BID I-CONICIT

Laboratorio de Tecnología Postcosecha del Centro de Investigaciones Agronómicas de la Universidad de Costa Rica

Investigadores trabajan para mejorar calidad de productos frescos costarricenses en mercados internacionales

·         Laboratorio proyecta necesidades a más largo plazo que industria.

·         "Buscamos brindar servicios nos permitan aprender o aportar algo".

·         "Siempre nos hemos preguntado ¿qué necesita el sector?".

Silvia Arias
Comunicadora CONICIT
sarias@conicit.go.cr

Dentro de los objetivos del Laboratorio se ha priorizado en el establecimiento de vínculos de cooperación con instituciones públicas y privadas involucradas en el campo. De esta forma, se ha generado una realimentación con respecto a las prioridades específicas que demanda el sector. En 1990 la Universidad de Costa Rica (UCR) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) firmaron un convenio cooperativo en el campo de Tecnología Poscosecha de Productos Perecederos, en virtud del cual el MAG destina a funcionarios para trabajar en el LTP fortaleciendo significativamente el grupo profesional del mismo.

El desarrollo y consolidación del Laboratorio ha tenido que enfrentar grandes retos en el camino lo cual se ha hecho con compromiso e identificación con el sector y con el país. Pocos recursos para investigación y tesis de grado, creación de alianzas, vinculación con organismos del sector, visión cortoplacista de algunos productores, han sido algunos de los muros que han sorteado con organización, eficiencia en el uso de los recursos, disciplina y esfuerzo de los investigadores y el personal del LPC.

La Dra. Gerardina Umaña, quien es parte del recurso humano del Laboratorio y quien también estudió su posgrado con una beca del préstamo BID I-CONICIT y el Ing. Marco Vinicio Sáenz Murillo M.Sc., son dos de los destacados profesionales que se formaron en universidades internacionales y que regresaron al país a consolidar la creación y desarrollo de las tareas del Laboratorio.

1994: nueva etapa y nuevos retos

Luego de múltiples gestiones para poder construir el nuevo edificio y una vez instalados, existía, por un lado, la responsabilidad de generar ingresos para buscar la autosostenibilidad, y por otro, la necesidad de atender los requerimientos del sector agrícola nacional.

De esta manera, se fueron definiendo las líneas de trabajo, el Laboratorio realizaba investigación y el MAG dio un énfasis a la extensión. "En este momento, de manera natural empezó a acercarse alguna gente. Me acuerdo de los agricultores chayoteros que empezaban a hacer consultas igual que los productores de ornamentales y fresas", comenta la Dra. Gerardina Umaña.

La traída de técnicos especializados en cultivos y diferentes tecnologías propiciada por parte de algunos grupos del país no fue un asunto menor durante el proceso de consolidación del Laboratorio. Expertos internacionales visitaban el Laboratorio para contar sus experiencias, sin embargo, era evidente la necesidad de desarrollo de tecnologías adaptadas a nuestras condiciones. "Se construyeron invernaderos para ornamentales con la concepción de países como Israel, lamentablemente en ocasiones su tecnología no se adaptaba bien a las condiciones del país siendo que la concepción del trópico dentro de la actividad agrícola es una realidad muy diferente".

"Empezamos a darnos cuenta que hay que estudiar y analizar muy bien qué es lo que vas a hacer, que no es como nos dicen los administradores, que usted puede traer la tecnología de Holanda e implantarla en Costa Rica y que le va a funcionar. Eso no es cierto. O sea, no es cierto para agricultura nunca" afirma contundentemente el Ing. Sáenz Murillo, quien hasta hace poco laboraba como coordinador del LTP.

A partir de las alianzas y de las relaciones forjadas, se fueron construyendo ideas sobre las cuales trabajar, empezando por revisar la infraestructura, los procedimientos, los tratamientos, empaques, etc, con la finalidad de impulsar el sector que en ese entonces se encontraba muy desactualizado a nivel tecnológico.

¿Qué necesita el sector? Otro pilar del LTP

Según comenta don Marco Vinicio, es que siempre ha tenido claro su norte el cual es pensar en el productor, su cliente y sus necesidades: "Nosotros, durante estos 30 años, ¿siempre nos hemos preguntado qué necesita el sector? Puede ser que ellos no lo sepan y que nosotros tampoco. En ocasiones de la discusión con ellos logramos identificar sus necesidades, afirmó.

"Un ejemplo de esto es lo que acaba de pasar con la yuca, y no es exclusivo de la parafina, que es lo que hemos usado toda la vida. Tenemos 20 años advirtiendo que es un problema y recientemente Europa rechazó el producto, 150 contenedores rechazados del mercado de primera y la pérdida potencial de mercado. Entonces ahora sí el productor debe correr a ver cómo se resuelve la situación. Tenemos que actuar por diferentes áreas y dependiendo de la especialidad de cada quien para ayudar a resolver el problema".

Investigación y sostenibilidad financiera

Al consultarles sobre el acceso a recursos para investigar la respuesta es contundente. "Los recursos para investigación siempre son escasos". Con CONICIT realizamos un par de proyectos.  En lo que a la UCR se refiere, hay un cierto presupuesto para proyectos de investigación que es exiguo y lo que hacían era repartirlo entre todos. Había que tener por lo menos diez proyectos para poder operar, lo que significaba una gran cantidad de trámites e informes.

Paralelamente a la atención de grandes transnacionales, gracias a esos convenios con el MAG y el CNP se brinda cobertura a cultivos "más pequeños", cultivos de interés, que no pueden pagar esas investigaciones. Se ha trabajado con cultivos como aguacate, mora, papaya, pitahaya, etc.

Sin embargo, según afirman los investigadores, existe un principio fundamental para aceptar la realización de los análisis e investigaciones: "Nosotros no tomamos un servicio si no nos permite aprender algo, tenemos discusiones sobre si aceptamos un servicio más allá del estado financiero, consideramos si nos abre posibilidades de desarrollar tecnología paralela para sectores que a las grandes compañías no les interesan".

"Entonces en relación con el espíritu de lo que quería el Banco Interamericano de Desarrollo, el Laboratorio tiene un sistema de cálculo de costos que le permite atender las necesidades del cliente ante las cuales se realiza una propuesta técnica y un presupuesto" afirman con satisfacción los investigadores.

Visión de requerimientos del mercado largo plazo

A pesar de que Costa Rica es líder mundial en tecnología en la producción de banano, aproximadamente un 40% de la producción pertenece a la industria local, que exporta con las transnacionales pero que también está desarrollando sus propios mercados.

Ante esta situación y debido a la gran cantidad de empleos que genera la industria, el LTP considera importante pensar a largo plazo para cumplir con los requisitos de mercados a futuro.

Con el apoyo de los fondos del CONICIT más recientemente han desarrollado el "Proyecto de investigación: Opciones para reducir la utilización de agroquímicos en poscosecha de cuatro frutas tropicales mediante la utilización de tratamientos térmicos y luz ultravioleta", cuya investigadora principal es la Dra. Gerardina Umaña. Con los resultados de esta investigación el laboratorio ha impulsado su proyección a más largo plazo que la industria de ciertos cultivos incluyendo el banano. "Nosotros sabemos que tarde o temprano a los bananeros les van prohibir el uso de fungicida, y eso está a la vuelta de la esquina, no va a pasar más de dos o tres años" afirmó Sáenz.

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Rosa Fuentes Bejarano y Douglas Ortega Arango mientras realizaban el mural Poscosecha, pintura aceite técnica en pincel que se puede observar hoy en el edificio que alberga al LPC. Fotografía facilitada por Aerografía Arte Creativo Costa Rica (https://www.facebook.com/Rosafb2002)

El laboratorio ha buscado opciones sustitutivas a los fungicidas en la etapa poscosecha en los principales frutos que el país produce, probadas a nivel de laboratorio.  Se cuenta con datos sólidos para el uso de luz ultravioleta como tratamiento preventivo para aplicar en coronas de banano, el cual incluye consideraciones como la dosis que permite la protección de tejidos y no causa daños a la apariencia de la fruta, así como la propuesta de prototipo de equipos para su aplicación que está al día de hoy en la fase de ingeniería.  La información obtenida en estos procesos se ha compartido con la industria bananera que se encuentra interesada y a la expectativa.

"La actividad de un cultivo como el banano genera una gran cantidad de empleos en el país, es una industria que requiere mantenerse competitiva y atendiendo las demandas de mercados compradores por frutos libres de agroquímicos. Si esa industria bananera fracasa, ni electrónica, ni metalmecánica, ni la biotecnológica van a absorber 100 mil empleos. Eso no va a ocurrir nunca. Entonces, nuestro deber como costarricenses es tratar de que esa gente mantenga su empleo en la medida de lo que se pueda y que se generen utilidades".