Boletín
Nº 193 - enero 2019
Ciencia contra los incendios
forestales
Por Pablo Miranda Ramírez
Guadalajara, Jalisco. 22 de
enero de 2019 (Agencia Informativa Conacyt).- La materia forestal, como pastos, hojarasca o ramas,
puede ser un detonante para los incendios en bosques o áreas verdes. Por ello,
entender la composición de ese potencial combustible puede ser una opción para
conocer más sobre el comportamiento del fuego y así emprender estrategias para
poder controlarlo durante los incendios forestales.
Para entender el comportamiento del fuego, científicos del
Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, en colaboración
con investigadores de otras instituciones, como la Universidad de Guadalajara,
buscan conocer las características de los distintos materiales que alimentan
las llamas y cómo estos influyen en la evolución de los incendios forestales.
"Los combustibles forestales son elementos muy importantes
para poder hacer un manejo adecuado de los incendios o el fuego. Si entendemos
los incendios como un evento de fuego no controlado sin planificación o control
de las consecuencias, podemos contrastarlo con fuegos planificados", explica
Diego Pérez Salicrup, del Instituto de
Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM).
El doctor Diego
Pérez estudia la ecología del fuego, y fue quien encabezó este estudio sobre la
composición de camas de combustible.Con
este proyecto de investigación, Caracterización y clasificación de combustibles
para generar y validar modelos de combustibles forestales para México, se buscó
observar la composición de diferentes tipos de biomasas combustibles en varios
estados del país; no obstante, también se tomaron en cuenta otras condiciones
forestales, como temperatura o humedad.
Modelos de combustibles
El doctor Pérez Salicrup señala
que con base en el análisis de las características de los combustibles se
pueden elaborar modelos para conocer los alcances de incendios. Sin embargo,
los modelos conocidos solo eran aplicables a ciertos ecosistemas, por lo que
era necesario contar con unos adecuados a las características de los bosques
mexicanos.
"Esos modelos de combustible son la agrupación de unos
cuantos modelos con los que se puede predecir cómo, dada la topografía o
factores como la humedad relativa, velocidad del viento u otros, sería el
comportamiento del fuego, y en función de eso planificar actividades
encaminadas a la supresión".
Esta investigación contempló analizar y realizar una serie
de actividades que incluían la organización de quemas forestales controladas en
varias partes del país, pero también se evaluaron episodios en los que se
presentaron incendios forestales espontáneos y no planificados.
"Pudimos monitorear en ambientes que, literalmente, se
estaban quemando como parte de un experimento para conocer cómo se comportaban
aspectos como el viento, la humedad relativa, la altura de la llama y sus
variables, cómo era la carga de combustibles y así pudimos elaborar una buena
caracterización del ambiente del fuego".
Además, a través de este proyecto, financiado por el Fondo
Sectorial de la Comisión Nacional Forestal (Conafor)
y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), también se
recopiló información de profesionales forestales quienes compartieron sus
experiencias y consejos en el combate a fuego en bosques y áreas verdes.
Con toda la información recopilada se podrán elaborar guías
y manuales de usuario para conocer de qué manera el manejo y distribución de
combustible puede ser útil contra el fuego, pero también serán datos que
podrían usarse para realizar quemas controladas en predios o áreas dedicadas a
la producción agrícola o ganadera.