Boletín
Nº 200 - agosto 2019
Lluís Brotons, investigador del CREAF
"Los incendios son un síntoma de
la aceleración de la deforestación en la periferia amazónica"
Las
llamas en la Amazonia han puesto el foco de la comunidad internacional en una
de las consecuencias más devastadoras del cambio climático: los incendios. El
biólogo Lluís Brotons advierte de que no es un caso
aislado y achaca gran parte de la responsabilidad a la deforestación. Más allá
de la cuenca amazónica, el científico alerta de la aparición de focos en zonas
sin apenas registro de incendios como Groenlandia.
Laura Chaparro | | 28 agosto 2019
10:41
Lluís Brotons,
investigador del CREAF / CREAF
Los peores
pronósticos se están cumpliendo. El aumento de las temperaturas en la superficie de la
Tierra debido al incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero supone
el caldo de cultivo perfecto para la aparición de grandes incendios. Aunque se
trata solo de una parte de la ecuación. Lluís Brotons, investigador del CSIC en el Centro de
Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) -y asociado al Centro
de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña y al Instituto Catalán de
Ornitología-, alerta de que la deforestación en la Amazonia y en otras regiones
del mundo está echando gasolina a las llamas.
"Si
aceleramos la destrucción de zonas forestales como la Amazonia será casi
imposible que cumplamos los ya difíciles compromisos del Tratado de París para intentar quedarnos en un aumento de
temperaturas que solo sea del 2ºC", pronostica. Y eso no es todo. Las llamas
están llegando a zonas hasta ahora inhóspitas como Groenlandia, lo que podría acelerar los procesos de
cambio climático en esas regiones. "Nos vamos a tener que acostumbrar a que
en verano tengamos, en un sitio u otro del planeta, noticias sobre
incendios", se lamenta Brotons.
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"Estos
incendios son un síntoma de una aceleración en el proceso de pérdida de
zonas forestales en áreas periféricas"
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Los datos de la NASA muestran que en 2019 ha aumentado el
número de incendios y su intensidad en la Amazonia brasileña. La agencia
estadounidense lo relaciona más con el desbroce de tierras que con las sequías.
¿Cuáles serían las posibles causas?
La NASA ha preanalizado una
información de satélite sobre los puntos de calor activos y, a partir de ahí,
ha habido una explosión de información. Está claro que lo que está pasando este
año es especialmente grave. Hasta hace poco, el proceso de desbroce, de pérdida
de zonas forestales en la Amazonia, estaba muy acelerado. Sin embargo, en los
últimos diez años, casi se había parado de golpe y lo que hemos tenido en 2019
es una especie de incremento. Parece claro que estos incendios son un síntoma
de una aceleración en el proceso de pérdida de zonas forestales en áreas
periféricas donde se está produciendo este desbroce, no en la selva amazónica
virgen del interior. Seguramente, están relacionados con la transformación a
zona agrícola, en algunos lugares, que se escapan del control de los
agricultores o ganaderos que los producen en años menos lluviosos. Este año
está siendo más seco de lo normal. Y, de hecho, no solo pasa en Brasil; sucede
en otras zonas de Sudamérica, como en Bolivia, incluso en Colombia y Venezuela.
¿Cómo influye esta
pérdida de masa arbórea en la aparición del fuego?
Con el desbroce en la periferia de las zonas forestales,
donde los árboles se cortan, hay una quema y esa área forestal pasa a ser
ganadera o agrícola. Pero las áreas que ya son ganaderas, de semisabana, también sufren incendios en esta época seca. En
algunas fotos podemos analizar la información de lo que está pasando en África
y es algo muy parecido. En años un poco más secos, los dos procesos se retroalimentan.
Seguramente en Brasil, en la zona alrededor de la zona tropical, lo que ocurre
es que se ha acelerado la deforestación. Parte de lo que está sucediendo ahora
también ocurrió en Sudamérica y en Indonesia, en la zona tropical, en 2016. Por
tanto, son distintos procesos que interaccionan entre ellos. No los conocemos
con exactitud, pero nos dan pistas sobre lo que está pasando.
Estos incendios han coincidido con la
celebración de la cumbre del G7 en Biarritz (Francia), donde se ha acordado
crear un fondo de 20 millones de euros para ayudar a los países que combaten
los focos y se plantea una iniciativa a largo plazo que proteja la selva. ¿Qué
le parece la iniciativa?
Cuadro de datos
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"Todas las zonas de selva tropical
virgen que perdemos no las vamos a poder restaurar en centenares de
años"
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Muy buena,
sobre todo, la del largo plazo. Siempre ayudará tener un poco más de dinero
para apagar algunos fuegos, aunque los que están teniendo lugar ahora mismo
en Sudamérica son de una escala y una magnitud que no creo que con 20
millones se vaya a hacer demasiado. El eco en la prensa y la respuesta
política va a ser importante porque parecía que, en los últimos años, se
habían controlado los picos de deforestación de la Amazonia. Tener un
compromiso de este tipo, sobre todo del gobierno brasileño y de los países
más industrializados del mundo, me parece muy buena noticia. Los problemas
políticos y la situación de Brasil no eran demasiado halagüeños para
continuar con este decrecimiento en la pérdida de zonas forestales.
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Más allá de Brasil,
¿qué consecuencias tiene para el planeta que arda la Amazonia?
Es la región más rica en biodiversidad del planeta, junto
con algunas áreas marinas de corales. Es el pulmón verde del mundo, una zona
que, si la perdemos, no podremos reponer ni restaurar fácilmente. Es una
prioridad de conservación y de regulación climática a escala mundial. Si
aceleramos la destrucción de zonas forestales como la Amazonia será casi
imposible que cumplamos los ya difíciles compromisos del Tratado de París. Si
no controlamos las emisiones y, además, destruimos una parte importante de los
sumideros y del pulmón del planeta vamos a tener muchos problemas. Vamos a
acelerar procesos climáticos a los que nos estamos viendo sometidos.
¿Cuánto tiempo pueden
tardar en recuperarse las áreas quemadas?
Es difícil hacer una previsión así, pero las zonas de sabana
si son principalmente herbáceas se recuperan de una manera bastante rápida. Sin
embargo, las que están relacionadas con el proceso de pérdida de jungla o de
selva tropical afecta a largo plazo. Ahí no hay una recuperación fácil de los
sistemas tropicales. Todas las zonas de selva tropical virgen que perdemos no las
vamos a poder restaurar en centenares de años. Estos procesos no son tan
rápidos. Por eso es tan importante frenar la deforestación de las zonas
tropicales.
Lluís Brotons durante una
entrevista / CREAF
Volviendo a España,
en el caso de los incendios de Gran Canaria de hace solo unos días, ¿por qué
han sido tan virulentos?
No es el primer gran incendio que ha afectado a Gran Canaria
ni a España en los últimos años, ni va a ser el último. Es obvio que ha sido un
incendio muy intenso, con una orografía muy especial en la isla y, por lo
tanto, es fácil que en condiciones ambientales y de sequía concretas de alto
riesgo los incendios tengan un comportamiento que está fuera de las capacidades
de extinción de los bomberos. Pero la explicación es, de nuevo, más compleja.
¿Por qué tenemos estas acumulaciones de masa forestal en los bosques? Es una
cuestión relacionada con el abandono rural en estas zonas y con una tendencia
muy generalizada al aumento de esta combinación explosiva de factores: días con
alto viento, temperaturas que se van incrementando y, algo que no es tan
tangible, como son estas sequías que se van acumulando y que van afectando al
territorio, a la vegetación.
Lo que aumenta el
riesgo de incendios.
Sí, cada vez
tenemos más riesgo y, en algunas zonas, más vegetación que se puede quemar. Por
eso tenemos que planificar el territorio mirando hacia el futuro, por ejemplo,
favoreciendo cambios de especies en algunas zonas. En algunos puntos de
Canarias, o incluso el año pasado en EE UU, el sistema de extinción estaba
sobrepasado porque estaba atendiendo las necesidades de la gente y no al
comportamiento del fuego. Las llamas estaban afectando a zonas a las que,
seguramente, no tendrían que haber llegado si se hubiera disminuido el riesgo
porque se hubiera planificado bien, y me refiero a la situación de segundas
residencias o incluso de poblaciones donde ha ido madurando el bosque y no se
ha tenido en cuenta el riesgo que eso comportaba.
¿Qué papel tiene el
cambio climático en todos estos incendios?
Es clave. Las estadísticas nos muestran que las
condiciones relacionadas tanto con la sequía por un lado y, por otro lado, el
hecho de que las temperaturas sean muy altas en un sitio determinado, están
aumentando de una manera muy importante. Hay muchísimos más días cada verano
donde las condiciones para que haya incendios se están incrementando.
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Cuadro de datos
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"Los incendios son una cuestión relacionada con el abandono
rural en estas zonas"
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Y ya no ocurre solo en el Mediterráneo; algunas de las zonas
donde no había habido unos riesgos climáticos aparentes, empiezan a tener
problemas. Ha pasado en muchas partes de Europa, el norte ha empezado a tener
incendios muy grandes. Este año los incendios de Siberia han sido más grandes de
lo que se conocía hasta ahora. Pero es que, además, este año ha habido
incendios en Groenlandia donde casi no se tenía ningún registro de fuego.
En el caso de los incendios en Siberia y Alaska, ¿son fruto del aumento de
las temperaturas?
Sí en el
caso de Siberia y Alaska, porque son zonas de bosques boreales que están
tradicionalmente afectadas por incendios, aunque su frecuencia es muy baja. En
algunos casos, de centenares de años. En algunas zonas del Ártico que están por
encima de la línea de los árboles, zonas de tundra, de matorral ártico, donde
no hay árboles o en la zona de Groenlandia estos incendios son algo muy nuevo
porque son regiones en las que en verano existe disponibilidad de agua y es muy
difícil que lleguen a niveles de sequedad que puedan ser pasto del fuego. Sin
embargo, este año ha empezado a haber incendios de entidad en Groenlandia, de
centenares de hectáreas. Es preocupante porque podría acelerar otros procesos,
por ejemplo, de emisión de carbono en estas zonas que no se habían tenido en
cuenta en los modelos de predicción climática. La aceleración relacionada con
el fuego podría acelerar procesos de cambio climático en esta parte del
planeta.
Cuadro de datos
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"Este año ha empezado a haber
incendios de entidad en Groenlandia, de centenares de hectáreas"
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¿Qué panorama nos
espera en los próximos años?
Muy
positivo no va a ser porque si las proyecciones de cambio climático se
cumplen y lo que tenemos delante es que no solo se están cumpliendo
sino que se están acelerando, nos vamos a tener que acostumbrar a que en
verano tengamos, en un sitio u otro del planeta, noticias sobre incendios.
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Hay que tomarse muy en serio lo que nos está pasando con la
crisis, no solo climática, sino ambiental global. Por otro lado, tenemos que
plantear muy seriamente los procesos de adaptación. No debemos preocuparnos de
los incendios solo cuando están a punto de aparecer, sino qué vamos a hacer los
próximos 30 o 40 años.
Si hiciéramos bien
las cosas, ¿cómo podríamos prevenir este tipo de incendios?
En algunas zonas concretas la acumulación de vegetación está
relacionada con el abandono rural y con los cambios socioeconómicos que ha
habido en el territorio en los últimos 50 o 60 años. Por lo tanto, la vuelta al
uso de estos recursos que ahora están abandonados seguramente reduciría la
presión y el riesgo de incendios en muchas áreas. Aunque sea una solución
parcial, es parte de la solución en la que se puede ser proactivo. Intervenir
en las condiciones climáticas o de sequía de la vegetación es muy difícil. Sin
embargo, planificar el territorio incorporando estos riesgos y, en algunas
zonas concretas, ligarlos a una economía más local o volver a una economía más
sostenible desde el punto de vista del reordenamiento territorial sería una de
las soluciones.
Zona geográfica:
España
Fuente: SINC
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