Estudiantes de Odontología crean suctores dentales amigables con el ambiente

Actualmente los dispositivos son plásticos y se convierten en una gran cantidad de desechos mensualmente.

By María Núñez Chacón Jul 09, 2019

https://semanariouniversidad.com/wp-content/uploads/2019/07/suctor-816x460.jpg

Suctor de acero inoxidable desarrollado por jóvenes de la UCR.(Foto: Karla Richmond)

En Costa Rica existen unos 232 consultorios odontológicos distribuidos en todo el país, de acuerdo con datos del Ministerio de Economía, Industria y Comercio. Si cada uno de ellos atendiera 12 pacientes por día, en tan solo un año los profesionales dentales utilizarían y desecharían 801.792 suctores dentales -dispositivos de plástico que succionan la salivas y otros líquidos orales de un solo uso-.

Ante esta realidad y con el fin de reducir la producción de desechos de estos productos, un grupo de cuatro estudiantes de la Facultad de Odontología de la Universidad de Costa Rica (UCR) desarrollaron un suctor metálico autolavable de grado quirúrgico, que puede ser utilizado en múltiples ocasiones.

Este invento puede repercutir positivamente en reducir la contaminación y el daño ambiental, pues solamente en la Facultad de Odontología de la UCR se utilizan 166 suctores diarios, lo que significa 3.317 semanalmente, y todos estos van a la basura.

El proyecto fue desarrollado por las estudiantes Nicole Miranda Monestel, María Francinie Guevara Hidalgo, Yulieth Segura Castillo y Catalina Serra Segares, y se convierte en una prometedora idea para el entorno ambiental y la economía de los profesionales odontológicos.

https://semanariouniversidad.com/wp-content/uploads/2019/07/u-83-estudiantes-Odontolog%C3%ADa-1024x691.jpgLas estudiantes Nicole Miranda Monestel, María Francinie Guevara Hidalgo, Yulieth Segura Castillo y Catalina Serra Segares. (Foto: Karla Richmond).

La iniciativa fue presentada en la tercera feria de innovación que desarrolla anualmente la Facultad de Odontología de la UCR. El suctor, que las estudiantes denominaron Cuak, ganó junto con la innovación de JellyDent y una investigación titulada "Crecimiento del biofilme dental asociado a la rugosidad de cerámicas utilizadas para restauraciones indirectas".

Los suctores plásticos son uno de los instrumentos más utilizados por los odontólogos y la propuesta de las estudiantes de la UCR es uno de acero inoxidable, con un diseño que cumple todas las condiciones para que un profesional en el campo decida cambiar el tradicional.

El proceso de elaboración constó de un arduo trabajo de investigación y desarrollo, con el impulso de varios prototipos con diversos materiales, algunos no resistían al calor, se deformaban o fallaban al momento de uso. Por lo tanto, el producto final ha sido probado bajo todas las condiciones y usos posibles, garantizando que son tan adecuados como los plásticos.

UNIVERSIDAD conversó con Catalina Serra, una de las estudiantes que participó en el desarrollo de esta iniciativa, quien nos contó en qué consiste y qué esperan de este proyecto.

¿En qué consiste específica el producto que desarrollaron?

— Nace de la idea de que la profesión de Odontología es una de las que más desechos produce y tienen un gran impacto en el ambiente. Se trata de un suctor (succiona los fluidos de la boca) de acero inoxidable de grado quirúrgico, es hipoalergénico y que se le da una angulación desde antes, y permite que sea autoclavable y reutilizable. Los actuales se usan solo una vez en cada paciente y se desechan.

¿Cómo es el proceso de uso de este dispositivo, los pacientes pueden estar tranquilos de su inocuidad?

— Se utiliza al igual que otros instrumentos como el espejo, el explorador o las pinzas; es del mismo material. Cuando uno llega a cita como paciente tiene que estar seguro de que el paquete se acaba de esterilizar y que está sellado.

Probamos el suctor en el centro de esterilización de la UCR y aguantó todas las pruebas, es un material autolavable y bajo el proceso adecuado se pueden destruir microorganismos y bacterias, eso garantiza que el instrumento que le están poniendo en la boca está estéril, por lo tanto, no hay de qué preocuparse.

¿Qué las motivó a desarrollar este proyecto?

— Como parte de un curso que teníamos que hacer, debimos formar grupos, investigar y desarrollar un proyecto de innovación o emprendimiento. Con mis compañeras comenzamos a darle cabeza y teníamos la espina de crear algo que pudiera ser realidad, no sólo una tarea de la universidad, sino que tuviera impacto y efecto en la aplicación de la profesión.

Determinamos que queríamos hacer un suctor biodegradable, en primera instancia, sin embargo, continuaba siendo un desecho y no lográbamos el objetivo que era reducir la contaminación. Entonces llegamos a la conclusión de hacerlo de acero inoxidable.

¿Cuáles fueron los principales resultados de la investigación que llevaron a cabo?

— Sólo en la UCR se desechan 3.317 suctores al mes, cada suctor de plástico cuesta como ¢13, lo que representa para la Universidad al año como medio millón de colones, incluso hay una empresa que se encarga de desechar los materiales infecciosos y cobran por peso. Entonces no sólo se trata del daño ambiental, sino también la parte económica.

Los dentistas llegamos a la consulta y casi todo se tiene que botar, el babero, cubrebocas, guantes y otros insumos, así que consideramos que un pequeño cambio puede tener un gran impacto, pues en el país hay muchos consultorios dentales, esto representaría un gran ahorro.

Estamos claras que el suctor de metal va a ser mucho más caro que el plástico, pero hay que verlo como una inversión, pues podría durar muchos años.

Además, investigamos sobre los instrumentos odontológicos que son del mismo material y en sus fichas técnicas no viene especificación de su vida útil, y los fabricantes no lo ponen, porque depende del cuidado y uso que se les dé.

¿Están buscando inversionistas que les apoyen en la producción del suctor?

— Sí. Primero estamos haciendo los trámites para poder sacar la patente para el producto, porque ha tenido mucho impacto en redes sociales, en la feria que tuvimos en la UCR. De hecho, a los profesionales y estudiantes les pareció una excelente idea, la noticia tuvo mucho alcance y nos motiva a buscar una inversión para lanzarlo al mercado.

Aunque sea algo pequeño tendrá un impacto grande, el ambiente lo pide a gritos y nosotros como profesionales en la salud, no sólo tenemos que velar por la salud del paciente, sino también de que nuestra labor no afecte tanto al ambiente y hay que generar conciencia. Tenemos buena intención de generar un gran impacto y sabemos que así podrían crearse nuevos instrumentos en odontología que no sean desecho.

Estamos analizando los costos finales, porque desarrollar uno es muy diferente a hacerlo de forma masiva.