Costa Rica y Nicaragua
comparten potencial para salvar al pez sierra en extinción
Lucía Astorga. Hace 2
días
Los
peces se caracterizan por la elongación de su nariz, donde se forman dientes
que dan la apariencia de una sierra. Esto también representa una
vulnerabilidad, ya que pueden quedar atrapados en las redes de pesca. Foto:
Suministrada por Mario Espinoza
Aunque la relación política entre Costa Rica y Nicaragua no
siempre ha sido la mejor, ambas naciones están unidas por un importante
potencial en sus territorios, para la sobrevivencia del pez sierra, uno de los
peces más amenazados del mundo.
Por lo menos así lo asegura una investigación hecha por
científicos del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar), de la
Universidad de Costa Rica (UCR), que encontró en suelo tico y en aguas
nicaragüenses, dos importantes hotspots (puntos
calientes o áreas donde hay una especial concentración de biodiversidad, en
este caso, del pez sierra).
Estos sitios de relevancia son: el Humedal Nacional Térraba Sierpe, en el Pacífico sur, y la cuenca
hidrográfica del río San Juan, en la región norte.
"Cuando comencé en el estudio no tenía tanta esperanza de que
íbamos a encontrar tantos reportes del pez sierra, pensaba que su situación iba
a estar peor que en otros lugares, pero afortunadamente pudimos encontrar
lugares claves, en el Pacífico y zona norte.
"Nos llena de esperanza, de emoción. Nos dice que aún no está
perdida la batalla con la conservación de esta especie, que hay que enfocar los
esfuerzos de conservación, las acciones de manejo localmente, sobre todo en la
zona del Térraba Sierpe y en los ríos que desembocan
en el San Juan, es una zona muy importante y que está expuesta a diferentes
amenazas socioeconómicas", expresó el biólogo Mario Espinoza, quien junto con Jorge Valerio, realizó el estudio.
Cinco especies
Si bien se habla en singular, lo cierto es que cuando se habla del
pez sierra, en realidad a lo que se hace referencia es a un grupo de especies
de peces cartilaginosos (o sea, que están relacionados con los tiburones y las
rayas). Históricamente han habitado los ríos, humedales, manglares, y aguas
costeras de Costa Rica, sin embargo, sus números han declinado
significativamente en el país, siguiendo la tendencia global.
Los niveles han descendido a tal punto, que las cinco especies de
este grupo, están catalogadas como en peligro crítico de extinción o en
peligro, según la ‘Lista Roja’ de la Unión Internacional para la Naturaleza
(UICN).
Por ello, desde el 2017, el Instituto Costarricense de Pesca y
Acuicultura (Incopesca), estableció una veda
permanente para la captura de las dos especies de este grupo, que se encuentran
en Costa Rica: Pristis pristis y Pristis pectinata. Asimismo, el acuerdo AJDIP/366-2017 solo permite su pesca
con fines de investigación científica.
Metodología
¿Conoce al pez sierra?
Existen
cinco especies y todas ellas están catalogadas en peligro crítico de extinción
o en peligro, según la 'Lista Roja' de la UICN.
¿Pero,
cómo los investigadores lograron identificar los dos ‘puntos calientes? Aplicando
275 entrevistas, entre marzo del 2016 y octubre del 2017, en comunidades costeras
y ribereñas en todo el país.
"Cuando
comenzamos no teníamos una noción de cuál era la situación, adonde se encontraba
el pez. Por reportes históricos se sabía que estaba en ciertos lugares del país,
sin embargo, pensamos que los pescadores y las comunidades costeras, desde su
experiencia, podrían generar mayor información acerca de la especie", indicó Espinoza,
sobre por qué decidieron implementar esta metodología.
La
selección de pueblos pesqueros para realizar entrevistas, se basó en registros históricos
y la proximidad de estos lugares, a los ecosistemas adecuados para el pez sierra,
como manglares, grandes ríos y otros hábitats costeros clave.
De tal
forma que los cuestionarios se aplicaron en el golfo de Nicoya, el Humedal Nacional
Térraba Sierpe, el golfo Dulce, Boca San Carlos, Boca
Cureña, barra del Colorado, Gandoca, Manzanillo y
Sixaola.
Las
preguntas formuladas a los entrevistados, de acuerdo con Espinoza, son de gran aporte
porque "ayudan a aclarar mejor aspectos de la
distribución, de la situación del pez sierra, de las amenazas y es básicamente
la información que necesitábamos para arrancar el estudio".
Cambios en distribución
Futuro del pez sierra
Investigadores
identificaron dos sitios importantes para la recuperación del pez sierra en
Costa Rica.
Por ejemplo,
según los testimonios obtenidos, hace más de 20 años el número más alto de
reportes sobre la presencia del pez sierra se registraba en el golfo de Nicoya (41
de 89), en segundo lugar aparecía la cuenca hidrográfica
del río San Juan (con 22) y en tercer sitio el Humedal Nacional Térraba Sierpe (con nueve).
Empero,
ahora las cifras son diferentes; en los últimos cinco años, la mayor cantidad de
reportes se originaron en las cercanías del río San Juan (10 de 24), seguido
por el Humedal Nacional Térraba Sierpe (con cinco).
El golfo de Nicoya fue desplazado al tercer lugar, con la misma cantidad de
registros que el el
Pacífico sur (tres).
"La
variación podría deberse a que el golfo de Nicoya, "ha sido sometido a una
intensiva extracción de recursos marinos y se considera que ha sido sobrepescado desde la década de 1990, (periodo) que
coincide con el tiempo marco de la mayoría de las capturas en este estuario.
"(...)
Según los pescadores, algunos peces sierra capturados en este golfo durante la temporada
de lluvias eran hembras embarazadas y, en algunos casos, abortaron sus fetos
cuando fueron capturadas. Esto sugiere que el golfo de Nicoya y posiblemente el
río Tempisque eran un terreno de cría de pez sierra", indica el estudio,
publicado en la revista Endangered Species Research.
Mientras
que la cuenca hidrográfica del río San Juan, que representa una frontera
natural entre Costa Rica y Nicaragua, luego que las
poblaciones del pez sierra disminuyeran en la década de los 70′,
las autoridades del país implementaron en 1981, una moratoria de dos años para
su captura y un estado indefinido de protección desde 2002, lo cual podría
explicar su recuperación.
Por otro
lado, el Humedal Nacional Térraba Sierpe, posee uno
de los bosques de manglares más grandes de América Central; comprende 17.737
hectáreas de área protegida de manglares o el 43% de todos los manglares en
Costa Rica. Según los investigadores, la zona cuenta con medidas de protección,
como el hecho de solo permitir la agricultura de subsistencia a pequeña escala
y prohibir los desarrollos turísticos o comerciales a gran escala.
Existen
regulaciones que han preservado los hábitats de peces sierra dentro del humedal,
al reducir las amenazas como la contaminación y los efectos sinérgicos de los
cambios en el uso de la tierra debido a la deforestación para el pastoreo de
ganado y los cultivos extensivos (por ejemplo, piña y plátanos).
Para los
investigadores, los resultados del estudio podrían ayudar a las negociaciones internacionales
entre Costa Rica y Nicaragua, para incrementar las medidas de cooperación, dado
que ambas naciones ya implementan acciones para proteger estas especies
amenazadas de peces.