Boletín
Nº 189 - agosto 2018
15/08/18
Comercio de aletas pone en riesgo
a tiburones de Brasil
Las aletas de tiburón son muy cotizadas y
están llevando a la extinción de muchas especies. Crédito de la imagen: Panos
De un vistazo
•
Un kilo de
aletas de tiburón puede costar hasta US$1.000 en mercados internacionales
•
Pero
herramienta genética permite rastrear pesca y comercio ilegal de tiburones
amenazados
•
Extinción
de tiburones afectaría ecosistemas marinos y comprometería cadena alimenticia
Por: Rodrigo
de Oliveira Andrade
[SÃO PAULO] Usando
una herramienta genética conocida como código de barra del ADN, un equipo de
investigadores brasileños pudo rastrear delitos potenciales cometidos contra
especies de tiburón amenazadas a lo largo de la costa de São Paulo, y
contribuir a detener su extinción.
La pesca de tiburones
está prohibida en Brasil, lo que no impide que continúe surtiendo el mercado
clandestino de las regiones costeras del país, sobre todo por las aletas, cuyo
valor en el mercado internacional puede llegar a US$1.000 el kilo.
Con el fin de eludir
a los funcionarios encargados de hacer cumplir la prohibición, los pescadores
generalmente capturan al tiburón, le cortan las aletas y otras partes de
interés comercial, y lo arrojan con vida al agua. Como ya no pueden nadar,
agonizan hasta que mueren.
Eso hace más difícil
aún identificar y estimar si las especies protegidas son capturadas y
comercializadas. En los supermercados éstas son vendidas en forma de pequeños
filetes.
La técnica descrita
en un estudio publicado en la
revista Fisheries Researchpermite distinguir las diferentes
especies basándose solamente en segmentos cortos de aproximadamente 650 pares
de bases del genoma mitocondrial del tiburón.
"El
código de barras del ADN asegura la precisión en la identificación de las especies,
siendo por lo tanto un método eficiente de identificación de tiburones, incluso
si el animal carece de un carácter distintivo".
Blanca Sousa Range, Instituto de Biociencias,
Universidad de São Paulo
Para probar el
método, los investigadores analizaron muestras de tiburón recolectadas entre
2015 y 2016 de los botes pesqueros que usan redes de arrastre de fondo y de los
mercados de distribución de pescados situados a lo largo de la costa de São
Paulo.
El ADN extraído lo
compararon con las secuencias disponibles en la base de datos del Barcode of Life Online Database
y en el GenBank, base de
datos de información de secuencias de ADN y aminoácidos del Centro Nacional
para la Información Biotecnológica de los Estados Unidos.
De esta manera
lograron identificar rasgos morfológicos y relacionarnos a tres especies de
tiburones: Squatina guggenheim,
Squatina occulta y Pseudobatoshorkelii.
Las tres están
catalogadas como especies en peligro de extinción en la Lista Roja de Especies
Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
(IUCN), un inventario global sobre el estado de conservación de especies y subespecies de
plantas y animales.
La captura, transporte, almacenamiento, manipulación,
procesamiento y comercio de estas especies de tiburón —que
actualmente ya presentan una drástica disminución de su población— están
prohibidas en Brasil desde 2012.
Los
autores proponen que este método sea usado por las autoridades locales para que
los pescadores que capturan y comercializan las especies amenazadas sean
sancionados, aunque sea con posterioridad a la captura de la especie.
Crédito: Panos.
"Los tiburones están
siendo excesivamente pescados en el sudeste de Brasil, a pesar de las leyes que
prohíben esta práctica y de las denuncias de los investigadores y
ambientalistas", confirma a SciDev.Net Bruno Ferrette, biólogo del Instituto de Biociencias
de la Universidad Estatal de São Paulo y uno de los autores del estudio.
Explica que los
tiburones son muy sensibles a la sobrepesca porque crecen lentamente, llegar a
la madurez sexual les toma mucho tiempo y tienen pocas crías.
Además, el
aniquilamiento de las poblaciones de este pez puede causar estragos en los
ecosistemas que habitan y sus consecuencias podrían extenderse a los lugareños
que dependen de la biodiversidad marina como fuente de ingreso y
alimento.
Un estudio publicado en la
revista PlosOne en 2013 estimó que alrededor
de 100 millones de tiburones son capturados y matados por los seres humanos
cada año, lo que representa aproximadamente el 8 por ciento de todos los
tiburones.
Al eliminar su
principal depredador, sus presas pueden florecer y comprometer toda la cadena
alimenticia, afectando la comida marina que consumen los humanos, resaltó ese
estudio.
Renata Guimarães
Moreira, bióloga del Instituto de Biociencias de la
Universidad de São Paulo, señala que los hallazgos son preocupantes,
especialmente porque esas especies de tiburones están amenazadas con la
extinción.
"La situación es aún
peor en países en desarrollo como Mozambique e India, donde la carne de tiburón
es vendida comúnmente sin identificación adecuada", comenta Moreira a SciDev.Net.
De esta manera, los pescadores comercializan especies amenazadas como si no lo
fueran.
Guimarães indica que en los supermercados brasileños, por ejemplo, todos los
tiburones son vendidos como "cação",
nombre popular para cualquier pez de esqueleto cartilaginoso, incluidos los tiburones.
"Los consumidores no
entienden que el cação se refiere a una amplia
subclase de peces, independientemente de su tamaño o especie", explica la
bióloga, que no participó del estudio.
"Este etiquetado
intencionalmente incorrecto compromete los esfuerzos de disminuir el consumo de
tiburón o de promover el consumo de especies no amenazadas", complementa.
Para
Blanca Sousa Range, bióloga que también trabaja en el
Instituto de Biociencias de la Universidad de São
Paulo, y que tampoco participó del estudio, "el código de barras del ADN
asegura la precisión en la identificación de las especies, siendo por lo tanto
un método eficiente de identificación de tiburones, incluso si el animal carece
de un carácter distintivo".