UCR ajusta presupuestos ante recorte del FEES
La universidad amortiguará el efecto del recorte
congelando plazas, no aumentando el presupuesto de ninguna unidad ejecutora y
usando previsiones presupuestarias.
byLucía Molina
(Lucymolina07@Gmail.Com)Ene
22, 2019
La
Universidad de Costa Rica realizó un ajuste de sus presupuestos para atender el
recorte de ¢5.000 millones que realizó la Asamblea Legislativa. (Foto: Katya
Alvarado).
La Universidad de Costa Rica realizó
los ajustes necesarios en su presupuesto 2019 para atenuar los efectos en el
recorte al Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) que fue aprobado el
año pasado por la Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa.
La moción, propuesta por el diputado
Jonathan Prendas, redirige ¢10.000 millones del FEES al rubro de amortiguación
de la deuda. La Universidad de Costa Rica es la más afectada con un recorte de
¢5.000 millones.
El Consejo Nacional de Rectores
presentó el 22 de enero una acción de inconstitucionalidad contra el recorte,
sobre el cual el rector Henning Jensen sostuvo una
conversación con UNIVERSIDAD.
¿Cuáles
son las consecuencias del recorte del FEES?
-No podrá darse ningún aumento en el
presupuesto de las unidades académicas, ha sido formulado con crecimiento cero
con excepción de las sedes regionales en donde sí aplicaremos una aumento del 5% con respecto al año 2018. Esto último lo
hacemos porque queremos fortalecer las sedes regionales de cara a cualquier
recorte presupuestario adicional que pudiera darse en el futuro.
La inflación tiene una repercusión
importante sobre el presupuesto y la capacidad adquisitiva de toda unidad
ejecutora de la Universidad, que incluye a la Vicerrectoría, a la Rectoría y al
Consejo Universitario, y al resto de oficinas de la institución. Se contará de
manera real con un presupuesto menor al no darse un aumento de ningún tipo,
tampoco se creará ninguna plaza nueva.
La implicación más inmediata es que
tendremos que ser muy cuidadosos con la creación de programas nuevos o incluso
con las necesidades que podrían darse con la ampliación de oferta académica.
Por ejemplo, en sedes regionales estamos pensando en formar el recinto de
Golfito en una sede regional, para ellos necesitamos los recursos que ahora no
vamos a tener. Con esto no quiero decir que vayamos a detener este proceso,
vamos hacia delante con ese proyecto.
¿Bajo
qué criterio se tomaron las decisiones presupuestarias?
-Hemos tomado las medidas
presupuestarias que afecten lo menos posible el funcionamiento de las
dimensiones sustantivas de la universidad: la docencia, investigación y acción
social. Para ello hemos recurrido a utilizar dos partidas que son bastante grandes
y nos permite cubrir un porcentaje alto. Una es una previsión presupuestaria
que hemos tenido a lo largo de los años cuando dejamos de administrar los Ebais del programa PAIS, con el cual estamos en juicio con
la CCSS, entonces estamos usando los cerca de ¢2 mil millones que teníamos
contemplado en caso de perder el juicio.
Otra medida que tomamos es que hemos
amortiguado el fideicomiso (usado para el desarrollo de infraestructura), no en
su totalidad, sino en una parte importante, de manera que lo que tenemos que
pagar anualmente se ha reducido en un monto aproximado de ¢dos mil millones. Lo
que hicimos concretamente es que pagamos en su totalidad el edificio de
Odontología.
Entre otras medidas que tienen que ver
con alimentación, por ejemplo, que son de menor importancia académica. La
sumatoria de esos recortes en muchos otros rubros es que sumamos la cantidad
recortada.
¿Qué
recomendaciones se les dio a las unidades ejecutoras para atender estos
pequeños recortes?
-Cada oficina de la universidad tiene
sus necesidades propias. Es tanta la diversidad que nosotros no podemos dar
indicaciones únicas, lo que sí hemos pedido es que cada unidad haga una
revisión de aquello en lo cual pueda hacer una contención del gasto. La
directriz predominante es que se trate de no afectar las actividades
académicas. Por ejemplo, algunas unidades están muy preocupadas por las giras,
sí hay una implicación general de que debe contenerse el gasto en cuanto giras,
pero no aquellas que sean indispensables para que el estudiantado pueda cumplir
con sus obligaciones académicas, como en biología, agronomía, zootecnia y otras
en las que se mantiene el presupuesto en giras.
La
Universidad se ha visto envuelta en polémica con respecto al uso del superávit,
¿cómo explica estos montos?
-La Universidad de Costa Rica tiene una
ejecución institucional que anda alrededor del 94%-95% de su presupuesto. Esa
es una ejecución muy alta y, es más, serán muy pocas las instituciones públicas
que tengan una ejecución presupuestaria tan alta.
Cuando hay un porcentaje de ese
presupuesto que no se ejecuta, entonces se considera superávit. A lo largo de
los años se ha hecho una diferenciación entre el superávit libre y
comprometido. La Contraloría eliminó esa distinción, ahora todo es superávit
libre, pero hay una parte que está comprometida. Por ejemplo, nosotros ya
empezamos a construir el edificio del ciclotrón, eso va a tardar dos años en
estar finalizado y el costo es más o menos unos $11 millones. Mientras no se
ejecute todo entonces será un superávit, pero resulta que tenemos un contrato
que deriva de una licitación, entonces ese superávit está comprometido, porque
tenemos que pagar la obra.
¿De
qué forma van a responder a la comisión que estudiará el FEES en la Asamblea
Legislativa?
-Sobre esto se creará una estrategia y
se conformará un equipo de personas que preparen la información que se nos
solicite, aunque para iniciar ese proceso se requiere primero conocer la agenda
de la comisión.
Considero que la evaluación de una
institución académica debe responder a modelos académicos y no a modelos
políticos, como lo hace la Asamblea.
Además, quiero
expresar mi inconformidad con que a la Asamblea se atribuya la evaluación de
las instituciones obviando el papel de la ley como en el caso del Sinaes y el ente costarricense de acreditación. Es una
instancia meramente política.