Boletín Nº 174 - Abril
2017
Escolares chilenos ya tienen revista científica propia
Crédito de la
imagen: Explora Región Metropolitana Norte.
De un vistazo
Novedosa iniciativa sigue el modelo de revistas
científicas con revisión de pares
En primer número hubo paridad entre hombres y
mujeres y entre colegios públicos y privados
Eventualmente se publicarán trabajos de
escolares de países de la región que pasen evaluación
[SANTIAGO] Diez
investigaciones científicas desarrolladas por escolares chilenos conforman el
primer número de la revista Brotes Científicos, publicación en línea creada
para divulgar el trabajo de estudiantes de educación básica y media siguiendo el modelo de revistas
científicas con revisión de pares.
En 96 páginas, la primera
edición de esta publicación bianual, lanzada el 28 de marzo, incluye
nueve investigaciones en ciencias naturales y una en ciencias sociales
escritas por 36 estudiantes, hombres y mujeres en partes iguales. Los autores pertenecen a
cinco colegios públicos y cinco privados, de los cuales siete eran de las
regiones del interior y tres de Santiago. Todos tuvieron un profesor/a de
guía y siete contaron con un asesor científico.
Algunos temas abordados
incluyen la diversidad de aves en la ciudad de Rancagua, el control natural
del hongo de pudrición parda (Botrytis cinerea), el efecto del cultivo de
salmones sobre el crecimiento del alga Gracilaria chilensis y el imaginario
de distintos grupos etarios sobre el Territorio Antártico Chileno.
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"una excelente iniciativa, que releva la importancia de difundir el
conocimiento generado y adelanta al nivel escolar el desarrollo de la
competencia de publicar".
Paulette Conget, Universidad del Desarrollo
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Junto con destacar la
calidad de los 39 trabajos recibidos, José Luis Martínez, editor general de
Brotes Científicos, destaca que los artículos son evaluados y seleccionados por un equipo de
investigadores de las universidades de Santiago de Chile y Católica de Chile,
creadoras de la revista con apoyo de Explora Conicyt.
Los editores reciben
trabajos de estudiantes desde 5° de primaria a 3° de secundaria, cuyas edades
estén entre 11 a 17 años.
"Es súper reconfortante
que después de tanto trabajo bibliográfico y de laboratorio quede un registro
escrito de nuestra investigación y se masifique más allá de los congresos y
ferias científicas [escolares] donde la presentamos", opina Francisca Bascuñán,
coautora de un estudio sobre la resistencia del alga Ulva compressa
a concentraciones de cadmio y arsénico provenientes de la minería en el norte
de Chile.
"A nivel país hay poca
difusión de la ciencia. Dar a conocer trabajos realizados no solo a nivel
universitario permite motivar a las generaciones que vienen", añade Rocío
Barra, coautora del mismo trabajo, realizado mientras ambas estudiaban en el
Liceo N°1 Javiera Carrera, de Santiago. Ahora ambas ya son universitarias.
Francisca estudia ingeniería química y Rocío, periodismo.
Para la bióloga
molecular Paulette Conget, investigadora y académica
de la Universidad del Desarrollo y profesora de Ciencias del colegio privado La
Girouette —que no participó en la primera edición—
esta es "una excelente iniciativa, que releva la importancia de difundir el
conocimiento generado y adelanta al nivel escolar el desarrollo de la
competencia de publicar".
Agrega que la revista
podría ser un aporte a la formación en ciencias de niños y jóvenes "y debiera
incentivar a estudiantes y profesores a realizar investigación empírica, dado
que en los artículos se ve que no necesariamente se requiere una tremenda
infraestructura, ni costosos recursos para generar conocimiento científico".
Martínez es optimista. "A futuro esperamos
tener tres o cuatro números al año e, incluso, recibir trabajos de otros países
de la región. Si llega alguno será evaluado y si su calidad amerita publicarlo,
será bienvenido", adelanta.