Nº 5, mayo, 2020
Universidades
públicas frente a la pandemia
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Riesgo
de rezago en agenda de investigación
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Escenario
de "normalidad diferente"
William Mora M.
wmora@conicit.go.cr
A poco más de dos meses de la declaratoria de
emergencia por la pandemia del Covid-19 las universidades públicas buscan
adaptarse para enfrentar la incertidumbre y posibles rezagos en su agenda de
investigación y trabajo docente.
El balance después de las medidas de confinamiento
es negativo debido al acceso limitado a las instalaciones de los centros de
investigación.
Hoy, solo se permite la presencia física del
personal básico responsable de la seguridad, limpieza y el cuido de animales
sujetos a estudios. En el caso de las estaciones experimentales se sigue
dando el mantenimiento a los cultivos.
Los procesos de muestreo en el campo fueron
suspendidos y aquellos proyectos dependientes de condiciones estacionales
sufrirán una reprogramación de sus actividades. Tampoco se realizan acciones
que requieran la interacción presencial con actores sociales y productivos.
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El prototipo de cápsula para el traslado de pacientes del TEC está en
fase de pruebas. Foto: TEC.
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En contraste,
la afectación se espera sea menor en las áreas de las ciencias sociales,
humanidades y ciencias económicas producto de las metodologías de análisis.
Para los
vicerrectores de investigación de la Universidad de Costa Rica (UCR), Dr.
Fernando García Santamaría y del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), el
Ing. Jorge Chaves Arce, ambos centros de educación superior ya enfrentan un
"proceso adaptativo" que les obliga innovar para prevenir mayores impactos.
Dr. Fernando García Santamaría, Vicerrector
de Investigación, UCR.
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Reprogramación
Las autoridades del TEC y de la UCR procuran medir los
efectos de la pandemia en los proyectos de investigación; mientras, aseguran
que habrá una baja en la ejecución del financiamiento asignado por la
imposibilidad de realizar todas las acciones programadas.
En lo que resta del año, el caso del TEC concretarán
una convocatoria especial para proyectos relativos al Covid-19, en donde
desean alocar parte de los recursos no empleados.
Un proceso similar seguirá la UCR ya que en agosto
de cada año hacen "un barrido" de los fondos no ejecutados para asignarlos a
otras necesidades.
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"Realmente es
una lástima que por esta coyuntura no se pueda usar el dinero destinado a la
investigación", afirma el Dr. García para quien el manejo de presupuestos
anualizados, impuesto por la regulación vigentes, restringe la inversión en
ciencia y tecnología.
La Contraloría
General de la República obliga a las universidades a clasificar la
investigación como una "actividad ordinaria," un dictado contraproducente para
el concepto plurianual de los proyectos.
Hay
investigaciones diseñadas para extenderse hasta por diez años como es el caso
del mejoramiento genético de la papa o de la papaya; y en las universidades la
mayoría de los proyectos supera el umbral de los 12 meses en su ejecución.
Aunque no se
tiene una estimación definitiva, para el Ing. Chaves en el TEC al menos un 60 %
de las tareas de investigación se verán afectadas por la pandemia.
Tanto en la UCR
como en el TEC se han respetado los límites impuestos por el Ministerio de
Salud y solo entre un 15 y un 20% del personal en cada una de las áreas puede
desplazarse a los laboratorios a cumplir funciones básicas.
En la actualidad el personal administrativo de las
vicerrectorías de investigación opera de manera virtual o remota y las
consultas y trámites se atienden con normalidad.
Por otro lado, se estima que más del 80% de las
actividades relativas a la participación en foros y congresos internacionales
no se efectuarán por el Covid-19. Esto incidirá en los índices de intercambio
académico y de publicaciones científicas que persiguen las universidades.
Revisión de prioridades
Los vicerrectores del TEC y la UCR asienten que la
llegada del Covid-19 ha obligado a revisar las prioridades de investigación
para responder a las demandas del gobierno y la sociedad.
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Ing. Jorge Chaves Arce, Vicerrector de Investigación y Extensión, TEC.
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En la UCR un
equipo de investigación del Instituto Clodomiro Picado trabaja aceleradamente
en la fabricación de sueros con anticuerpos a partir del plasma recolectado de
personas convalecientes; también preparan la producción de inmunoglobulinas
equinas que puedan aplicarse para atenuar severidad de la enfermedad del
Covid-19. Estas investigaciones se coordinan con el Ministerio de Salud y la
Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
El aporte
universitario se dimensiona en otros frentes como la recién publicada encuesta
de opinión pública sobre la percepción ciudadana de los diferentes actores a
cargo del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP).
A los estudios
biomédicos se suman iniciativas de grupos de trabajo en el plano ingenieril
(producción de ventiladores mecánicos y equipos de protección), económico,
salud mental y violencia intrafamiliar.
En el TEC se
han enfocado en la fabricación de cápsulas para la intubación de pacientes
Covid-19 y el transporte de infectados en ambulancias; a la vez, se trabaja en
técnicas de desinfección de mascarillas, caretas protectoras, gabachas
desechables, mascarillas N 95 y en la producción de ventiladores mecánicos para
la respiración asistida.
El Centro de Simulación en Salud de la Escuela de Enfermería, UCR. La
viceministra Paola Vega, Micitt (Izq.); vicerrector
Fernando García (centro), y vicepresidente de la República, Marvin Rodríguez
(Der.). Foto: UCR.
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En algunos casos, las iniciativas han surgido de
manera espontánea de grupos de investigación interdisciplinarios e
intergeneracionales como respuesta a la necesidad de generar capacidades
locales para atender la pandemia.
Del mismo modo, ambas universidades participan en la
iniciativa ColabCR del Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) y en mesas
de estudio propuestas por diversas instituciones.
"Yo veo un aprendizaje para las estructuras que
soportan la investigación en las universidades; lo que parecía efectivo en
tiempos normales en tiempos de crisis obliga a un funcionamiento distinto",
dice el Ing. Chaves.
Desde la perspectiva del vicerrector del TEC esta
pandemia plantea la necesidad de hacer una revisión integral de las normas
que rigen el accionar universitario para enfrentar eventos similares.
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Oportunidad
La coyuntura del
Covid-19 parece haber revalorado el papel de la investigación científica y el
aporte de las universidades al país.
Para el Dr.
García y el Ing. Chaves las respuestas dadas desde los centros universitarios
resaltan su papel como "bienes públicos". Los productos concretos entregados y
el apoyo experto para comprender los efectos de esta enfermedad se sustentan en
la alta calidad de los docentes.
"La universidad no es solo para la formación de
profesionales; contribuimos a generar, adaptar y aplicar tecnología y ciencia
en la solución de los problemas nacionales", afirma el Ing. Chaves.
Con el mismo tono el Dr. García asegura que la
sociedad se ha dado cuenta de la importancia de generar conocimiento endógeno
para atender "realidades cotidianas" alteradas por este fenómeno excepcional.
Si bien el diálogo
entre los políticos y los científicos no siempre tiene afinidad y armonía, en
la coyuntura del Covid-19 se ha observado la prevalencia de criterios basados
en la racionalidad científica.
La oportunidad para
generar alfabetismo científico a través de los medios de comunicación salta a
la vista: la población tiende a incorporar hábitos saludables como el lavado
de manos. El uso de conceptos como "pandemia", "virus", "brote", "inmunidad"
aparecen en el lenguaje cotidiano de las personas.
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Muestras de hisopos
fabricados por la Facultad de Microbiología, UCR. Foto: UCR.
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La "timidez
académica"—asegura el Dr. García— ha dado paso a un activismo con las voces de
muchos investigadores interesados en atender las consultas de los medios de
comunicación.
"Me parece muy
positivo que en esta coyuntura los académicos deban salir a dar la cara; es
fundamental bajarse del pedestal y salir a discutir con los medios de prensa
temas complejos de manera sencilla", afirma el Dr. García, quien aspira a que
esta tendencia se mantenga.
"Medicina
de guerra"
La urgencia en
la búsqueda de soluciones ha puesto en jaque el accionar de las instituciones
públicas y de esto no escapan las universidades.
La UCR permite la
permanencia del 15 por ciento del personal para atender actividades básicas
como el cuido de animales y cultivos sujetos a investigación. Foto: UCR.
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Por ejemplo, se ha forzado el tránsito a una
educación asistida por medios remotos; los procesos formativos están llevando
a los docenes y estudiantes a experimentar con el uso de plataformas de
comunicación virtual.
La emergencia ha hecho que grupos universitarios
apliquen modelos de tecnología de acceso abierto "libre" de bajo costo para
buscar soluciones en la producción de equipos de protección personal.
"Estamos aplicando medicina de guerra," afirma el
Ing. Chaves para quien las respuestas inmediatas no excusan cumplir con los
protocolos de seguridad y las normas de calidad.
Un objeto que pareciera
simple como es la careta de protección conlleva normas específicas de
curvatura y distancia de la cara; las mascarillas deben superar las pruebas
de filtración para detener el virus.
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En medio de la
urgencia, aseveran ambos vicerrectores, el país tiene que preocuparse por
vigilar las derivaciones éticas de la pandemia. Así, la producción de medios
terapéuticos contra el Covid-19 deberán ser de acceso universal y no un
privilegio de pocos.
"Si sale una
vacuna ha de ser para todos; no solo para los países ricos o quienes puedan
pagar", añade el Dr. García.
Nueva realidad
En los próximos
meses tanto el país como las universidades tendrán que aprender a convivir con
la llamada "normalidad diferente" causada por el Covid-19. Antes de que se
logre la inmunidad colectiva, los estudiantes no podrán reunirse masivamente en
las aulas.
Aunque el escenario parece incierto, los
vicerrectores García y Chaves avizoran escenarios flexibles; se mantendrá el
distanciamiento social, el lavado de manos y el uso de mascarillas podría ser
frecuente.
En el caso del TEC valoran privilegiar solo la
presencia física de estudiantes con limitaciones de acceso a la tecnología. A
pesar de que se favorecerán las reuniones virtuales ya se mandaron a instalar
equipo de lavado de manos en las áreas de tránsito.
En la UCR las decisiones se sopesan a la luz de los
cambios que resulten de la pandemia y las medidas del Ministerio de Salud.
Por el momento, se ha visto que las video conferencias ahorran el tiempo al
evitarse traslados. Las lecciones virtuales se mantendrán y las prácticas de
laboratorio se harían con la presencia reducida de estudiantes.
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Un equipo de investigación del TEC ha producido un prototipo de respiración asistida.
Foto: TEC
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"Nunca antes como
humanidad habíamos vivido una situación similar; todo se presentó tan rápido.
En cinco meses se ha generado una avalancha de conocimiento sobre este virus y
todo parece tentativo", puntualiza el Dr. García.
Cuadro de datos
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Créditos:
Dirección
y edición:
MA. William Mora M.
Montaje digital:
Rocío Vargas M.
Créditos de fotos: UCR y TEC
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