Boletín N°209 - mayo 2020

La infección ‘silenciosa’ del coronavirus puede ser mucho más alta de lo que se pensaba

Aunque cada día vamos conociendo más datos sobre el SARS-CoV-2, todavía quedan muchas incógnitas. Una de ellas son los contagios asintomáticos que parecen sufrir la tercera parte de los afectados. Un estudio realizado en un crucero que zarpó tras declararse la pandemia muestra que más de 8 de cada 10 pasajeros que dieron positivo no tuvieron síntomas.

Verónica Fuentes 28/5/2020 13:00 CEST

Este estudio registró el estado de salud durante el aislamiento forzoso de 128 pasajeros y 95 tripulantes. / Pixabay

A mediados de marzo, después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la COVID-19 una pandemia mundial, un buque partió de Ushuaia, Argentina. Su objetivo era realizar un crucero de 21 días por la Antártida, tomando una ruta similar a la del explorador polar Ernest Shackleton en 1915.

En él viajaban un grupo de investigadores liderados por Alvin Ing, del Hospital Universitario Macquirie (Australia), que registró el aislamiento forzoso de los 128 pasajeros y 95 tripulantes durante estas tres semanas de expedición. Como en la famosa serie de los años 80 Vacaciones en el mar, en la que los turistas ‘encontraban el amor’ a bordo de un crucero, este viaje será recordado por hallar interesantes resultados científicos, publicados esta semana en la revista Thorax.

Para la travesía no se permitió el embarque de los pasajeros que, en las tres semanas previas, habían pasado por países en los que las tasas de infección por este virus ya eran altas. A todos se les tomó la temperatura antes de fletar y había numerosos puntos de desinfección de manos en todo el barco, especialmente en el comedor.

De los que dieron positivo, 24 (el 19 %) tenían síntomas, mientras que 108 (el 81 %) no. Es decir, que más de ocho de cada 10 pasajeros y tripulantes que dieron positivo en la prueba fueron asintomáticos. Estas cifras son muy superiores al 1 % de los casos que sugería la OMS a principios de marzo.

Para los autores, esto indica cómo la prevalencia de la infección ‘silenciosa’ por COVID-19 puede ser mucho más alta de lo que se pensaba. "Si solamente se realizan pruebas de detección a los sujetos sintomáticos en un entorno de tan alto riesgo, es probable que se pase por alto una población significativa infectada, lo que a su vez puede promover la transmisión a la comunidad", explica a SINC Ing.

"Los resultados podrían extrapolarse a situaciones similares, entornos aislados en los que la gente vive en un espacio cerrado. En otros cruceros, centros de atención a ancianos y campos de migrantes es probable que haya ocurrido esto", añade.

Implicaciones en la desescalada

Los autores llegan a la conclusión de que es probable que la prevalencia de la infección por COVID-19 en los cruceros esté "considerablemente subestimada", lo que les lleva a recomendar que se vigile a los pasajeros después de cada desembarco para evitar la posible propagación comunitaria.

"Si queremos ser serios en cuanto a la prevención de una segunda oleada de infecciones de coronavirus, entonces es vital que tengamos pruebas comunitarias ampliamente accesibles, y la capacidad de rastrear y aislar rápidamente los contactos", concluye Ing.

 

Referencia:

COVID-19: In the footsteps of Ernest ShackletonThorax (2020). DOI: 10.1136/thorax-jnl-2020-215091

Fuente:

SINC

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