Boletín
Nº 195 - marzo 2019
25/03/19
Ciencia y educación en Nicaragua,
en agonía
Crédito de la imagen: Universidad
Centroamericana.
De un vistazo
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Miles de
estudiantes y científicos han abandonado Nicaragua a raíz de la crisis social y
política
•
Desde 2018
se han cancelado colaboraciones y encuentros académicos
•
Piden que
la comunidad científica mundial apoye a científicos exiliados
Por: Aleida
Rueda
La crisis política y
social que ha golpeado a Nicaragua durante el último año ha llevado a que miles
de estudiantes y científicos hayan salido del país, lo que coloca a la educación
y a la ciencia nicaragüenses en un momento crítico.
Aun sin cifras oficiales pero motivado por esta
preocupación, un grupo de científicos que conforman la Interamerican
Network of Academies of Sciences
(IANAS) propuso a la revista Science visibilizar esta situación y el resultado se puede
leer en el editorial de la publicación de marzo.
"Hay muchos problemas sociales y políticos en Nicaragua pero nos interesaba visibilizar y denunciar el
impacto a largo plazo que traerá para la educación y la investigación
científica", comenta a SciDev.Net Jeremy N. McNeil, profesor distinguido de la
Universidad Western Ontario, en Canadá, y uno de los científicos de IANAS que
apoyó la publicación del editorial.
En abril de 2018, una nueva ley sobre reformas al seguro
social propició protestas sociales, muchas de las cuales fueron protagonizadas
por jóvenes estudiantes, lo que desató represalias violentas y detenciones
arbitrarias por parte del gobierno.
De acuerdo con el informe de junio de 2018, de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, "la acción represiva del Estado ha producido más de 300
personas muertas, 1.337 personas heridas y 507 personas privadas de la libertad
registradas hasta el 6 de junio de 2018, y cientos de personas en situación de
riesgo tras ser víctimas de ataques, hostigamiento, amenazas y otras formas de
intimidación".
Cuadro
de datos
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"Hay muchos problemas sociales y políticos
en Nicaragua pero nos interesaba visibilizar y denunciar
el impacto a largo plazo que traerá para la educación y la investigación
científica".
Jeremy N. McNeil, Universidad
Western Ontario
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Esto ha traído como consecuencia una ausencia de libertad de
expresión en muchas universidades así como una disminución importante de
estudiantes y académicos en las principales universidades del país.
"Solo la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua
(UNAN), la más grande del país, con una población de 40.000 estudiantes, ha
reportado que ha perdido 25 por ciento de su matrícula. Mientras que la
Universidad Centroamericana (UCA) ha perdido 2.000 estudiantes", dice a Scidev.Net, Jorge Huete,
biotecnólogo nicaragüense y vicepresidente de la UCA.
Huete, uno de los autores del editorial
de Science,
señala que por la crisis política y social, prácticamente todas las
universidades nicaragüenses tuvieron que cerrar entre 4 y 6 meses, incluidas
las privadas, que han perdido 50 por ciento de su población, que es de un total
de 20.000. "Todas las universidades cerraron, la situación más dramática fue la
Universidad Centroamericana, que cerró por 10 meses", dice Huete.
Aunque el gobierno ha dado la orden de reabrir estas
instituciones, muchas de ellas viven la agonía de buscar estudiantes,
profesores y financiamiento para mantenerse a flote.
Para la ciencia, la falta de inestabilidad social y política
también ha sido perjudicial. Varios encuentros internacionales que sucederían en
Nicaragua en 2018, como el Congreso de Biotecnología o el Congreso de la
Sociedad Interamericana de Biología Tropical y Conservación, fueron pospuestos
o trasladados a otros países como Panamá.
De acuerdo con McNeil, las consecuencias para la ciencia serán
devastadoras. "Los profesionales de mejor nivel académico son los que
tendrán más oportunidades de encontrar trabajos o colaboraciones en otros
países. Lo cual dejará a Nicaragua sin sus académicos más capacitados. Creo que
eso tendrá un impacto grave en el desarrollo científico y económico del país",
dice McNeil.
Con el editorial publicado en Science, los investigadores
involucrados esperan que la comunidad científica global se involucre.
"Yo
esperaría, por un lado, que la gente apoye a los científicos que están en el
exilio. Y, por otro, que se involucre en la búsqueda de una solución a este
problema. Y que una vez que termine esta crisis, apoyen a Nicaragua para re
establecer los sistemas educativo y científico, que han quedado totalmente
destruidos", afirma Huete.
McNeil lamentó: "Como comunidad científica global
podríamos movilizarnos y exigir al gobierno que haga algo, pero eso puede
resultar contraproducente para la misma población", debido al riesgo de
sufrir represiones. Por eso, dijo, "necesitamos visibilizarlo. Y en eso sí
podemos contribuir todos".
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