Boletín Nº 185 - Abril
2018
25/04/18
Bacteria de gastroenteritis crece
aún en condiciones adversas
Limpieza y alimentación adecuada de
granjas avícolas son requisitos clave para detener circulación de cepas de Campylobacter coli. Crédito de la
imagen: PANOS
De un vistazo
·
Bacteria puede crecer y multiplicarse en
temperaturas similares a las de los humanos
·
Urgen medidas sanitarias más rigurosas para
manipular y transportar carne de aves
·
Campylobacter coli es uno de los principales patógenos gastrointestinales
Por: Rodrigo
de Oliveira Andrade
[SÃO PAULO] La bacteria Campylobacter
coli, causante de la forma más común de
gastroenteritis en el mundo, puede crecer y multiplicarse en temperaturas
similares a las del cuerpo humano (37°C), o tan bajas como las que se usan en
el almacenamiento de los alimentos
(4°C).
"Constatamos altas tasas de crecimiento y sobrevivencia de
la bacteria incluso cuando las cepas fueron expuestas al ácido similar al del
tracto digestivo humano", afirman los autores del estudio que se publicará en
la edición de agosto de Food Microbiology.
Ellos analizaron 50 cepas de C. coli aisladas de heces humanas y de
animales, y de la carne de las aves de algunas de las principales ciudades de
Brasil entre 1995 y 2011.
Al ser sometidas a grandes variaciones de temperatura, con
el fin de reproducir las etapas de procesamiento de alimentos y de transmisión
del patógeno del ambiente
al organismo humano, todas las cepas demostraron su capacidad de crecimiento,
dando una idea de su habilidad de multiplicación bajo situaciones adversas.
La Campylobacter col habita
normalmente en el tracto intestinal de los animales de sangre caliente como
aves de corral, ganado y cerdos, y es detectada frecuentemente en los alimentos
derivados de dichos animales.
"Estos resultados son importante porque les permiten a los científicos una
mejor comprensión del potencial patogénico de la bacteria, posibilitando el
desarrollo de nuevas estrategias de control".
Cristiano Gallina Moreira,
Universidad Estatal de São Paulo
Los investigadores también identificaron tres genes
esenciales para la movilización de las cepas (denominados cadF,
flaA y sodB), que incluye
la capacidad de adherirse e invadir las células hospederas y colonizar su
intestino.
"Tomados en conjunto, los hallazgos permiten un mejor
entendimiento de la circulación de las cepas en Brasil e indican que se
requieren controles más rigurosos", señala la bioquímica Carolina Gomez, de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de Ribeirão Preto de la Universidad
de São Paulo, y autora principal del estudio junto con Juliana Pfrimer Falcao.
Algunas medidas sanitarias requeridas incluyen mejorar el
ambiente donde se crían los animales así como el
alimento que se les brinda, vacunaciones, mejor limpieza durante el sacrificio
y mejor manejo de las condiciones de almacenamiento y transporte de su carne.
Según los autores, dado que Brasil es el principal
exportador de carne de aves del mundo, estos resultados son una advertencia
también para otros países, pues sin un control sanitario más estricto, la
bacteria puede diseminarse.
La C. Coli es una de las bacterias patógenas
gastrointestinales más comunes en muchos países. Por ejemplo, en 2014 se
reportaron 236.851 casos confirmados de campilobacteriosis
en la Unión Europea. Y según un informe de la Agencia de Normas Alimentarias,
más del 70 por ciento de los pollos frescos vendidos en el Reino Unido están
contaminados con Campylobacter.
En los Estados Unidos, el patógeno fue la causa más
reportada de enfermedades bacterianas transmitidas por los alimentos en 2016, y
se estima que causa allí 1,3 millones de enfermedades en humanos anualmente.
Los países en desarrollo no tienen programas nacionales de
vigilancia de la campilobacteriosis y, por lo tanto,
no cuentan con registros sobre el número de casos.
En Brasil, los casos de campilobacteriosis
humana están subregistrados. "Nuestra vigilancia de
este patógeno todavía es bastante precaria", admite a SciDev.Net el biólogo
Cristiano Gallina Moreira, de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de la
Universidad Estatal de São Paulo.
Y agrega: "Estos resultados son importante porque les
permiten a los científicos una mejor comprensión del potencial patogénico de la
bacteria, posibilitando el desarrollo de nuevas estrategias de control".
"También muestra que la industria de alimentos de Brasil
necesitar hacer más para reducir la cantidad de Campylobacter
en las aves de corral, además de llamar la atención sobre las cepas que están
circulando en el país y que hasta ahora no se han estudiado", concluye.