Boletín
Nº 189 - agosto 2018
13/08/18
En Argentina llueve glifosato
El glifosato es muy usado en el cultivo
de soja, especialmente transgénica. Crédito de la imagen: Wikimedia
De un vistazo
·
Investigación
halló altos porcentajes de dos agroquímicos en agua de lluvia de región
pampeana
·
En algunos
lugares la detección de glifosato y atrazina llegó al
cien por ciento
·
Su
presencia en agua y ambiente se asocia a riesgos pero
efectos reales no se conocen aún
Por: Martín
De Ambrosio
[BUENOS AIRES] En la zona pampeana -principal región
productiva argentina- las lluvias contienen los agroquímicos glifosato y atrazina hasta en un 80 por ciento, según una investigación
de la Universidad de La Plata (provincia de Buenos Aires).
Estos agroquímicos
están presentes incluso en ciudades alejadas de los lugares donde se vierten
directamente estos productos, reveló el estudio publicado en Science of the total environment basándose en 112 muestras tomadas durante casi
dos años en pueblos y ciudades de cuatro provincias.
"Que el
glifosato y la atrazina estén en la lluvia suma un
factor de exposición más al ambiente y al ser humano que no se estaba
considerando".
Lucas Alonso, Centro de
Investigaciones del Medio Ambiente
"La movilidad de los plaguicidas posaplicación
existe. Entre los pueblos que recorrimos existía la inquietud respecto de qué
sucedía si luego de la fumigación llovía y si los químicos podían ser
arrastrados. En algunos lados circulaba el mito de que cuando el glifosato toca
el suelo desaparece, algo que demostramos es falso", señaló a SciDev.Net Lucas
Alonso, investigador del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIMA) y uno de los
autores del estudio.
Su detección en algunos lugares, como Ituzaingó
(Córdoba), llegó al 100 por ciento mientras que en la ciudad de La Plata apenas
rozó el límite de cuantificación. Ambos agroquímicos son muy usados en la agricultura en todo
el mundo, a pesar de sus potenciales riesgos para la salud demostrados en
diversos estudios [1].
"Que el glifosato y la atrazina
estén en la lluvia suma un factor de exposición más al ambiente y al ser
humano que no se estaba considerando. Y como son compuestos no naturales tienen
impactos asociados a su mayor o menor potencia tóxica y se usan pese a que no
sabemos cuáles son sus efectos", agregó Alonso.
El glifosato se comercializa en Argentina, como en muchos
otros lugares del mundo, bajo el nombre de Roundup,
patentado por Monsanto. SciDev.Net solicitó un comentario a esta multinacional
respecto a los hallazgos de ese agroquímico en el agua de lluvia, pero sin
recibir ninguna respuesta.
Roundup está en el ojo de la
tormenta desde que el pasado 10 de agosto un jurado de San Francisco, Estados
Unidos, ordenó a Monsanto pagar una indemnización de más de US$289 millones a
un ex jardinero de una escuela que adujo haber contraído cáncer tras haber
usado dicho herbicida durante varios años en sus fumigaciones.
Crédito: Wikimedia.
Para el biólogo Enrique Rodríguez, profesor asociado de la
Universidad de Buenos Aires e investigador principal del Conicet, "el trabajo
demuestra que los dos herbicidas más utilizados en Argentina (glifosato y atrazina) son sustancias contaminantes
ampliamente diseminadas en los ambientes agrícolas, con un altísimo porcentaje
de detección en agua
de lluvia, lo que favorece mucho su dispersión hacia los ambientes aledaños a
las áreas de cultivo".
Rodríguez, que ha investigado cómo perjudican ambas
sustancias a los crustáceos, añade que "las concentraciones, sobre todo de
glifosato, que se han detectado están en el mismo orden de magnitud que las
concentraciones que nosotros caracterizamos como crónicamente perjudiciales
para la reproducción de estos animales".
Mientras tanto, Brasil y Argentina, los dos principales
productores de soja
transgénica -cuyo insumo clave es el glifosato- de la región, tienen leyes
para prohibir el herbicida en distintos estados de avance parlamentario.
En el caso de Argentina, el proyecto de ley para prohibir su
uso en todo el territorio nacional se encuentra en la Cámara de Senadores desde
marzo de este año para su trabajo en tres comisiones, aunque es probable que no
prospere y que corra la misma suerte que proyectos similares anteriores. No
obstante, en doce
ciudades del país ya está prohibido.
"Y eso que
el glifosato no es el compuesto más tóxico: detrás de él se esconden más de 300
sustancias aún peores", concluyó Alonso. El próximo paso de su equipo será,
precisamente, medir la presencia de esas otras sustancias tóxicas en el agua de
lluvia de la región.