Ser humano está más expuesto
a interactuar con artrópodos
Nuevo libro explora relación de insectos con enfermedades
Científicos elaboraron una
guía dirigida a público no experto en el tema
Actualizado el 08 de enero de 2017 a las 12:00
am
Por Michelle Soto M. msoto@nacion.com
A través
de una picadura, la chinche Triatoma dimidiata transmite el parásito causante del mal de Chagas. (LN)
Muchas especies
de mamíferos ya no padecen ciertas enfermedades porque coevolucionaron
con los virus, las bacterias y los parásitos causantes de esos padecimientos,
transmitidos por insectos.
"La fiebre
amarilla, por ejemplo, era padecida por monos que eran picados por mosquitos.
Al principio, los monos morían a causa de esta enfermedad, pero se fueron
adaptando a ella y coevolucionaron con el virus, ya
que este también fue adaptándose a las condiciones que le ofrecía el
reservorio. En cambio, el ser humano es el recién llegado. Por eso, nos
enfermamos", explicó Rodrigo Zeledón, científico especialista en parasitología,
entomología y microbiología médicas.
Dar a conocer
esas enfermedades transmitidas por artrópodos y el papel que cumplen estos
animales en su transmisión es el objetivo del libro Guía de artrópodos de
importancia médica y veterinaria, publicado por la Editorial de la
Universidad Estatal a Distancia (Euned) en formato
bilingüe (español e inglés).
Su autoría recae
en los científicos Rodrigo Zeledón, Paul Hanson y Manuel Zumbado, quienes se
apoyan en 28 láminas con 239 fotografías para describir los artrópodos de
importancia para la medicina humana y la veterinaria.
"No pretendemos
agotar el tema; lo que pretendemos es sintetizar conceptos fundamentales para
acercarlo a las personas", dijo Zeledón.
Los artrópodos
son el grupo más abundante y diverso del reino animal, el cual incluye a
insectos, arácnidos (arañas y escorpiones), crustáceos y miriápodos, como los
ciempiés.
"Muchos son
transmisores silenciosos de enfermedades. Ese es el caso del chagas, que se transmite a través de una chinche que está
en los hogares y cuyos casos pasan inadvertidos.
"Otros atacan
cuando son larvas, pero no cuando son adultos, como el tórsalo, que es una
larva de mosca", mencionó Zeledón a manera de ejemplo.
Algunos
artrópodos también atacan a animales domésticos.
Más exposición humana
Conforme el ser
humano expande las fronteras agrícola y urbana, se expone a interactuar más con
los artrópodos. "El ser humano está invadiendo los lugares donde viven los
insectos desde hace muchísimos años, cuando el hombre ni siquiera había llegado
a América", explicó Zeledón.
Es más, esa
relación con el ser humano ha ido domesticando a estos diminutos animales.
"Por ejemplo, las
chinches eran silvestres y se hicieron domésticas gracias al hombre que las
ayuda, ya que se ven favorecidas por casas desordenadas, sucias y llenas de
basura. Lo mismo podría decirse de los mosquitos Aedes aegypti
y Aedes albopictus . Estaban más asociados a las selvas, pero los humanos nos
fuimos metiendo allí y ellos encontraron sangre de dónde alimentarse. Esa
domesticación tomó años y nosotros les hacemos los criaderos donde puedan
depositar los huevos", comentó el autor.
El cambio
climático también favorece una mayor exposición. Con el aumento de la
temperatura, algunos insectos ampliaron su área de distribución.
Ese es el caso
del mosquito Aedes aegypti que pasó de las costas a
las zonas urbanas y con él se extendió el dengue, la chikunguña
y el zika.
El incremento de
la temperatura, además, acelera el ciclo reproductivo de los insectos, es
decir, tardan menos en cumplir con las etapas de desarrollo.
Asimismo, ese
aumento de la temperatura trae consigo una variación de los patrones de
lluvias, lo cual igualmente favorece a algunas especies de artrópodos.
"Principalmente, aquellos que poseen una metamorfosis más completa, ya que
muchas veces su fase larval y pupal se desarrolla en
el agua. Eso significa que ahora tienen más lugares donde desarrollarse gracias
a las lluvias", destacó Zeledón.
El libro tiene un
costo de ¢5.000, está a la venta en las librerías de la UNED y en la Academia
Nacional de las Ciencias (ANC).
Tomado de La
Nacion