El antepasado del hombre tenía
forma de saco y nueve orificios
Noticia La Nación
Actualizado el 04 de
febrero de 2017 a las 02:27 pm
POR AFP
París,
Francia
¿Qué tenemos en común con
las estrellas de mar y los gusanos marinos? Un antepasado con forma de saco y nueve
orificios, según un estudio publicado en la revista británica Nature.
"En tanto que somos vertebrados
y pertenecemos a un grupo conocido bajo el nombre de deuterostomios",
explica Simon Conway Morris,
de la Universidad de Cambridge y coautor del estudio, a la AFP.
Este
es el antepasado más antiguo de los animales vertebrados, por lo que es el antepasado
más antiguo del ser humano. (Cortesía de la
Universidad de Cambridge)
"Pero este grupo es de
una diversidad enorme", agrega el investigador. Puesto que también encontramos
las estrellas de mar, los gusanos marinos, los erizos...
De ahí la pregunta: ¿cuál
es el antepasado común de estas especies tan diferentes?
Al descubrir Saccorhytus, en la provincia de Shaanxi, en China central,
unos investigadores chinos dieron al parecer con la respuesta.
"Saccorhytus
nos reveló a qué se parecía a nuestro antepasado común", afirma Conway Morris. Era minúsculo (un milímetro, con forma de saco
y ocho aperturas en todo el cuerpo, además de la boca, muy prominente.
Estas minúsculas criaturas
acuáticas, halladas fosilizadas, vivieron hace unos 540 millones de años,
probablemente entre los granos de arena en el fondo del mar.
Para los autores del estudio,
se trata del deuterostomio más antiguo hasta ahora
conocido y, por lo tanto, el antepasado prehistórico más antiguo del ser humano.
"Saccorhytus
nos aporta informaciones importantes sobre las primeras fases de la evolución de
un grupo que condujo a los peces y finalmente, a nosotros", indicó un comunicado
de la Universidad de Cambridge.
El minúsculo animal tenía
una gran boca (respecto al resto de su cuerpo). Se alimentaba probablemente engullendo
partículas de alimentos y criaturas diversas.
Los investigadores no excluyen
que dispusiera de receptores sensoriales, pero no hallaron nada que pudiera
parecerse a unos ojos.
Las ocho aperturas cónicas
le permitían quizás evacuar el agua que se tragaba, especialmente porque al
parecer el animal no tenía ano.
Estos orificios podrían ser
"el precursor evolutivo de las branquias de los peces", según la Universidad
de Cambridge.
Para los investigadores, detrás
de este mini-monstruo, Saccorhytus escondía un
"nivel destacable de complejidad orgánica para un estadio tan precoz de la
evolución animal".