Nº 03, marzo, 2017
Estudio
lingüístico sobre piropos
¡Uuuyyy
mamita ...!
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Piropo femenino tiende a ser más agresivo
para "devolver la moneda"
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Edad de las mujeres para piropear: 14 y
los 20 años; hombres inician a los 17 años y mantienen práctica toda su vida
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Era digital amenaza al piropo
William Mora M.
wmora@Conicit.go.cr.
En esa tarde de viernes el ánimo no era para piropear; el frío calaba
los huesos y recién terminaba un taller para nuevos editores convocado en la
Universidad de Costa Rica (UCR). Había previsto realizar una entrevista a
Damaris Madrigal, justo al final de la actividad.
Caminamos hasta la soda de la Facultad de Educación y ahí, en un lugar
quizá inoportuno para grabar la conversación, nos debatimos entre la música
de ambiente, el tránsito de los estudiantes y las faenas de limpieza de una
empeñosa conserje que manguereaba los pasillos
aledaños.
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Días atrás le propuse conversar sobre una investigación desarrollada
18 años atrás: "El piropo callejero en San Ramón." Solo su título llamaba la
atención, máxime cuando está en la palestra legislativa una propuesta de
legislación para penalizar el acoso callejero.
Como la suya, hay cientos de investigaciones
que duermen en los anaqueles de nuestras universidades en espera de difusión.
Damaris
suma varios estudios en el campo de la antropología lingüística; el más
reciente es un diccionario de frases de uso coloquial contemporáneo, de mucho
interés sociocultural.
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Piropos en San Ramón
Durante tres años (del 1999 al 2001) esta investigadora, graduada en
filología de la UCR, desarrolló el trabajo sobre los piropos callejeros en la llamada
"tierra de los poetas"; quería conocer la naturaleza de este acto comunicativo
y compararlo con prácticas similares en el Valle Central.
Con la ayuda de estudiantes hizo observaciones de campo en el parque de la
localidad, a la entrada de los bares y a la salida de las iglesias.
En esos nichos de expresión social logró
grabar y después transcribir cerca de 100 piropos distintos; los clasificó en
campos semánticos particularmente asociados a frutas, verduras, animales y
condiciones de la naturaleza. Sus hallazgos se mantienen hoy en resguardo en el
archivo institucional de la Sede deOccidente de la
UCR.
Pudo identificar que los piropos en San Ramón son menos grotescos, tienden
a ser una construcción estética; en especial cuando se comparan con los del
Valle Central, particularmente con los de Cartago que evidencian un tono más
lascivo.
̶ En San Ramón se registran muchos ámbitos
de producción, pero el piropo es más poético; hay una constante comparación con
expresiones alusivas a ángeles, frutas y hasta especies de animales, afirma
Damaris.
Para esta investigadora los piropos son metáforas simples; se usa con
frecuencia el símil y esto los convierte en una creación poética.
Expresión chispeante
Del acuerdo con la investigadora la palabra "piropo" viene del griego "pyros" que alude al fuego; por tanto, son expresiones
"chispeantes" y quien las pronuncia busca siempre una reacción en el perceptor,
aunque esta sea negativa.
En ocasiones los piropos son claves para el cortejo; constituyen medios de
intercambio para llamar la atención del otro. La recompensa va desde una
sonrisa del perceptor hasta una frase espetada al piropeador.
Para la investigadora aunque una expresión sea de
contenido grotesco, en términos estrictos sigue siendo un piropo; desde luego,
la probabilidad de éxito en el ejercicio de cortejo disminuye cuanto se tornan
vulgares.
Los piropos en general alientan lo que se denomina en lingüística el
"prestigio abierto" y el "prestigio encubierto"; en el primer caso la persona
busca el reconocimiento sin tapujos de la persona aludida y en la mayoría de
los casos busca una visión positiva de los otros. Cuando se trata del prestigio
encubierto el piropeador
pretende tener una llave de acceso al grupo, no importa si se ofende a alguien.
̶ Esto se ve cuando los muchachos empiezan a
sentir la libertad para decir "malas palabras"; se sienten más hombrecitos y
buscan agradarle al círculo de amigos, agrega Damaris.
A veces una frase que parece ofensiva puede terminar siendo del agrado del
perceptor.
̶ ¡Uuyyy mamita
tiene más carne un taco de queso que usted!
Aquí tenemos un piropo de contenido grotesco, pero podría ser que la
persona lo sienta como un cumplido dada su aspiración de lucir delgada, según
su ideal estético.
Fruto de la tradición y la
espontaneidad
La investigadora considera que los piropos mantienen una línea en el
tiempo; algunos sufren modificaciones, pero en esencia siempre hay una
construcción poética. Se han logrado identificar campos semánticos recurrentes
como los referidos a ángeles, frutas y animales.
En algunos casos son originales, las personas los construyen en el momento
o, por el contrario, surgen de estructuras heredadas en la tradición oral.
Los piropos casi siempre se dicen en las aglomeraciones. En San Ramón, en
los espacios abiertos, se observó que muchos tenían un carácter de inocencia,
lejos de connotaciones libidinosas.
El piropo y los sexos
Según la investigadora el piropo es más
frecuente en boca de los hombres.
̶ Yo no registré casos de mujeres que anduvieran solas y dijeran algo a
un hombre; las mujeres solo piropean cuando andan en grupo, lo hacen para
congraciarse con sus congéneres.
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Sin
embargo, en el estudio se constató que cuando las mujeres piropean lo hacen
con frases agresivas y atendiendo a características físicas y sexuales. Casi
siempre los piropos son menos creativos y hay más recurrencia a expresiones
como "!Riiico!"
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¿Por qué ocurre esto?
Según Damaris Madrigal esto podría deberse a los anhelos de reivindicación
de la identidad femenina, al llamado empoderamiento de la mujer; así como ellas
se han sentido agredidas por estas expresiones creen que pueden responder con
la misma moneda.
Las mujeres manifiestan la conducta de piropear entre los 14 y los 20 años;
después esta manifestación tiende a desaparecer. Por su parte, los hombres
empiezan a piropear cerca de los 17 años y lo siguen haciendo por el resto de
la vida.
Cuanto más viejos sean los hombres más
poéticos y más creativos se tornan los piropos. Esto tiene que ver con la
probabilidad de éxito, ya que creen que si los perfeccionan llamarán más
atención.
Rechazo o aceptación
La investigadora de la UCR clasificó las reacciones a los piropos en dos
categorías: las lingüísticas y no lingüísticas. Cuando la persona meta del
piropo reaccionaba con una sonrisa, una modificación de la forma de caminar u
otro tipo de expresión gestual, se consideraba como una reacción no
lingüística; cuando hay verbalizaciones directas con palabras como "idiota,"
"grosero," "¡Viejo cochino!" o "¡Su madre!" estas serían respuestas
lingüísticas.
Los piropeadores siempre acompañan la frase con
reacciones físicas como levantar la espalda, estar en posición erguida, echar
los hombros hacia atrás y hablar fuertemente. Con frecuencia se invade el
espacio de la otra persona, como acercarse al oído.
En el caso de San Ramón se encontró que no era común el que los piropeadores invadieran el espacio de las mujeres. Esta conducta sí se evidencia en zonas como
Guanacaste donde incluso se llega al contacto físico.
En el Valle Central se encuentra que los piropos tienen más connotaciones
sexuales, se alude a características físicas de las personas que lo reciben.
Práctica decae
Si bien los piropos se pueden considerar como una expresión cultural que ha
sobrevivido por generaciones y se practica en casi todo el mundo, en Costa Rica
está siendo condicionada por la promulgación leyes sancionatorias,
especialmente cuando atañen al acoso sexual.
̶ La lengua es parte de nuestras
manifestaciones antropológicas y la primera diferencia que hay que hacer a la
hora de realizar estudios es dimensionar lo femenino y lo masculino. Al final
las leyes no resolverán la conducta social entre hombres y mujeres.
El piropo está siendo sustituido por formas de expresión con menos carga
semántica debido al uso intensivo de los celulares y las computadoras. Los
emoticones, según la investigadora, hoy se pueden considerar algunas
expresiones como ciberpiropos.
Mujer de letras
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Recién concluyó un
diccionario ilustrado de frases de uso coloquial.
William Mora M.
wmora@conicit.go.cr
Con 18 años de realizar investigación en el
campo de la lingüística Damaris Madrigal tiene una maestría en educación y
actualmente realiza sus estudios de doctorado en esta misma disciplina.
Ha
trabajado ocasionalmente en la Sede Rodrigo Facio en San Pedro, la mayor
parte de su carrera como docente ha sido en la Sede de Occidente, aunque
también ha laborado en las sedes de Turrialba, Puntarenas, Tacares.
Actualmente, es directora de la Editorial de Occidente y de la Revista
Pensamiento Actual y Coordinadora de Investigación de la Sede de Occidente.
Nació
en el seno de una familia numerosa (10 hermanos) de padres obreros; un padre
huérfano de padre y una madre huérfana de madre, pero que ella asegura que
han sido maravillosos y a quienes les debe todo en la vida; no tiene hijos y
está casada con un antropólogo muy emprendedor.
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Damaris Madrigal,
investigadora de la UCR.
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Realizó sus estudios de primaria en la Escuela República de Chile, los
secundarios en el Colegio de Señoritas; Damaris es producto del sistema de
educación pública nacional.
Ambiciona continuar en el campo de la investigación y le preocupa la poca
difusión que tienen los estudios en Ciencias Sociales, campos en los que
considera hay un bajo reconocimiento.
̶ Los docentes debemos dar el ejemplo; los profesores debemos
investigar y publicar.
Aunque tuvo una buena nota en el examen de
admisión en la UCR y "todo me gustaba" recuerda como su hermano Róger, uno de los mayores, un día se acercó y le
dijo: ̶ Vea, yo a usted no
la veo como un número, yo la veo como una letra.
Con el paso de los años la sentencia probó ser
cierta; ingresó a la universidad porque se sentía apasionada por la
Lingüística.
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Lingüista especializada en
el estudio del léxico popular.
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En el 2015
terminó una investigación de tres años para crear un diccionario ilustrado de
frases de uso coloquial contemporáneas, tema que había tratado en su tesis de
licenciatura en filología.
Pudo
recolectar cerca de 1100 dichos populares relativos al impacto de la
tecnología, el color, la estética y el sexo. Las frases también recogen la
visión de las nuevas generaciones en torno a la población migrante y otros
aspectos de orden económico. Atrás quedaron los dichos asociados a la vida
campesina como "hacerse el chancho".
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̶ Antes se decía cuando algo no era
original que era "hechizo"; lo "paque" (paqueteado) ha
tomado su lugar.
̶ ¿Qué pasa si hoy alguien
le dice un piropo?
Lo acepto; sería un
milagro a mi edad (47 años).
Sí recibo piropos en la
calle y en el trabajo, la gente es amable conmigo.
̶ ¿Cuál es el piropo que le
ha impactado más; el piropo excelso?
El que más gracia me hizo
fue uno dirigido a una muchachita muy delgada cuando iba por la calle. Un señor
le dice: ̶ ¡Qué buenas piernas...!
Ella se vuelve con su minifalda bastante corta y le sonríe; el hombre prosigue:
̶ ¡Tan flacas y no se le quiebran!
̶ ¿Cuál es el piropo que
más detestan las mujeres?
"¡Rica!"; ese concepto
para nosotras no está claro. No sabemos
que inspira ese piropo, es confuso.
̶ ¿Cuál es el piropo que
usted cree las mujeres más aprecian?
Los que tienen que ver con
ángeles. Esos como... "San Pedro dejó la
puerta abierta porque los ángeles están saliendo."
̶ ¿Hay piropos neutros?
Sí, ¡Adiós!
Créditos:
Dirección y edición:
MA. William Mora M.
Montaje digital:
Rocío Vargas M.
Fotos: Damaris Madrigal
Ilustraciones: María Ester Alvarado (escenas alusivas a piropos).
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CONICIT
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(506) 2216-1500
Fax: (506) 2216-1565
Apdo.: 599-2200
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de Salud CCSS,
Vásquez de Coronado.
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