Boletín Nº 184 - Marzo 2018
12/03/18
Piden no otorgar patente a
antiretroviral
Crédito de la imagen: Fiocruz
De un vistazo
ONG argentina
pide el rechazo a un pedido de patente para un antirretroviral
Alega que eso
encarecería el costo y que no hay fundamentos para la solicitud
Con la droga se
trata alrededor de la mitad de los infectados de sida en Argentina
[BUENOS AIRES] Una
fundación argentina pidió al Instituto Nacional de Propiedad Industrial
(INPI) que le negara la
patente de un antirretroviral a la farmacéutica norteamericana Gilead Sciences
Inc.
El medicamento TAF (siglas de Tenofovir
Alafenamide Fumarato) se usa para tratar alrededor de la mitad de los pacientes
en Argentina infectados por el virus del sida(unas
45.000 personas), y está en trámite desde hace más de cinco años. Ya hay un
laboratorio argentino que lo produce y si se otorgara la patente
aumentaría el costo considerablemente. En Brasil idéntico pedido fue rechazado
en 2017.
La ley de patentes argentina indica que
para ser otorgada una patente debe tener los requisitos de altura (o actividad)
inventiva, novedad absoluta y aplicación industrial.
"En este caso, no se cumplen los requisitos
de novedad porque ya es un medicamento de dominio
público", dice Lorena Di Giano, directora ejecutiva de la Fundación Grupo Efecto Positivo
(GEP) que llevó adelante el reclamo.
"Lo que hicieron fue hacerle una
modificación pequeña a la molécula para tener otros 20 años de exclusividad",
agregó.
"Hay
que buscar alternativas para que bajen los precios de las drogas y que los
monopolios no impidan el acceso a tratamientos".
Jorge Bermudez, Fundación Oswaldo Cruz de
Brasil.
"No es una droga con alto costo de
producción, pero si se aprueba la patente podría aumentar hasta 1.000%",
expresó Di Giano, que puntualizó que idénticas situaciones se dan con otras
enfermedades. Como ejemplo citó un compuesto contra la hepatitis C, cuya
patente también es solicitada por Gilead y que afectaría a tres compañías
argentinas que abastecen el mercado nacional. "Esta incertidumbre desalienta la
fabricación local de genéricos", remarcó.
Hernán D’Urso, abogado especializado en
propiedad intelectual y consultor de la Fundación Sales, señala que se trata de
un tema técnico pero añade que "se podría argumentar que ese medicamento tiene
importancia pública y por eso no debe ser patentado".
Por su parte, Jorge Bermudez, jefe del
departamento de medicamentos y asistencia farmacéutica de la escuela nacional
de salud pública Fundación Oswaldo Cruz de Brasil, coincide con la ONG y cree
que se debería apoyar y extender a otros casos similares.
"Hay que buscar alternativas para que bajen
los precios de las drogas y que los monopolios no impidan el acceso a
tratamientos".
Las empresas multinacionales del rubro
"entran con una patente y luego piden otra con pequeñas alteraciones cuando va
a expirar. Eso impide abaratar y que haya competidores, y torna imposible para
personas, programas públicos y sector privado el acceso a tratamientos. Son
maniobras para perpetuar situaciones monopólicas", afirmó.
Roberto de León Sánchez, gerente general de
Gilead Argentina, prefirió no hacer declaraciones: "Los temas de patentes son
manejados por la casa matriz y no a nivel local, y Gilead no hace comentarios
públicos acerca de temas de propiedad intelectual y patentes por fuera de las
discusiones técnicas con INPI o las autoridades correspondientes", contestó vía
correo electrónico.
Tampoco el INPI se extendió sobre el tema
por considerar que se trata de un asunto sobre el cual aún no se expresó
oficialmente. "El INPI tiene a su cargo el trámite y posterior registro —en su
caso— de las solicitudes de patentes, y sólo se expide sobre la misma si ésta
cumple con los requisitos de patentabilidad o no, de acuerdo a la ley, guías y
reglamentaciones vigentes", dijeron fuentes del organismo.
Idéntica resolución tomó la Cámara
Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA) pese a que ha
formado parte de las oposiciones a otras drogas.
Para Bermudez, la situación política actual
tanto en Brasil como en Argentina no contribuye al acceso universal a los
tratamientos. "En ambos países hay gobiernos neoliberales y no sé qué discuten
o traman con las empresas. Los dos
países fueron muy proactivos para ese acceso universal y los programas de sida
de Argentina y Brasil fueron modelos, y ahora sufren".