Boletín N°213 - septiembre 2020
07/09/20
Personal sanitario de la región diezmado por
COVID-19
Muchos países de
América Latina no brindan las garantías de bioseguridad y equipos de protección
personal a sus trabajadores de salud. Crédito de la imagen: Ministerio de Salud del Perú.
De un vistazo
·
Personal de salud de las Américas, el más afectado por pandemia
comparado con sus pares en el mundo
·
Según OPS, trabajadores de salud representan uno de cada siete casos de
fallecimientos por COVID-19
·
Numerosos países de la región carecen de equipos médicos, insumos y
adecuada capacitación
Por: Claudia Mazzeo
Mientras en Chile casi el 70 por ciento de trabajadores de salud está
preocupado por contraer la COVID-19,
en Perú y México sus pares se movilizan ante la falta de equipos de protección
personal (EPP). En Argentina, el agotamiento del personal sanitario es
denunciado por agrupaciones científicas, que piden a la población extremar
cuidados para frenar el aumento de casos.
Situaciones como estas, que confrontan numerosos países de la región,
han motivado que el personal de salud de
las Américas sea el más afectado en todo el mundo por la pandemia.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ese sector tiene
ya más de 570.000 enfermos y alrededor de 2.500 fallecidos. Del
total de ese grupo, el 72 por ciento son mujeres, y la mayoría tiene entre 30 y
49 años.
"Este virus permanecerá con nosotros durante los próximos años, por lo
que es fundamental que brindemos a los trabajadores de salud el apoyo y los
recursos que necesitan para curar a los enfermos y ayudarnos a superar esta
pandemia. Nuestra propia capacidad para responder a la pandemia depende de
ello", señaló Carissa Etienne,
directora de la OPS en rueda de prensa (2 de setiembre).
En la región de las Américas, se registran en total casi 4.000 muertes
diarias a causa de la pandemia.
Cuadro
de datos
|
"Apuntamos a que cualquier
persona en el mundo esté en condiciones de usar teléfonos inteligentes para
capturar datos biométricos con la misma precisión que los ensayos de
laboratorio".
Lucy Lum,
Universidad de Malasia
|
|
"Es importante fortalecer el sistema de salud, atender la gran necesidad
de salud mental y física. Los trabajadores sanitarios entran a una fase de
cansancio, ansiedad, depresión y aún queda mucho por resolver; el virus
SARS-COV2 aún sigue contagiando a gran parte de nuestra población y estamos
perdiendo vidas que fueron entrenadas para procurar la salud".
Blanca Murillo Ortiz, Unidad de Investigación en Epidemiología Clínica,
Instituto Mexicano del Seguro Social
La protesta del personal sanitario se hace sentir en varios países. En
Perú, los médicos paralizaron sus actividades el 26 de agosto demandando
equipos médicos e insumos para enfrentar la COVID-19, que hasta ese día había
causado la muerte de 146 colegas.
En México la denuncia pública de falta de EPP, capacitación y personal idóneo no cesa desde el inicio de la pandemia.
Con una de las más altas cifras del mundo de trabajadores sanitarios
muertos por COVID-19, los trabajadores de salud representan uno de cada siete
casos, según la OPS.
Ante la inminente reapertura en México de hospitales y centros de salud
para atender otras patologías, además de COVID-19, Blanca Murillo Ortiz, de la
Unidad de Investigación en Epidemiología Clínica del Instituto Mexicano del
Seguro Social, sostiene que es necesario "implementar nuevas medidas de
protección para el personal de salud ─acompañadas de una perfecta y
organizada planeación y administración de los recursos─, el uso de
telemedicina y otras tecnologías virtuales
para minimizar el tránsito en los hospitales".
Según datos recabados por la OPS en 19 países de la región, la
situación varía de un país a otro, al igual que el modo de registrar la
información, los lapsos y la mecánica de los testeos.
Brasil es el segundo país más afectado (después de Estados Unidos) con más de
1.212.430 trabajadores de salud con sospecha de COVID-19 por presentar síndrome
gripal, con el 22 por ciento de ellos confirmado. Le sigue México (con casi
100.000 casos confirmados), Argentina (más de 16.000), Colombia (casi 8.000),
Paraguay (más de 600) y República Dominicana (casi 300).
Con más de un millón de trabajadores de
salud de Brasil bajo sospecha de tener COVID-19, es el segundo país más
afectado (después de Estados Unidos) en las Américas.Guilherme Gandolfi/fotospublicas.com, bajo
licencia Creative Commons 3.0.
Salud mental
A los riesgos de infección a los que están expuestos los profesionales
de la región se suma el impacto psicológico.
Una encuesta realizada en Paraguay indicó que más del 40 por ciento del
personal se siente ansioso, un tercio experimenta depresión y más de una cuarta
parte sufre de insomnio como resultado de la COVID-19, comentó la directora de
la OPS.
"Este estrés, que afecta su trabajo y sus relaciones, se ve agravado por
el estigma y la discriminación. Hay casos documentados de trabajadores de salud
que se sienten aislados de sus amigos o incluso su familia, que los evitan por
temor a enfermarse", sostuvo Etienne.
Murillo Ortiz señala que "es importante fortalecer el sistema de salud, atender la gran necesidad de
salud mental y física. Los trabajadores sanitarios entran a una fase de
cansancio, ansiedad, depresión y aún queda mucho por resolver; el virus
SARS-COV2 aún sigue contagiando a gran parte de nuestra población y estamos
perdiendo vidas que fueron entrenadas para procurar la salud".
Quizás también le interese
·
Trabajadores
comunitarios de salud de Brasil en serio ...
·
Q&A: "Hay
que fortalecer la atención primaria de la salud"
·
Pandemia deja en
evidencia falta de personal de enfermería
En Argentina, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva y la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires publicaron
cartas abiertas advirtiendo sobre el deterioro del sistema sanitario.
"La principal ayuda para aliviar al personal de salud debe ser la
responsabilidad de la población en la aplicación estricta de medidas de
protección contra los contagios", dijo a SciDev.Net Carlos Guzzetti del Colegio de Psicoanalistas, en Buenos Aires.
"Los diversos relatos construidos sobre la pandemia en el país, así como
las reales necesidades económicas y sociales, fomentan un comportamiento social
irresponsable, que desmiente las evidencias sanitarias", opina Guzzetti.
Ese Colegio señaló mediante un comunicado que "ante situaciones traumáticas se disparan
mecanismos primitivos del funcionamiento psíquico como el rechazo de la
percepción de los datos de la realidad y el negacionismo",
lo que explicaría el motivo del relajamiento de las medidas.
Guzzetti destaca que el
cuidado del personal sanitario debe incluir también el aspecto económico,
"reconociendo el enorme esfuerzo y dedicación y el estado de vulnerabilidad en
que se encuentran".