Boletín
Nº 193 - enero 2019
28/01/19
Brasil: proponen modelo para
producir etanol sin deforestar
Cosechadora mecanizada para cortar tallos secos de caña
de azúcar. Crédito de la imagen: Panos.
De un vistazo
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Subproductos
de caña de azúcar para etanol servirían para alimentar nutritivamente al ganado
·
Ello
requeriría adaptar sistema usado por productores de etanol de maíz y ganado de
los EE.UU.
·
Pero
también se requieren estrategias para recuperar áreas ya deforestadas
Por: Rodrigo
de Oliveira Andrade
[SÃO PAULO] Si Brasil integra el cultivo de caña de azúcar
para etanol con la alimentación del ganado bovino
en las mismas tierras de producción, contribuiría a satisfacer las demandas
mundiales de alimentación
y combustible sostenible sin aumentar la deforestación ni promover ninguna otra
forma de cambio
en el uso de la tierra, sostiene un estudio.
Para ello necesitaría adaptar un sistema adoptado por los
productores de etanol
de maíz y ganado en los Estados Unidos, el productor más grande del mundo
de ambos productos.
Según el estudio, basado en simulaciones computacionales,
Brasil podría invertir en adaptar sus molinos de etanol para transformar los
subproductos de la caña de azúcar —como el bagazo, el fermento y la melaza— en
alimento apto y altamente nutritivo para el ganado, evitando la deforestación
de áreas boscosas u otras tierras sensibles para convertirlas en pasturas.
Los investigadores sugieren que incluir esos subproductos en
la dieta del ganado permitiría aumentar sus tasas de población y estabilizar la
producción de carne incluso durante la estación seca, cuando la escasez de
forrajes permite alimentar solo unas cuantas cabezas.
Además, los forrajes obtenidos de la caña de azúcar tendrían
mayor contenido energético y proteico, lo que proporciona un aumento de peso
promedio diario de los animales y una disminución del ciclo de producción
ganadera comparado con los sistemas de engorde en base a pasturas, afirman los
investigadores.
Cuadro de datos
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"Al
usar los subproductos del etanol como alimento forrajero, los sectores de
etanol y carne vacuna no competirían por materia prima".
Narie Rinke
Dias de Souza, Escuela de Agricultura de la
Universidad Estatal de Campinas.
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Las simulaciones mostraron que la integración es
económicamente viable en Brasil, ya que el país tiene aproximadamente 64,7
millones de hectáreas disponibles para producir caña de azúcar y 37,2 millones
de hectáreas para expandir sus pastizales
actuales sin comprometer la vegetación nativa ni las áreas de bosques.
Desde una perspectiva ambiental, los
investigadores verificaron que las emisiones totales de CO2 de la
planta de etanol
serían 40,3 por ciento más bajas en el modelo integrado comparado con el
tradicional.
El etanol
brasileño es una alternativa limpia frente a los combustibles fósiles:
alrededor de 27 millones de autos, el 73 por ciento del total de la flota del
país, usa gasolina o etanol. Sin embargo, la expansión del cultivo de la caña
de azúcar es frecuentemente culpada de ser una de las principales responsables
de la deforestación de la selva tropical amazónica.
"El modelo de integración entre la producción de etanol de
maíz y ganado usado en los Estados Unidos podría adaptarse a las condiciones
brasileñas y aplicarse a sus cadenas de producción de etanol de caña y ganado,
aumentando la producción del combustible sin ampliar la frontera agrícola",
asegura a SciDev.Net Narie Rinke Dias
de Souza, ingeniera agrícola de la Escuela de Agricultura de la Universidad
Estatal de Campinas y autora principal del
estudio publicado en la revista Biomass and Bioenergy.
"Le permitiría al país satisfacer muchos de sus compromisos
con el Acuerdo
de París, que incluyen la disminución del 43 por ciento de sus emisiones de
gases de efecto invernadero para 2030, y añadir 45 por ciento de combustibles
renovables a sus matrices energéticas, además de disminuir la deforestación
ilegal", añade.
Souza explica que los subproductos de etanol de maíz están
siendo usados como alimento del ganado en la región conocida como cinturón del
maíz, en el noreste de los Estados Unidos, desde la década del 2000, cuando el
país comenzó a producir etanol. "Eso ha permitido a los productores aumentar su
producción de manera eficiente sin degradar el medio ambiente", precisa.
Corte de tallos secos de caña de azúcar
con cosechadora mecanizada.
Crédito: Panos.
Ese modelo usa una misma área de tierra con doble propósito:
cultivar maíz para la producción de etanol y criar ganado alimentado con los
residuos de esa producción. Los principales beneficios observados en los
Estados Unidos según algunos estudios son la rotación de los cultivos de grano,
mejoramiento de la estructura y fertilidad del suelo, control de malezas,
interrupción de los ciclos de insectos y enfermedades, y disponibilidad de
alimentos de alta calidad para el ganado.
"Al usar los subproductos del etanol como alimento
forrajero, los sectores de etanol y carne vacuna no competirían por materia prima",
asegura Souza a SciDev.Net.
Brasil es el principal productor de caña de azúcar y de
azúcar del mundo, y el segundo mayor productor de etanol. En 2017, el cultivo
de caña de azúcar en Brasil se expandió aproximadamente en 8,7 millones de
hectáreas, generando una producción de 633,3 millones de toneladas. La
producción de azúcar llegó a 37,9 millones de toneladas y la producción de
etanol a 27,8 mil millones de litros.
El país también tiene el segundo hato ganadero más grande
del mundo, con 213,8 millones de cabezas. Además
produjo alrededor de 9,3 millones de toneladas de carne vacuna en 2016.
Marcos Buckeridge, botánico del
Instituto de Biociencias de la Universidad de São Paulo,
dice que la propuesta del estudio es válida y que la adaptación del modelo
podría funcionar en Brasil, ayudando al país a equilibrar uno de sus
principales trípodes de desarrollo: la producción agrícola, la
producción ganadera y la conservación
medioambiental.
No obstante, resalta que "debe estudiarse cuidadosamente
para ser introducido correctamente en el país". Cree que ese sistema integrado
podría adaptarse mejor en la zona occidental-central de Brasil, donde se
concentra la producción ganadera.
"En regiones como el estado de São Paulo, a pesar de ser
responsable de la mayor parte de la producción brasileña de caña de azúcar,
sería más interesante promover estrategias dirigidas a recuperar las áreas deforestadas,
ya que los bosques pueden reparar 18 veces más CO2 que la caña",
señala a SciDev.Net.
Para Suani Coelho, ingeniera
química del Instituto de Energía y Ambiente de la Universidad de São Paulo, la
opción propuesta en el estudio presenta algunos desafíos para su aplicación en
Brasil.
"Los residuos de la caña, como la paja
y el bagazo, ya son usados para muchas cosas en el país, entre ellas, la
producción del llamado etanol de segunda generación", explica a SciDev.Net. La fabricación de este
etanol, llamado 2G, es —incluso— más respetuoso del medio ambiente que el
etanol de primera generación.
"Además,
algunos estudios agronómicos verificaron que debe dejarse en promedio en el
campo 50 a 60 por ciento de la paja —el tallo seco de la caña de azúcar— para
proteger el suelo. No hay tanta cantidad de residuos para todo", subraya.