Boletín Nº 178 - Septiembre
2017
El pulgón amarillo, la plaga que
no conoce fronteras
En 2013, de
las 322 mil personas que viajaron desde la frontera de México con destino a
Estados Unidos, 60 % no tenía papeles que acreditaran su estancia legal.
Paradójicamente,
ese mismo año, en el mundo de la naturaleza comenzó un suceso opuesto. Un
pequeño invasor, que llega a medir dos milímetros, emprendió su propia
migración hacia México a través de esa frontera donde miles buscan ir hacia el
norte.
De forma silenciosa, el pulgón amarillo del sorgo
migró para quedarse y expandirse por todo el país, causando pérdidas
millonarias.
Por Janet Cacelín
Ciudad de México. 6 de septiembre de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Jaime podía cruzar de un país a otro cuando
era niño. Entre juegos se sumergía nadando en las aguas del río Bravo, como le
dicen en México, y llegaba a territorio estadounidense, donde ese mismo cauce
es conocido como río Grande. Proveniente de una familia de agricultores,
ayudaba a cuidar los cultivos de algodón. Eran los años cincuenta y vivía a
escasos metros del puente fronterizo en el norte de Tamaulipas.
Pulgón
amarillo del sorgo [Melanaphis sacchari
(Zehntner)].
Foto:K-State Research and
Extension. Licencia Creative Commons CC BY 2.0.
Años después, además
del algodón, la familia de Jaime comenzó a sembrar también sorgo y maíz en los
municipios de Matamoros y Río Bravo. Acompañaba a su papá al rancho y utilizaba
un pequeño camión para transportar las cosechas. Observaba el avance de los
riegos y verificaba que los campos estuvieran libres de plagas.
Ya como productor, y
luego de formar una sociedad con sus hermanos para trabajar la tierra, Jaime
cruzaba constantemente hacia Estados Unidos en busca de herramienta, maquinaria
y suministros.
Sin embargo, después
del atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001 todo cambió. Según relata
Jaime, las revisiones, la vigilancia y los requisitos para cruzar la frontera
hacia Estados Unidos se volvieron meticulosamente estrictos.
Tan solo doce años
después de este rotundo cambio, en 2013, se registraron 322 mil eventos de
personas que viajaron desde la frontera de México con destino a Estados Unidos,
de estos, 60 por ciento no tenía papeles que acreditaran su estancia legal en
el país del norte, según se detalla en la Encuesta sobre
Migración en la Frontera Norte de México.
Planta con pulgón amarillo.
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Paradójicamente, ese
mismo año, en el mundo de la naturaleza comenzó un suceso inverso. Un pequeño
invasor, que apenas llega a medir dos milímetros, emprendió su propia
migración hacia México a través de esa frontera donde miles buscan ir hacia
el norte. De forma silenciosa pero permanente, el pulgón amarillo del sorgo
migró para quedarse y expandirse por todo el país.
La primera vez que Jaime Sánchez Ruelas, ese
niño que nadaba en el río Bravo y que actualmente es un productor de sorgo en
el norte de Tamaulipas, vio un pulgón amarillo, fue en 2013, cuando los
productores e investigadores comenzaron a emitir alertas por la presencia de
pequeños animales parecidos al pulgón verde, con el que han lidiado por años.
Sin embargo, este era amarillo, más resistente y agresivo con los cultivos.
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"Yo no conocía el
pulgón amarillo. Las primeras veces, para lograr identificarlo, lo busqué con
algunas fotos que nos dieron los investigadores. Lo encontré en los sorgos
voluntarios que nacen en las carreteras. Así fue como lo identifiqué y lo
conocí", relató Jaime en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt.
La experiencia que se
tuvo en ese ciclo intermedio de cultivo fue de pérdidas casi totales, entre
agricultores que tienen como producto principal el sorgo. Alrededor de 30 o 35
mil hectáreas se vieron dañadas por este invasor que logró cruzar la frontera
sin que nadie lo advirtiera.
Este es el pulgón amarillo y así
cruzó por la frontera
Aunque es capaz de
causar daños incalculables, el pulgón amarillo del sorgo [Melanaphis
sacchari (Zehntner)], que
pertenece a la familia de los áfidos, mide tan solo
entre 1.1 y dos milímetros. En general, es de color amarillo, aunque puede
variar a café oscuro, marrón y rosa. Sus antenas son cortas, de color oscuro y
comúnmente se le encuentra por debajo de las hojas, según se detalla en la ficha técnica expedida por la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Cuando recién llega al
cultivo, puede encontrarse en pequeños grupos de adultos, pero tiempo después
comienzan a observarse las crías, llamadas ninfas, que son más pequeñas y de
color verde pálido. En poco tiempo estos pulgones cubren toda la cara inferior
de la hoja.
Cada uno de los
pulgones es capaz de crecer exponencialmente y producir hasta 80 crías en dos a
tres semanas debido a su característica asexual, y algunos de ellos desarrollan
alas y se dispersan aprovechando las corrientes del viento. Así es como se cree
que logró pasar la frontera hacia México.
El pulgón infecta los
cultivos porque la savia de la planta es su principal alimento. Sin embargo,
esta pérdida de savia hace que disminuya la cantidad de nutrientes que los
cultivos utilizan para crecer, lo que ocasiona que se tenga un pobre llenado de
grano y se reduzca su rendimiento.
Esta especie es tan
solo una de los 260 áfidos no nativos que han llegado
al norte de América y que representa una de las mayores amenazas para la
biodiversidad y la agricultura.
Se estima que en todo
el mundo cerca de medio millón de organismos se han establecido fuera de su
ámbito histórico. En Estados Unidos hay más de 50 mil plantas y animales no
nativos que han causado pérdidas económicas de casi 120 mil millones de dólares
por año.
De acuerdo con la investigación titulada Adventive Aphids (Hemiptera: Aphididae) of America north of Mexico, publicada por la
Sociedad Entomológica de Washington, el pulgón amarillo, originario de África y
Asia, se registró por primera vez en el estado de Florida en 1977, y Luisiana
en 1999, solo en cultivos de la caña de azúcar.
Sin embargo, en 2013
las autoridades sanitarias de Estados Unidos notificaron la presencia de una
nueva plaga de áfidos que estaban dañando cultivos de
sorgo en varios condados de Texas, que meses después se extendió a Luisiana,
Oklahoma y un condado en Misisipi. Luego, la plaga llegó a tres estados de
México.
"Los investigadores
del campo experimental de Texas nos dijeron que el problema estaba muy fuerte.
Me preocupó porque el sorgo es un cultivo que no tiene muchos problemas, y
generalmente las plagas son graduales pero este pulgón era tan agresivo que de
un día para otro se multiplicaba sustancialmente", relató Jaime.
Los daños provocados fueron severos y
las pérdidas se estimaron entre 30 y 100 por ciento
Estados donde
se encuentra presente la plaga.
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Para finales de 2015,
el pulgón amarillo ya habitaba en cultivos de 400 condados repartidos en 17
estados de Estados Unidos y estaba presente en todas las regiones productoras
de sorgo en México, según documentó el estudioSugarcane Aphid (Hemiptera: Aphididae):
A New Pest on
Sorghum in North America,
publicado en Journal of Integrated
Pest Management de la Universidad de Oxford en 2016.
Los estados de
México donde se encuentra presente esta plaga son Coahuila, Guanajuato,
Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí,
Sinaloa, Veracruz y Tamaulipas.
En Guanajuato, en
2015 esta plaga afectó la producción de sorgo tanto en riego como en
temporal, reduciendo la producción hasta en un 100 por ciento en los sitios
donde no se atendió el problema.
Actualmente, tanto en México
como en Estados Unidos esta invasión se encuentra en calidad de plaga que
hasta ahora solo ha sido posible contener, no erradicar.
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Un pequeño insecto, responsable de
millonarias pérdidas en EE. UU. y México
El peligro que
representa la plaga del pulgón amarillo para la economía de ambos países es
crucial. Tan solo Estados Unidos es considerado el productor de sorgo número
uno en el mundo y posee, según datos de 2015, 2.8 millones de hectáreas
plantadas cada año.
Además, uno de los
principales estados productores de sorgo es Texas, que limita con la frontera
norte de México, y tiene cultivos con una extensión de 1.09 millones de
hectáreas con un valor económico estimado de 742.7 millones de dólares, según
datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas
en inglés).
Sin embargo, la industria del sorgo considera
este insecto una seria amenaza, debido a su rápido crecimiento poblacional y su
capacidad de dispersión, por lo que se ha convertido en la plaga más importante
del sorgo desde su detección en 2013, según detalla la Universidad de Texas
A&M, en un estudio titulado Economic Impact of the Sugarcane Aphid on Lower Rio Grande Valley Sorghum Production.
Planta de sorgo dañada por
pulgón amarillo.
Del otro lado de la
frontera, México también ha logrado posicionar su producción. Sin embargo,
aunque es el segundo mayor productor de sorgo en el mundo, según estimaciones
de Sagarpa, para el ciclo que comprende octubre de
2016 a septiembre de 2017, se espera una producción nacional de 5.2 millones de
toneladas, es decir, 6.6 por ciento menos con respecto al ciclo pasado, luego
de que se documentaron afectaciones ocasionadas por el pulgón
amarillo.
Tamaulipas, donde comenzó la plaga del pulgón
en 2013, es el principal productor de sorgo en el país con una participación de
40.2 por ciento, lo cual representa un volumen de dos millones de toneladas. En
segundo lugar, se encuentra Guanajuato con 15.9 por ciento de participación y
le sigue Sinaloa con una participación de 13.3 por ciento del total.
Un problema que unió a dos países
Para la comunidad científica, tanto en México como en el estado de
Texas, la plaga del pulgón representó una preocupación muy grande, porque
este insecto se reproduce de forma asexual, es decir, que las hembras tienen
crías sin necesidad de un macho, por lo que su propagación es muy rápida.
Los daños que provocó este pequeño insecto en ese ciclo ocasionaron
que tanto investigadores mexicanos como estadounidenses comenzaran a
compartir ideas, porque, al ser una plaga nueva en ambos territorios,
desconocían su ecología y forma de control, según relata Luis Ángel Rodríguez
del Bosque, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), en la región del río Bravo.
"Empezamos a revisar literatura de otros países, tanto donde se
originó este pulgón, como en otros donde se propagó como Nicaragua y
Venezuela. Al mismo tiempo, comenzamos a hacer investigaciones a muy corto
plazo sobre todo para el control químico, porque urgía una respuesta al
productor. Yo soy un entomólogo del área de control biológico; sin embargo,
sé que no hay otra forma más efectiva a corto plazo", señaló.
A inicios de 2014, él y otros investigadores del INIFAP emitieron una
lista de 25 insecticidas efectivos contra el pulgón amarillo, que fue
difundida entre los productores para que pudieran estar preparados para el siguiente
ciclo. Gracias a eso no perdieron sus cosechas, pero algunos que no aplicaron
las medidas tuvieron pérdidas de hasta 70 por ciento.
Además, trabajaron en otras áreas porque con
solo un control químico pueden presentarse problemas de resistencia. Se
enfocaron en estudiar la tolerancia varietal, es decir, híbridos del sorgo
que toleren el daño, y han logrado encontrar cuatro o cinco.
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Planta de sorgo
sin plaga. Foto: Bob Nichols/Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
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"Afortunadamente el
pulgón ha ido a la baja en los últimos dos años, ya el productor está muy
confiado en saber controlar esta plaga. Aquí en Tamaulipas se atendió muy
rápido y las pérdidas han sido menores", detalló.
Sin embargo, una de
las líneas de investigación más importantes es el control biológico. En una de
sus investigaciones, el doctor Rodríguez del Bosque señala que México, por ser
parte del corredor biológico mesoamericano que conecta el norte y el sur, se
encuentra en constante peligro de plagas exóticas. Por esta razón, el estudio
de este control en México comenzó y ha evolucionado junto con el de Estados
Unidos.
La primera institución
creada en el país fue la Comisión Mexicana de Parasitología Agrícola y se formó
en 1900. Desde entonces, una serie de enemigos naturales fue recolectada en
México para combatir diversas plagas.
Con el pulgón amarillo
comenzó una búsqueda similar. Desde el Centro Nacional de Referencia de Control
Biológico, los investigadores enviaron a campo a los biólogos José Manuel
Rodríguez Vélez y Miguel Ayala Zermeño para buscar insectos y hongos entomopatógenos, respectivamente, como enemigos naturales
del pulgón amarillo.
Según relata el
biólogo José Manuel, viajó a lugares de Tamaulipas donde había grandes
poblaciones de pulgón amarillo y recolectó algunos con diferentes métodos de
muestreo.
"No siempre podíamos
ver a los enemigos naturales depredando la plaga, por lo que no teníamos
certeza de que lo estuvieran comiendo. En ese caso, nos llevábamos muestras de
la plaga al laboratorio y muestras de los insectos y constatábamos que lo
estuvieran depredando o parasitando. Desde esa investigación hemos encontrado
alrededor de 12 especies de catarinas depredadoras en diferentes estados del
país, entre Tamaulipas, Sinaloa, Jalisco, Michoacán, Morelos y Colima",
detalló.
Syrphidae, depredador del pulgón amarillo. Foto: arian.suresh. Licencia
Creative Commons CC by 2.0.
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En la colecta también se investigó a las avispas parasitoides, que se
encargan de paralizar a los pulgones y los utilizan para depositar sus
huevos. La colecta consistió en buscar pulgones que, una vez que son
parasitados, comienzan un proceso de momificación.
"Nos enfocamos en la búsqueda de momias, las llevamos al laboratorio y
buscamos cuáles fueron los parasitoides, en este caso puras avispas
emergieron de los pulgones", afirma la doctora Beatriz Rodríguez Vélez, quien
se especializa en la generación de conocimiento para el desarrollo de
paquetes tecnológicos para el control biológico de plagas.
Beatriz relata que, a diferencia de otras
plagas, el pulgón fue rápidamente adoptado por los diferentes insectos de
cada localidad y cuando se hicieron las primeras exploraciones en Tamaulipas
a principios de 2014, no solamente encontraron al pulgón amarillo sino que ya
había sido adoptado por una gran diversidad de sus enemigos naturales.
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"Es por eso que lo que
ahora se busca es un manejo cultural, no un químico, para poder conservar a sus
enemigos naturales y puedan ejercer una acción depredadora sobre las
poblaciones del pulgón amarillo tanto en Estados Unidos como en México", señaló
Beatriz Rodríguez.
Cultivos de algodón, el primer
ejemplo de colaboración binaciona
No obstante, la plaga
del pulgón amarillo no es la única que ha sido combatida en la zona fronteriza
con ayuda binacional. En los años cincuenta, en el norte de Tamaulipas, el
algodón era el único producto que se sembraba, pero 10 años después, la llegada
del picudo del algodonero acabó con los cultivos.
"Hacia los años
sesenta, el cultivo de algodón se tuvo que dejar por incosteable. Luego se
hicieron intentos por regresar en los años noventa y en el 2005 también, y fue
ahí cuando me animé y comencé a sembrar algodón", explica Jesús Garza Gibler, un productor de algodón en el norte de Tamaulipas.
Jesús Garza decidió
retomar este cultivo un año después del inicio del Programa Binacional para la
Erradicación de Plagas del Algodonero, una campaña en conjunto entre los
gobiernos de México y Estados Unidos para erradicar dos importantes plagas: el
gusano rosado y el picudo del algodón.
Carlos Campos, coordinador estatal de la Campaña contra Plagas
Reglamentadas del Algodonero, detalló que el Comité Estatal de Sanidad
Vegetal de Tamaulipas es el que coordina la campaña en territorio mexicano, y
en Estados Unidos es el Departamento de Agricultura.
"Lo que hemos hecho en estos años es intercambiar información de las
zonas donde tenemos problemas en cuestión de las trampas. Cada gobierno se
hace cargo de los gastos, homologamos el mismo tipo de trampa para el picudo,
la feromona o el atrayente que se necesita y también manejamos el insecticida
que se pone en la trampa", dijo en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt.
En la labor también homologaron el sistema informativo donde se maneja
la información del trampeo, así como el programa donde se incorpora la
información que se muestra en tiempo real cuando el personal se encuentra en
campo.
El investigador Rodríguez del Bosque asegura
que, a través del control biológico, también se hicieron esfuerzos en el
INIFAP: "Hace 15 o 20 años, los investigadores del INIFAP en colaboración con
el USDA creamos un laboratorio para la crianza de la avispa Catolaccus grandis, que se
liberaba y combatía hasta 98 por ciento de este picudo. Esta avispa
controlaba las larvas del picudo. El proyecto duró alrededor de ocho años,
con el propósito de erradicarlo", relató.
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Carlos Campos
en plantíos de algodón.
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De 2004 a la fecha,
esta relación binacional ha obtenido resultados satisfactorios, pues en el
primer año se registraron en promedio 13.5 picudos por trampa y en 2017 solo se
ha registrado un promedio de 0.02, una cifra que se refleja en mejores
producciones y calidad de la fibra, según detalló Carlos Campos.
"Antes había casi 500
mil hectáreas de algodón desde San Fernando hasta la parte norte de Tamaulipas,
pero se dejó de sembrar por el picudo. Ahora la gente está volviendo a sembrar
porque saben que el picudo casi ha sido erradicado", señaló.
Desde la experiencia
de Jesús Garza Gibler, quien es originario de Nuevo León pero decidió mudarse a los campos de Tamaulipas, los
productores se encuentran satisfechos del trabajo que se ha realizado entre
ambos países, pese a que no se ha logrado erradicar la plaga en su totalidad.
"Adoptamos una
política de rotación de cultivos. Un año siembro algodón, otro año siembro
sorgo o maíz, pero el algodón es lo más rentable. En realidad, tanto del otro
lado de la frontera como aquí, todos vivimos en el mismo valle, solo nos parte
el río Bravo, por lo que tenemos los mismo problemas", asevera Garza.
Ahora, ambos gobiernos
continúan trabajando juntos para lograr la erradicación de la plaga.
Ciencia, la cara amable entre México
y EE. UU.
Con el problema del
pulgón amarillo, los investigadores y productores esperan que esa relación que
se dio para combatir las plagas del algodón se repita ahora en los cultivos de
sorgo. Sin embargo, desde 2013 ellos comenzaron colaboraciones binacionales de
forma académica y personal. Rodríguez del Bosque señala que se hizo un primer contacto
con la Universidad de Texas A&M que tiene un campus en Welaho,
Texas, con el doctor Raúl Villanueva, un ciudadano peruano. En conjunto,
intentaron aplicar proyectos institucionales tanto en México como en Estados
Unidos, pero no tuvieron respuesta.
"Lo hicimos de forma
personal, con ayuda de los productores. Hemos recibido apoyo del Patronato para
la Investigación, Fomento y Sanidad Vegetal, que se fundó en 1954 en Matamoros
y sigue funcionando. De cada tonelada que el productor entrega de cosecha, se
le descuentan tres pesos y con ese fondo se hace un recurso para apoyar la
investigación en el norte de Tamaulipas. Eso es lo que nos ha estado dando el
espacio y el dinero para trabajar", detalló.
Después de trabajar
con el doctor Villanueva, se unieron el Departamento de Agricultura de Estados
Unidos y la Universidad de Kansas, en colaboraciones con el doctor Paul Michaud, quienes aceptaron viajar a México al primer
congreso sobre pulgón amarillo en 2015.
Actualmente, luego de
la llegada de Donald Trump a la presidencia de
Estados Unidos y ante las amenazas de construir un muro fronterizo, los
investigadores aseguran que para ellos nada ha cambiado en la relación que
tienen con sus pares en Texas.
"La llegada de Trump
al poder no ha afectado nuestras relaciones entre Texas y Tamaulipas, siguen
las reuniones y el intercambio científico. En una reunión en Washington,
comenté que la cara amable entre la relación de México y Estados Unidos era la
ciencia, siempre ha habido buena relación entre ambos países, estén tensas las
relaciones comerciales o políticas", dijo Rodríguez del Bosque.
Para Jaime Sánchez
Ruelas, quien ha dedicado su vida a los cultivos de Tamaulipas y ha vivido de
cerca los cambios en la frontera con Estados Unidos, cada vez existe una mayor
interacción entre Texas y Tamaulipas, porque comparten problemas similares.
"Los trabajos en
conjunto han sido benéficos para los cultivos de todos, es una lección que
aprendimos y tenemos que ampliarlo hacia otros cultivos para mantener nuestra
zona productiva con la mejor calidad para brindar buenos productos a nuestros
mexicanos", dijo.
Jaime ha logrado desde niño esa interacción.
Ahora está por cumplir 62 años, está casado con una estadounidense de origen
latino, tiene tres hijas, un hijo y seis nietos. Dos de
ellos viven, precisamente, en Texas.