Las brechas en los indicadores de innovación a escala global se materializan con claridad en las economías de América Latina y el Caribe: la región no termina de despegar a pesar de los esfuerzos de algunos gobiernos.

Este y otros hallazgos saltan a la vista en el Índice Global de Innovación 2019 (GII, por sus siglas en Inglés) publicado por la Universidad de Cornell, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y otros.

Aunque Costa Rica aparece en el segundo puesto del ranking regional, detrás de Chile y seguido por México, a escala mundial el país pasó de la posición 53 a la 55 en los últimos tres años. En el rango de las economías de ingreso medio alto (34 en total), el país mantiene el noveno puesto.

Importancia del índice

En esta versión, el informe incorpora un análisis del futuro de las innovaciones médicas en la calidad de vida de la población, factor clave en el crecimiento económico de las naciones.

Estas tecnologías disruptivas permitirían a muchos países nivelar el acceso a los servicios sanitarios; se cita como ejemplo el empleo de drones para llevar medicamentos a zonas rurales aisladas.

El GII del 2019 profundiza las tendencias en 130 economías, clasificadas por zonas de alto, medio y bajo nivel de ingreso; uno de los objetivos del informe es posicionar el tema de la innovación en los países de medio y bajo ingreso, con miras a dimensionar las carencias y las fortalezas de sus sistemas de innovación.

En las métricas persisten las debilidades para obtener información de los resultados y el impacto de los esfuerzos de las naciones en temas como el emprendimiento, el capital de riesgo, las cadenas productivas y el grado de éxito de las innovaciones en el mercado.

Hallazgos claves

Los ganadores en la carrera por la innovación son: Suiza (alto ingreso), China (ingreso medio alto), Viet Nam (medio bajo ingreso) y Rwanda (bajo ingreso).

Sin embargo, el GII 2019 expone que el gasto en I+D de las naciones de alto ingreso se ha ralentizado, situación que afectaría el apoyo público a la investigación básica, sustento de los procesos innovadores en áreas como la salud.

Además del decrecimiento económico, el incremento de las políticas proteccionistas en los países ricos, constituye una amenaza para los sectores intensivos en tecnología que se nutren de la atracción del talento global, la transferencia del conocimiento y la difusión de la innovación.

Geografía de la innovación

Los datos reunidos señalan que la "geografía de la innovación" está cambiando. Por primera vez, en el índice del 2019, una economía del norte de África y del este asiático ingresan a los diez primeros lugares del escalafón. Se trata de Israel y Singapur que ascendieron a la octava y décima posición, respectivamente.

Brechas

Los mayores gastos en innovación se mantienen concentrados en pocos países de alto ingreso; subsiste una frontera que impide el tránsito de las economías de ingreso medio a un estadio superior en innovación. Con excepción de China y en menor escala India, Brasil y Rusia, no hay ascensos notables en el índice.

Del mismo modo, se observa que algunas economías obtienen más retorno con una menor inversión en innovación; es el caso de Suiza, Suecia y Holanda. Lo contrario sucede en países como Singapur y Emiratos Árabes Unidos.

Cuando se mide la calidad y la cantidad de la innovación, Estados Unidos se mantiene en el nivel superior de la tabla de calificaciones, superando a Alemania y Japón segundo y tercer lugar, respectivamente. Ambos criterios parten del desempeño de las universidades en cantidad, calidad de publicaciones científicas y la internacionalización de las invenciones.

El estudio estableció que el mayor número de clúster de ciencia y tecnología se localizan en Estados Unidos (26), China (18), Alemania (10), Francia (5), Reino Unido (4), Canadá (4); con tres aparecen Australia, India, Japón, Corea y Suiza.

Costa Rica: innovación en claroscuro

Al igual que el resto de las economías de la región, en el ámbito de la innovación Costa Rica exhibe un panorama de claroscuros, donde el potencial innovador parece inexplotado. El informe sostiene que los logros del país en esta materia son relativos a su nivel de desarrollo.

Como fortalezas del país se identifica el gasto per cápita en educación (posición 7); la sostenibilidad ambiental (posición 15); la facilidad para obtener créditos (posición 11); las tarifas arancelarias (posición 22); la oferta académica formal (posición 14); la exportación de servicios de cómputo, información y telecomunicaciones (posición 7), entre otros.

Un estudio del 2018 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) definió como obstáculos a la capacidad de innovación de Costa Rica, el bajo nivel de dinamismo de los negocios, las altas tasas de informalidad y el tiempo promedio para iniciar un negocio (22,5 días).

A pesar de la evolución a una economía de bienes y servicios que emplean el conocimiento de forma más intensiva, el país no logra una buena puntuación en cuanto a la contribución de la innovación.

La inversión en I+D como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) si bien está a la par de otros países latinoamericanos, se ha estancado en los últimos años (no supera el 0,5), muy por debajo del promedio de los miembros de la OCDE (2,4).

El uso de la innovación y la tecnología se concentra en las empresas que operan en el régimen de zona franca, y persiste un débil encadenamiento con las empresas nacionales. Los proveedores locales solo proporcionan un 24% de los insumos de las empresas multinacionales afincadas en el país, en actividades de bajo valor agregado como los servicios de empaque y limpieza.

Otro factor limitante de la innovación es la escasa participación de las universidades privadas en I+D; el 80 % de la inversión la realizan las universidades públicas. También la mayoría de los proyectos financiados no tienen vínculo externo con el sector productivo.

La OCDE recomienda fomentar la innovación y la productividad; fortalecer el compromiso a largo plazo con la ciencia y la tecnología, lograr coherencia en la implementación de políticas y mejorar la base de información.