Boletín CONICIT Edición Especial
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Cuento sobre la niña Giselle Tamayo Castillo *Tomado de la
ponencia "Mujeres en la Ciencia" presentada por la divulgadora Annie Umaña en Congreso de Divulgación Científica
"El átomo es la unidad constituyente más pequeña de la
materia que tiene las propiedades de un elemento químico. Cada sólido, líquido, gas y plasma se
compone de átomos neutros o ionizados. Los átomos son muy pequeños...".
Cuando Giselle leyó esta definición en el diccionario (que
en aquel tiempo era un libro gordo con millones de palabras), quedó como
loca.
¿Cómo será la unidad más pequeña de la materia?, pensó.
Y empezó a imaginarla hasta quedar rendida en el sillón de
la casa.
Su mamá
pensó que había pescado una gripe, pero nada de eso.
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Es que imaginar cómo son las cosas que no se ven es
agotador.
Y eso es lo que hacen los científicos.
Soñar, imaginar, plantearse preguntas, tratar de
resolverlas.
Y si hablamos de las científicas, éstas van mucho más allá,
porque siempre se ha sabido que a las mujeres cuando se nos mete algo en la
cabeza... ¡ni hablar!
"Si son tan diminutos, seguro que están por todas partes...",
se decía.
Pero la cosa no paró ahí.
Decidió estudiar Química para entender y seguirse asombrando
de ese mundo maravilloso de elementos y reacciones.
Para ella el mundo era definitivamente todo ese conjunto de
relaciones entre causa y efecto.
No todos lo entendían, pero ser mujer para nada la detuvo,
todo lo contrario, más bien la impulsó pues hay seres que cuando se plantean un
mundo por conquistar, no se detienen a ver qué problemas tienen sino cuáles
ventajas los acompañan y se suben a una alfombra mágica.
En el caso de Giselle, más bien se subió a una tabla
periódica de los elementos y sus cargas atómicas para volar muy alto sin mirar
abajo ni atrás.
Por supuesto, se preparó para ello, porque nada llega por
casualidad.
Cuando una persona triunfa, ha pasado muchos días y noches
estudiando, pensando, resolviendo y arando un campo duro de cosechar.
Pero Giselle es como uno de los elementos que estudia. Ella
ama hacer las cosas de forma distinta y odia repetir.
Se especializó en productos naturales y en algo de nombre
curioso: Biotecnología.
Esta rama de la ciencia se dedica aplicar la tecnología a
organismos vivos. Es algo relativamente nuevo y ayuda mejorar proceso para usos
muy puntuales.
Ella es una investigadora muy dedicada y ha conseguido
grandes reconocimientos por su labor en la ciencia orientada al bien común.
Cuando le preguntaban por qué se había dedicado a la Química
con tanta pasión, ella solo respondía: "las mujeres debemos hacer las cosas que
nos gustan. No hay nada más hermoso que ser feliz en lo que se hace y en
términos de mi adorada Química todavía me falta mucho por hacer para beneficiar
a toda la humanidad".