Boletín
N°215 - noviembre 2020
26/11/20
Mosquitos transmisores de malaria
se fortalecen en Kenia y Brasil
Trampa para los vectores usada en la
investigación realizada en Brasil. Crédito de la imagen: Archivo personal de
Laura Multini.
De un vistazo
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Principal
mosquito vector de la malaria en África está desarrollando resistencia a
insecticidas
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Y Anopheles cruzii, transmisor de
malaria en sudeste brasileño, se está adaptando a entornos urbanos
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Rotación
de insecticidas y mejor gestión forestal son formas de luchar contra estos
mosquitos
Por: Meghie Rodrigues
El Anopheles, principal género de
los mosquitos responsables de la transmisión de malaria, parece estar
evolucionando en respuesta a la acción humana en diferentes partes del mundo.
En África se está volviendo más resistente a los insecticidas y en América
Latina se está volviendo más adaptable a las zonas urbanas, confirman dos
investigaciones recientes.
Un estudio publicado este mes en Nature Scientific Reports
muestra que el Anopheles gambiae, el
vector más importante de la malaria en África, está desarrollando resistencia
genética a los piretroides. Estos compuestos químicos sintéticos son los
insecticidas más utilizados para controlar a los vectores de la enfermedad
en todo el mundo.
Según el equipo de investigadores de Kenia, Ghana y Estados
Unidos, el uso indiscriminado de estos insecticidas para el control de las
plagas agrícolas y para preservar la salud pública
podría estar detrás de las resistencias de intensidad moderada y alta que
encontraron en el ADN de los mosquitos analizados.
Anopheles gambiae, principal vector de
la malaria en África. Crédito de la imagen: Jim Gathany, USCDCP/Pixnio,
imagen en el dominio público.
Si bien las generaciones más jóvenes fueron más resistentes
en comparación con sus padres, los investigadores también descubrieron que la
disminución en la aplicación de productos químicos durante por lo menos 15
generaciones propicia que esa resistencia disminuya, con lo que el mosquito
vuelve a ser vulnerable a los insecticidas. Ese proceso toma en promedio dos
años.
El autor principal, Maxwell Machani,
experto en entomología del Instituto de Investigación Médica de Kenia, dijo a SciDev.Net en una videoentrevista
que "para vencer la resistencia de los mosquitos, las autoridades de salud
pública deberían rotar anualmente los insecticidas".
Sin embargo, Maria Anice Sallum, profesora de la
Facultad de Salud Pública de la Universidad de São Paulo, opina que la
investigación debe ser más integral para permitir generalizaciones.
"Podrían hacerse pruebas en otras poblaciones de Anopheles gambiae en
otras regiones de África con exposición más variada a insecticidas para ver si
funciona el mismo mecanismo", dijo a SciDev.Net por teléfono Sallum, quien no participó en la investigación.
Cuadro
de datos
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"Para vencer la resistencia de
los mosquitos, las autoridades de salud pública deberían rotar anualmente
los insecticidas".
Maxwell Machani
- Instituto de Investigación Médica de Kenia
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Investigadores brasileños también preocupados por mosquitos
El otro estudio, publicado a finales de octubre también en Nature
Scientific Reports,
muestra que el mosquito Anopheles está evolucionando
no sólo en África: el Anopheles cruzii,
principal vector del paludismo en la región de la Mata Atlántica en el Brasil
(que incluye a São Paulo y Río de Janeiro, las ciudades más pobladas del país)
se está adaptando cada vez más a los entornos urbanos.
La deforestación y el establecimiento de asentamientos
humanos en el bosque están cambiando la estructura genética del mosquito. Con
menos fuentes de sangre entre los monos y otros animales en los que el
mosquito se encuentra de forma natural, va cada vez más a las ciudades en busca
de alimento entre los humanos.
"Esto está haciendo que su estructura genética sea más
variada, permitiendo que los Anopheles cruzii se encuentren con más frecuencia en entornos
urbanos", dice a SciDev.Net la autora
principal Laura Multini, epidemióloga de la
Universidad de São Paulo.
El equipo aún no sabe qué implicará esta variación genética
en el futuro, pero el estudio apunta a una mayor probabilidad de que se
produzcan brotes de malaria en las ciudades ubicadas en la región de la Mata
Atlántica.
Para averiguarlo, los investigadores recolectaron mosquitos
a nivel del suelo y en las copas de los árboles en las regiones urbanas,
periurbanas y rurales de Parelheiros, al sur de la
ciudad de São Paulo. Encontraron más variedad genética en los recogidos a nivel
del suelo, lo que apunta a un proceso de evolución en curso.
Como vuela grandes distancias, el Anopheles cruzii es muy difícil de controlar,
señala Multini mediante videoconferencia. "La mejor
manera de controlarlo es mejorando la gestión de los bosques y evitando los asentamientos
ilegales en zonas verdes", asegura.
"Con más animales de los que alimentarse, es probable que el
insecto permanezca en las copas de los árboles, su hábitat favorito", añade.
El hecho de que aves y roedores no desarrollen la enfermedad
de la misma manera que los monos y los humanos -y no infecten a otros
mosquitos- es también una razón de peso para una mejor gestión forestal y
evitar así los brotes urbanos de paludismo.
Sallum, que tampoco participó en
este otro estudio, reforzó la necesidad de realizar estudios similares en otras
regiones del país para ver si muestran los mismos patrones, pero observó que
ambos estudios ponen de relieve el impacto de las actividades humanas como
factor impulsor de la adaptación del mosquito Anopheles.
"A medida
que las acciones humanas fuerzan una respuesta de los mosquitos, terminamos
influyendo en su evolución", concluye.