otra forma que
los científicos han encontrado para demostrar su preocupación por el país es
mediante declaraciones de distintos centros de investigación, haciendo público
su rechazo al estado de emergencia que decretó el gobierno —y que permitió,
durante una semana, implantar toques de queda nocturnos y tener a la fuerza
militar custodiando las ciudades— y los apremios ilegítimos contra civiles que
esta situación generó.
Entre esas declaraciones destaca una carta, publicada originalmente por científicos chilenos que
estudian en el extranjero, y que a la fecha tiene más de cuatro mil firmas de
investigadores y académicos de todas partes del mundo.
"Estamos trabajando 24/7 para levantar los temas de la nueva
agenda que la sociedad está estableciendo a través de cabildos abiertos y de
otros mecanismos por definir. Pensando en cómo desde la academia podemos ayudar
a generar los mecanismos de escucha de la participación social, con nuevos
instrumentos técnicos y aportando con capacidades", señala a SciDev.Net Héctor Carvacho,
académico de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica.
Además de ponerse al servicio de la sociedad, la ciencia
tiene otra gran tarea. "Tenemos que pensar cómo reformar el vínculo con la política.
Es muy difícil producir un diálogo basado en evidencia que efectivamente
contribuya con las políticas públicas", precisa María Luisa Méndez.
Parte de ese trabajo debe partir por casa, agrega Leopoldo
Soto. "Como comunidad científica tenemos que repensar las formas de
relacionarnos internamente, pero también hacia afuera", opina. Pero por sobre todo, la ciencia tiene que aprender a escuchar.
"Tenemos que volver a hacer ciencia para el bien público", termina.