Premio TWAS-Conicit 2017
Estudios de microbiología
ambiental y cantos de aves son reconocidos por la Academia Mundial de las
Ciencias
Ganadores
fueron seleccionados entre 17 candidatos
Patricia Blanco Picado, Periodista Oficina de Divulgación e Información
Paula
Umaña, Periodista Oficina de
Divulgación e Información
Categoría: Premios - 31 de agosto de 2017.
El estudio de
microorganismos que se encuentran en el ambiente y que pueden tener
aplicaciones biotecnológicas y del canto de los pájaros conocidos como Cuatro
ojos de jupa negra (Melozone leucotis)
fueron los trabajos premiados este año por el Conicit
y la Academia Mundial de Ciencias (TWAS, por sus siglas en inglés) (fotos:
cortesía de Max Chavarría y Luis Sandoval, respectivamente).
La trayectoria de dos científicos jóvenes de la Universidad
de Costa Rica (UCR), el Dr. Luis Sandoval Vargas y el Dr. Max Chavarría Vargas,
y sus aportes al estudio del canto de las aves en ambientes urbanos y de la
microbiología bacteriana con fines biotecnológicos fueron acreedores este año
del Premio
TWAS-Conicit.
Este galardón es concedido por la Academia Mundial
de Ciencias (TWAS, por sus siglas en inglés) y el Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicit), de Costa Rica, a
científicos que hayan realizado investigación en los últimos años en el país.
El jurado calificador escogió de forma unánime,
entre 17 candidatos, los trabajos en el área de Biología de los investigadores
de la UCR.
De Sandoval, quien es profesor e investigador de
la Escuela de Biología, destacó su "gran
producción científica total y que como primer autor en diversos estudios sobre
el comportamiento de pájaros, aporta resultados de alto nivel científico y con
potencial de impacto sobre proyectos de conservación".
Asimismo, de Chavarría, profesor catedrático e
investigador de la Escuela de Química y del Centro de
Investigación en Productos Naturales (Ciprona), resaltó "el
estudio de microorganismos ambientales para su utilización en aplicaciones
biotecnológicas como biocatálisis o bioremediación de relevancia local y global, y trabajos en
el ámbito de la biodiversidad en sitios extremos de Costa Rica". Estas
investigaciones las ha efectuado en conjunto con el Centro Nacional de
Innovaciones Biotecnológicas (Cenibiot), del Centro
Nacional de Alta Tecnología (Cenat).
Los premios fueron otorgados en un acto realizado
el 30 de agosto en el Auditorio del
Museo de Jade y de la Cultura Precolombina.
Para Sandoval, el premio TWAS-Conicit
es un reconocimiento a su labor de estos años y al esfuerzo para aportar al
conocimiento sobre las aves en el país. "Es un aliciente y un compromiso de
hacer las cosas tan bien o mejor como las hemos hecho hasta ahora", dijo.
Por su parte, Chavarría aseguró que el galardón constituye
una motivación para continuar trabajando. "Este tipo de reconocimiento nos
motivan y comprometen a seguir haciendo a seguir haciendo las cosas bien y
mejor", expresó.
Desde las 4:50 a.m. comienza el trabajo de campo
del biólogo experto en ornitología, Luis Sandoval Vargas, para grabar los
cantos y llamados de las poblaciones de aves estudiadas (foto Cristian Araya).
Entender la comunicación
acústica de las aves
Con un doctorado en Biología de la Universidad de
Windsor, Canadá, el Dr. Luis Sandoval Vargas regresó al país en el 2014 para
contribuir en el área de la Ornitología, parte de la Zoología que estudia las
aves, y además impartir diversos cursos como Bioacústica,
Ornitología y Biología de campo en la Escuela de Biología de la UCR.
Su trayectoria está marcada por la
combinación tanto de técnicas de laboratorio como de la utilización de
especímenes preservados en el Museo de Zoología y un arduo trabajo de campo en
el estudio de la comunicación acústica de animales, sobre todo en ambientes
urbanos, así como el comportamiento reproductivo y sexual de las aves.
Entre los meses de marzo y abril y junio y julio,
época de reproducción de las aves, es cuando usualmente Sandoval sale a
espacios abiertos a estudiar esta fauna. De lunes a viernes, el investigador, acompañado de estudiantes de
licenciatura y maestría, se encuentra en el campo desde las 4:50 a.m. El campus
de la Sede Rodrigo Facio de la UCR, el Jardín Botánico Lankester
y Getsemaní de Heredia son algunos de los lugares donde el biólogo realiza sus
investigaciones relacionadas con la transmisión de sonidos de los pájaros
conocidos como Cuatro ojos de jupa negra (Melozone
leucotis).
Los biólogos realizan diversas labores como la
grabación de sonidos para su posterior análisis por medio de programas
informáticos; la medición del ruido del ambiente; la captura de aves con ayuda de
redes de niebla para identificarlas con anillos, determinar el sexo y tomar
medidas morfológicas. Esta información sirve para llevar a cabo el estudio del
cambio en el peso, plumaje y medición de las aves según el grado de
urbanización.
"El trabajo actual vino como resultado de mis
estudios de doctorado, estoy tratando de entender el efecto de la urbanización
en la comunicación de las aves", explicó el experto, quien analiza distintos
aspectos como el ruido ambiente, la densidad de las aves y la contaminación
lumínica, que podrían afectar las características de los cantos de estos
animales, como su frecuencia y horas de actividad.
"Entender si hay efectos de la contaminación
acústica en la sobrevivencia de las especies de los diferentes hábitats urbanos
va a permitir desarrollar a futuro políticas de conservación más efectivas, que
no sean únicamente proteger lugares y creer que eso va a permitir la
conservación de todas las especies", añadió.
Su formación
es en Química, aunque realizó su doctorado en el área de la Biología molecular.
Este cambio le ha permitido a Max Chavarría Vargas diversificar sus intereses
de investigación y dar un aporte en el campo del estudio de los microorganismos
que se encuentran en ambientes extremos (foto Cristian Araya).
De la química
a la biotecnología microbiana
Con una formación en Química, el Dr. Max Chavarría
Vargas tomó la decisión de realizar estudios de doctorado en el campo de la
Biología molecular, con énfasis en Biotecnología microbiana.
Bajo la dirección del reconocido especialista
español Víctor de Lorenzo, Chavarría hizo su tesis enfocada en el metabolismo
central de la Pseudomonas putida,
una bacteria que tiene la capacidad de degradar contaminantes como el petróleo
o los hidrocarburos aromáticos, y que le gustan los ambientes tóxicos en los
cuales otros microorganismos no sobreviven.
El objetivo de este estudio era entender el
funcionamiento de la bacteria y buscar en el futuro posibles aplicaciones
biotecnológicas como la biorremediación, que consiste
en utilizar un organismo para eliminar contaminantes de aguas, suelos o aire, y
la biocatálisis o biotransformación, una técnica que
busca transformar un producto en otro con un valor agregado con la intervención
de microorganismos.
El estudio en un área diferente a la Química le
permitió a Chavarría ampliar su visión como científico, trabajar de forma
interdisciplinaria y diversificar sus intereses como investigador. "Esto
me ha permitido publicar más, incursionar en más proyectos, colaborar con
gente. Yo le recomiendo a los estudiantes que dejen su zona de confort y se
atrevan a incursionar en campos distintos, es muy beneficioso", indicó.
Desde su llegada al país en el 2012, el científico
ha participado en equipos de investigación interdisciplinarios, tanto de la UCR
como del Cenibiot, como investigador principal a
cargo de proyectos relacionados con microorganismos ambientales y sus
aplicaciones biotecnológicas y en proyectos sobre comunidades microbianas que
sobreviven en ambientes extremos.
Uno de sus trabajos, publicado en la revista Scientific Reports
en el 2016, se titula Producción de nanopartículas
de selenio en Pseudomonas putida. "Estas
partículas de selenio podrían tener una aplicación en áreas de la salud y la
cosmetología, por ejemplo", explicó el investigador.
El otro estudio reciente es un análisis de la
comunidad microbiana del río Sucio, de origen volcánico, perteneciente a la
vertiente del mar Caribe. En este los
científicos buscaron microorganismos que viven en condiciones extremas y que
son interesantes desde el punto de vista biotecnológico.
"Yo creo mucho en el trabajo autóctono. Pienso
que es muy importante que tengamos nuestras propias investigaciones, y cuando
digo esto es que nosotros debemos ser los autores principales y debemos llevar
la batuta, no contentarnos con ser solo colaboradores o proveedores de información.
Debemos aspirar a hacer ciencia de primer nivel", afirmó Chavarría.
A sus 35 años de edad, el Dr. Luis Sandoval Vargas
ha destacado en el país por sus investigaciones relacionadas con la taxonomía, biología
reproductiva y conservación, sobre todo en la rama de la comunicación vocal (bioacústica) de aves distribuidas en el territorio
nacional.
Gran parte de
sus investigaciones las ha realizado como investigador y profesor de la Escuela
de Biología de la UCR, Alma Mater en la que obtuvo su bachillerato y maestría
en Biología.
Del 2010 al 2014, Sandoval
cursó el doctorado en Bioacústica en la Universidad
de Windsor, Ontario, Canadá. Su tesis titulada Comportamiento vocal y
divergencia vocal en melozones mesoamericanos, evaluó
diferentes hipótesis de divergencia acústica en este tipo de aves, distribuidas
en el Valle Central de Costa Rica. Molecular
Phylogenetics and Evolution, Landscape Ecology, Animal Behaviour, Ethology, Bioacustics,
Journal of Ornithology, Current Zoology y Behaviour
forman parte de su currículo.
Actualmente es el presidente de la Unión de
Ornitólogos de Costa Rica.
El Dr. Max
Chavarría Vargas se formó como químico en la Universidad de Costa Rica y luego
realizó el doctorado en Biología Molecular en la Universidad Autónoma de
Madrid, y en el Centro Nacional de Biotecnología, en España. En sus tesis
analizó el metabolismo central de la bacteria Pseudomonas
putida, de gran importancia en el campo de la
biotecnología.
Sus áreas de investigación son la microbiología
ambiental y la biotecnología microbiana. Ha realizado estudios de
caracterización química y microbiológica en los ríos Celeste, en el Parque
Nacional volcán Tenorio, y en el río Sucio, así como de posibles aplicaciones
biotecnológicas de la bacteria Pseudomonas putida.
A sus 38 años es profesor catedrático de la Escuela de Química e
investigador del Centro de Investigación en Productos Naturales (Ciprona), de la UCR. Además, se desempeña como coordinador
de la Unidad de Genómica y Biología Molecular del Centro Nacional de
Innovaciones Biotecnológicas (Cenibiot).
Es autor de más de 30 artículos científicos
publicados en revistas internacionales de alto impacto.
Tomado de: http://www.ucr.ac.cr/noticias/2017/08/31/estudios-de-microbiologia-ambiental-y-cantos-de-aves-son-reconocidos-por-la-academia-mundial-de-las-ciencias.html