Nº 1, enero,
2021
Informe sobre el Desarrollo Humano 2020
Desafíos de la era del "Antropoceno"
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Costa Rica sube 30
puestos; ocupa posición 62 entre 189 naciones
·
Desigualdad pone en
riesgo avance en indicadores
·
Próxima frontera: trabajar
con -y no en contra- la naturaleza
William Mora M.
wmora@conicit.go.cr
Fue anunciado justo el 15 de diciembre, como
preámbulo a las fiestas navideñas, en medio de la pandemia global de la
Covid-19; se trata del Informe sobre el Desarrollo Humano 2020, un documento
que dibuja la realidad y los desafíos de una nueva era geológica: el "Antropoceno", bautizada así por el impacto de los seres
humanos sobre la suerte de nuestro planeta.
El análisis fue presentado en Suecia por el
Programa de las Naciones para el Desarrollo (PNUD), bajo el título "La
próxima frontera: desarrollo humano y el Antropoceno".
Se cumplen 30 años de la emisión del primero de
estos estudios, que buscan reunir información sencilla sobre la evolución de
los índices de los países en ámbitos como la esperanza de vida al nacer, el
nivel educativo, el ingreso promedio de la población. En los últimos años, el
informe ha incorporado indicadores relativos a la pobreza, desigualdad y
brechas de género.
En la edición 2020, el PNUD ha incorporado un
nuevo "índice experimental" sobre el progreso humano al considerar las
emisiones de dióxido de carbono y la huella material de los países (calculada
a partir de la extracción de materias primas en el mundo para cubrir la
demanda nacional).
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Depredación ambiental
Los
datos, recabados hasta el 15 de julio del 2019, marcan una realidad "cruda"
sobre el avance de la depredación humana de los recursos del planeta y su
impacto medio ambiental.
El
estudio enfrenta a los líderes mundiales con la disyuntiva: o toman decisiones
para reducir la presión humana sobre los recursos naturales o no habrá progreso
de la humanidad en las próximas décadas. La sentencia, aunque sombría, debería
ser un acicate para el cambio.
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Según Achim Steiner,
Administrador del PNUD, la combinación de evidencias como la pandemia de la
Covid-19, el aumento de las temperaturas y los niveles de desigualdad ponen
en jaque lo que "entendemos como progreso".
En la presentación del informe hizo ver que
"ningún país ha logrado alcanzar un desarrollo humano muy alto sin ejercer
una presión desestabilizadora sobre el planeta".
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De
acuerdo con el estudio ha llegado el momento de que los países ricos y pobres
"rediseñen" sus trayectorias de crecimiento para evitar el colapso final del
ambiente; y, a su vez, solventar los enormes desequilibrios de poder y de
oportunidades que aquejan a la sociedad moderna.
En
esta ocasión, el análisis global evidencia que más de 50 países abandonaron el
grupo de desarrollo humano muy alto, como reflejo de su dependencia de los
combustibles fósiles y su huella material.
El
documento destaca a Costa Rica, Moldavia y Panamá como las naciones que más
escalaron en el índice (subieron al menos 30 puestos), lo que evidencia que es
posible el crecimiento económico y el progreso con un balance ambiental.
Trabajar con la naturaleza
Un
nuevo paradigma en el uso de los recursos naturales debería pasar por "trabajar
con -y no en contra- la naturaleza"; para esto, se requiere una transformación
de las normas sociales, los valores y el manejo económico de los recursos.
Los expertos recomiendan generar estímulos
fiscales para proteger los bosques y aumentar la reforestación, algo que
Costa Rica viene implementando como política desde la década de 1990.
La apuesta costarricense ha sido el cuido de
los bosques y el pago de servicios ecosistémicos
para proteger la biodiversidad. Solo en el 2019, el Programa de Pago por
Servicios Ambientales (PSA) del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE)
desembolsó más de ¢14 mil millones a suscriptores de contratos.
En el 2018, el gobierno emitió el Plan Nacional
de Descarbonización (con vigencia hasta el 2050)
para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París. En el tema energético,
en 2017 el 99.5% de la electricidad en Costa Rica fue generada sin usar
combustibles fósiles, el punto más alto en 30 años.
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Según el MINAE el país conserva más del 27% de
su territorio bajo su Sistema de Áreas Protegidas (SAP).
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El informe del PNUD destaca que para el año
2100 los países más pobres podrían experimentar hasta 100 días anuales más de
clima extremo debido al cambio climático; este impacto podría bajarse a la
mitad de acatarse el Acuerdo de París.
A su vez, la protección de los bosques y la
reforestación podrían reducir el aumento global de temperaturas de 2° C con
respecto a los niveles pre-industriales.
Los datos del Fondo Monetario Internacional
(FMI), suministrados por el estudio, señalan que el costo total para los
países derivado de los subsidios públicos a los combustibles fósiles supera
los US$ 5 billones anuales, equivalente al 6,5% del Producto Interno Bruto (PIB)
Mundial.
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Fracturas sociales
El
PNUD centra su análisis en las profundas "fracturas sociales" que coadyuvan al
deterioro ambiental. Los datos descubren una creciente desigualdad entre los
países y dentro de ellos; en la base subsisten como causas el colonialismo y el
racismo, lo que explica que quienes más tienen "capturan" los beneficios de la
naturaleza y exportan los costos.
Como ejemplo se refiere el caso de los
indígenas de la Amazonía, protectores de enormes zonas boscosas, que en
términos per cápita representan la absorción del dióxido de carbono
equivalente al producido por el 1% más rico de la población mundial. A
cambio, estos grupos humanos reciben discriminación y no intervienen en la
toma de decisiones.
Los autores del informe destacan la
vulnerabilidad de poblaciones que además de la persecución étnica (por causas
políticas y ambientales) sufren la contaminación excesiva por residuos
tóxicos.
El documento apunta a "desmantelar los enormes
desequilibrios" por medio de las intervenciones preventivas del sector
público para ofrecer oportunidades de desarrollo a poblaciones como costeras,
amenazadas por el cambio climático.
La colisión hombre-naturaleza se avizora como destino extremo
ineludible, fruto de un progreso humano sostenido por el crecimiento desigual
basado en la economía del carbono, un ciclo completamente agotado como lo
indicó Pedro Conceição, Director de la Oficina del
Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD.
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Los
aborígenes del Amazonas sufren discriminación étnica y política.
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Balance de Costa Rica
• Aparejados con Malasia en indicadores
• Esperanza
de vida subió 4.6 años desde 1990
William Mora M.
wmora@conicit.go.cr
El Índice de Desarrollo Humano (IDH)
del PNUD ubica a Costa Rica en la posición 62 entre 189 países, con una
puntuación de 0.810, lo que lo sitúa en la categoría de desarrollo humano muy
alto; una posición que comparte con Malasia.
Según el resumen dado por el informe, entre 1990 y el 2019
el IDH del país aumentó 21.8% al pasar de 0.665 a 0.810.
Esto se
asienta en los avances en indicadores como la esperanza de vida que creció en
4.6 años. Mientras en 1990, los ticos en promedio vivían 75.7, en el 2019 este
índice llegó a 80.3 años.
Durante
ese periodo comparativo, los años promedio de escolaridad pasaron de 6.9 a 8.7
con un crecimiento de 1.8 años. En contraste, el ingreso per cápita de la
población escaló de US$9,115 a 18,486, un avance superior al 102 %.
El
informe compara los progresos experimentados por el país con Trinidad y Tobago
y México, naciones que registraron diferentes grados de mejora en los
indicadores.
Así, el
IDH de Costa Rica (0.810) es menor al promedio de los países del grupo de
desarrollo humano muy alto (0.898) pero es superior al de las naciones
latinoamericanas y caribeñas (0.766). En la región, el país es superado por
Chile (43), Argentina (46), Uruguay (55) y Panamá (57). (ver: http://hdr.undp.org/en/content/latest-human-development-index-ranking)
En el
2020, informe del PNU revalora el índice promedio de los países considerando el
factor de la desigualdad; por este factor Costa Rica tiene una pérdida total de
18.5 puntos lo que lo ubica en el IDH ajustado con 0.661.
Finalmente, en el Índice de desarrollo de Género, sitúa a
Costa Rica con 0.981 dentro del grupo de países con un índice de desarrollo
humano muy alto. Por este concepto se miden las diferencias obtenidas por
hombres y mujeres en el campo de la salud (esperanza de vida al nacer), la
educación (años esperados de escolaridad) y el control de los recursos
económicos (medido según el ingreso nacional bruto per cápita estimado para
hombres y mujeres).
Cuadro de datos
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Créditos:
Dirección
y edición:
MA. William Mora M.
Montaje digital:
Rocío Vargas M.
Fotos e ilustraciones:
PNUD, Casa Presidencia Costa Rica, MINAE, MEP
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CONICIT
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