Boletín N°208 -  abril 2020

El distanciamiento social y la física del estornudo

Jorge A. Amador
jorge.amador@ucr.ac.cr
Catedrático e investigador de la Escuela de Física y del Centro de Investigaciones Geofísicas, Universidad de Costa Rica y Academia Nacional de Ciencias de Costa Rica

La situación actual relativa a la aparición del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19, ha impulsado al Gobierno de Costa Rica, al igual que en otros países, a tomar una serie de medidas para evitar la propagación de este agente infeccioso. Sectores sociales, académicos, profesionales, técnicos y en general la población del país han participado colaborando de diferente forma para minimizar el impacto en el número de personas contagiadas, y sobre todo en la cantidad de fallecidos a causa de esta pandemia.

Entre las medidas adoptadas están el lavado frecuente de manos, las normas de higiene respiratoria y el distanciamiento social de al menos un metro. Específicamente, la Organización Mundial de la Salud recomienda que "se mantenga al menos un metro de distancia entre una persona y las demás, particularmente entre aquellas que tosan, estornuden y tengan fiebre".

El Ministerio de Salud de Costa Rica indica que esta distancia debe ser de 1.8 metros. Al respecto, este ensayo intenta responder la siguiente interrogante: ¿debe mantenerse la distancia recomendada de 1.8 metros entre todas las personas, amén de las mencionadas arriba, o debe ser mayor? Se conoce que el estornudo juega un papel importante en la propagación de infecciones, pero se sabe relativamente poco sobre cómo es este proceso, en particular sobre la forma en que el producto del estornudo es expulsado del sistema respiratorio y se expele por la boca de las personas.

Al respecto, la matemática Lydia Bourouiba del Laboratorio de Fluidos para la Transmisión de Enfermedades del Instituto Tecnológico de Massachusetts (ITM) ha venido trabajando en este problema desde el 2016 y uno de sus objetivos es el uso de la dinámica de fluidos y la matemática en la epidemiología y la salud pública.

Esta investigadora ha utilizado en su laboratorio equipo de fotografía de alta velocidad (miles de cuadros por segundo) para tomar videos que permitan entender la forma y estructura de los estornudos. Los experimentos le han permitido medir algunos parámetros como el diámetro de las gotitas que se despiden por la boca y la nariz, y su velocidad en ambientes controlados, de manera que se pueda aprender cómo esas partículas pueden transportar virus y otros patógenos de un huésped a otro.

Entre los hallazgos más importantes se encuentra el hecho de que los estornudos son más violentos de lo que se creía, es decir, el fluido se comporta de manera altamente turbulenta (como cuando se observa el agua en un río a gran velocidad que arrastra piedras y palos), lo que hace impredecible la distancia y forma en que se propagan al ambiente las gotitas del líquido expulsado, que transporta como en el caso de esta pandemia actual, el SARS-CoV-2.

Un problema, aún no resuelto, es cómo se ve afectada esta distancia por la distribución de tamaños de las partículas expulsadas y el papel que desempeña, entre otras variables, la capacidad pulmonar del individuo (un niño tiene menor capacidad pulmonar que un adulto).

Por otra parte, un grupo de expertos liderados por el Dr. Scharfman del Departamento de Ingeniería Mecánica del ITM encontraron que bajo las características anatómicas de una persona común las velocidades de expulsión de un estornudo pueden ser del orden de más de 2 m/s, lo que en general no da tiempo de protegerse de ese fluido turbulento si el individuo, con un tiempo de respuesta normal de varias décimas de segundo al sonido, se encuentra a menos de dos metros de distancia de la persona que estornuda.

En el caso de que existan otros parámetros ambientales adversos, como el viento a favor del estornudo, las implicaciones de su impacto pueden ser aún mayores. Para entender mejor este proceso sobre la física del estornudo se recomienda visitar la página https://www.scientificamerican.com/video/sneeze-physics-caught-in-video/ de junio de 2016. De lo anterior y para concluir este corto escrito, los estudios realizados refuerzan que no es suficientemente seguro un metro de distanciamiento social para minimizar el riesgo de contagio, ya que este es un valor promedio con una importante variabilidad asociada. Más bien, lo deseable es mantener una distancia de al menos tres metros, y así reducir la probabilidad de contagio.

Como puede verse, la física de fluidos también está disponible para ayudar en estos casos!