"Yo sé que no es lo mismo caminar desde Lomas de Ayarco sur a tomar el bus que hacerlo en la León XIII o Rincón Grande de Pavas. No es porque el lugar sea de ricos o de pobres lo que genera violencia, es la desigualdad en el acceso al bienestar".

Lo dice Oscar Delgado Cascante, un antropólogo quien desde hace cinco años coordina el Observatorio de la Violencia, iniciativa desarrollada bajo el alero del Viceministerio de Paz, ubicado en Barrio Luján.

Según sus palabras existe un "círculo de la violencia" atado a las condiciones de exclusión y falta de oportunidades de los habitantes. Desde su perspectiva los estudiantes no "desertan", es el sistema educativo que los expulsa y quienes no van al colegio carecerán de las suficientes habilidades técnicas y blandas para encontrar un trabajo; por tanto, serán candidatos fáciles a delinquir.

Desde hace 15 años, el Observatorio de la Violencia ofrece información relevante en la prevención y mitigación de la delincuencia que azota el país. A partir de los datos recabados y procesados por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), el Poder Judicial y el Ministerio de Seguridad Pública se seleccionan y analizan las estadísticas delictivas nacionales.

Los delitos de mayor incidencia se presentan por medio del sitio web http://observatorio.mj.go.cr/. El sumario salta a la vista: en el 2018 la tasa de homicidios dolosos del país fue de 11,6 por cada 100 mil habitantes; el mismo año el total de femicidios alcanzó 24 y, en el 2017, el 36,5% de las víctimas mortales en carretera fueron jóvenes de 15 a 29 años.

Altas Cartográfico de Delitos del 2018, Observatorio de la Violencia, según datos del OIJ.

Los datos son objetivos y según afirma el coordinador del Observatorio es una decisión política dimensionar su relevancia a la hora de emplearlos en la toma de decisiones.

Por ejemplo, a la Policía Turística le resultará significativo conocer que Bahía Ballena sea el distrito de Costa Rica en donde más hurtos se reportaron en el 2018; con frecuencia los visitantes descuidan sus bienes por el disfrute. En el sitio se presentó una tasa de 333 hurtos por cada 10 mil habitantes este año.

Del mismo modo, en el 2016, las zonas de mayor concentración de denuncias de violencia doméstica en el país fueron los distritos de Santa Rita, Nandayure, Guanacaste con 164 casos, y Guaycará, Golfito, Puntarenas, con 153 casos. En ambos casos la tasa es por cada 10 mil habitantes.

Cuando se valora la mortalidad por suicidios llama la atención que el 85 por ciento de las personas fallecidas sean hombres, según las estadísticas del 2016 del Observatorio.

Contraste regional

Si bien el país ha mostrado un incremento en los niveles delictivos, esta realidad es menos alarmante si se compara con lo experimentado en naciones como El Salvador o Honduras. Como lo anota Oscar Delgado, El Salvador en las primeras tres semanas del 2019 presentó la misma cantidad de homicidios que tuvo Costa Rica en todo el 2018 (504 homicidios), una tasa de 11.6 por cada 100 mil habitantes.

"En Honduras todos los días se sabe que 15 personas no volverán a sus casas," añade.

En opinión Oscar Delgado el éxito del Observatorio de la Violencia está en ser un centro de acopio de datos de acceso público con incidencia en la toma de decisiones para prevenir o atacar el delito. Este objetivo se cumple a pesar de su escaso personal (junto a él trabaja una profesional en estadística).

Como profesional en un campo de las ciencias sociales ha aportado al análisis estadístico una visión de contexto en donde los datos dejan de ser solo "números".

"Las cifras están circunscritas a un entorno geográfico, cultural; a una historia social y económica", expresa.

Su aporte lo dimensiona además en la capacidad empática de construir diálogo con las distintas instancias con las que interactúa el observatorio.

Lic. Oscar Delgado Cascante, Coordinador del Observatorio de la Violencia.

—Estamos inmersos en una región que expresa las mismas realidades en el tema del delito y la violencia.

A partir de los datos lo que podemos decir es que el país ha hecho esfuerzos importantes, pero son insuficientes en la atención del delito y la prevención. Hay que reconocer las acciones emprendidas con grupos organizados en las comunidades, con las municipalidades, con los Centros Cívicos por la Paz, encaminadas a la recuperación de espacios públicos. Por ejemplo, en Heredia se georreferenciaron cada uno de los espacios públicos del Cantón Central, en total 75 espacios públicos, y los categorizamos como verde, amarillo y rojo para empezar a intervenirlos.

Un espacio público es inseguro porque es oscuro; en la oscuridad es más fácil delinquir. Cuando esos sitios se llenan de gente haciendo diversas actividades se alejan los delincuentes.  Ese tipo de cosas son políticas asertivas y bajan los niveles de delincuencia.