Estudiantes de Química de la UCR
crean jabón y desinfectante que ayudarán a hogar de niñas en riesgo social
El curso de Procesos Industriales les permite conocer cómo se trabaja en
una empresa, sin embargo, en esta ocasión, le agregaron un componente social a
la experiencia.
Monserrath Vargas L.. 10 junio
De izquierda a derecha:
Freddy Gómez, Ronald Salas y Heidy León. Los jóvenes
trabajan en control de calidad de las materias primas y del producto terminado.
Fotos: Mayela López
Conocer cómo funciona una empresa, cuáles serían sus responsabilidades
en una compañía y de paso aplicar los conocimientos obtenidos durante sus años
de formación en la carrera de Química, es la oportunidad que el curso de
Procesos Industriales II, le ha dado a 15 estudiantes
de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Guiados por los profesores Javier Quesada y Darío Chinchilla, los
estudiantes convirtieron la clase en una empresa ficticia en la que se
distribuyeron tareas como las de producción, calidad, mercadeo y talento
humano.
La experiencia consiste en tres etapas, la primera de ellas fue crear un
producto con todos los estándares de calidad que exige el mercado, para obtener
donativos y fue así como los universitarios idearon un champú llamado Argamint, cuyos principales componentes son el argán y la
menta.
Rónald
Sánchez, quien ha trabajado en el departamento de mercadeo explicó que con el
champú decidieron trabajar en la parte sensorial del consumidor, ofreciéndole
un ingrediente mentolado.
"Hay un ingrediente que en la actualidad está muy popular en las
soluciones cosmetológicas: el aceite de argán, (este lo conseguimos) con
certificado orgánico, que se le pide directamente a
los proveedores", comentó Sánchez, quien además recalcó que decidieron no
colocar, ni sodio ni parabenos.
Una vez con el producto confeccionado en sus manos, los muchachos lo
ofrecieron a familiares y amigos a cambio de donativos (no se vendió, se pidieron
donaciones), con el fin de obtener fondos para financiar la segunda etapa de
esta iniciativa.
Con el dinero obtenido compraron materias primas, envases y etiquetas y
procedieron a identificar una institución de bien social que pudiera verse
beneficiada.
Fue así como seleccionaron el Hogar Montiel en Santa Ana. el cual
atiende a niñas en riesgo social desde hace 28 años. Para esta entidad crearon
jabón para manos y desinfectantes, de 150 kg cada uno y que serán donados al
hogarcito.
"Acá está aplicado todo lo que sabemos de Química, orientado hacia el
beneficio de alguien, un producto químico bien formulado y con estándares de
calidad", comentó Sánchez.
El champú Argamint permitió a los jóvenes recaudar donaciones para
comprar materia prima y así poder fabricar jabón para manos y desinfectante que
serán donados. Foto: Prodin Social para LN
Trabajo en equipo
Para continuar con la dinámica de este ejercicio académico los
estudiantes se distribuyeron tareas, entre ellas las de producción.
"Nosotros hacemos las pruebas en pequeño y las escalamos. Somos seis, no
necesariamente necesitamos a todos trabajando al mismo tiempo, trabajamos por
turnos y por necesidad", explicó Viviana Pérez.
Además de mezclar los componentes químicos para darle vida al jabón y al
desinfectante, se dedican al proceso de envasado.
Luego de aquí, el producto pasa a la sección de calidad, para asegurarse
que el jabón y el desinfectante posean las características necesarias, tal y
como si fueran a colocarse en el mercado. Posterior a eso, se dedican al
etiquetado.
La mayoría de los muchachos rotaron de puesto, para poder así entender
cuáles son todos los departamentos que están involucrados en el desarrollo de
un producto. Arline Naranjo, fue una de las
universitarias que tuvo esa experiencia, pues aunque
en este momento del proceso está en la sección de producción, inicialmente
estuvo en el área de mercadeo.
"Para nosotros fue un gran reto, porque teníamos que aprender,
preguntar, estudiar y fue bastante difícil, porque fue un área en la que no
tenía nada de conocimiento, me quedé con muchas cosas que quizá pueda aplicar
en el futuro", dijo Naranjo.
Por su parte, su compañero José Roberto Vega, aseguró que esta
experiencia académica les ha exigido investigar mucho sobre los reglamentos
existentes del Ministerio de Salud y también las normativas internacionales.
En el área de calidad, Freddy Gómez explicó que cuando los productos
están terminados se les realizan análisis a estos y también a las materias
primas adquiridas para fabricarlos, con el fin de constatar que efectivamente
cumplan con los certificados de calidad.
A los productos se les hacen entre otras, pruebas de estabilidad y PH
(acidez).
Tres generaciones
El profesor Javier Quesada destacó que esta es la tercera generación de
muchachos que pasa por esta experiencia, aunque aseguró que este es apenas un
cascarón al que "cada semestre hay que irle cambiando cosas, para hacerlo
interesante para nosotros como profesores y también para que no sea como otros
laboratorios que son las mismas prácticas todos los semestres".
Además, aseguró que ha sido muy agradable ver cómo los muchachos se han
comprometido con la idea de que el proyecto tenga tinte social, y que sea
donado a personas que lo necesitan.
Quesada recordó que si bien los universitarios al inicio lucen un poco
angustiados porque no saben en lo que se están metiendo, "como docente es
satisfactorio cuando tienen las cosas hechas y no se dan por vencidos y
realmente lo lograron".
Viviana Pérez y José Roberto Vega
trabajan en el proceso de producción de jabón líquido revisando el producto en
la mezcladora. Fotos: Mayela López
A las
comunidades
El proyecto tiene un tercer componente, el cual traspasará las paredes
del aula y viajará a Gandoca, Manzanillo.
Andrea Zúñiga, otra de las estudiantes explicó que en abril pasado
viajaron a esta comunidad para identificar vecinos que quisieran aprender a
desarrollar productos.
Inicialmente identificaron a 12 personas interesadas y van a enseñarles
a fabricar un repelente y una crema de chocolate y avellana, aunque esta última
aún no está 100% definida.
"Vamos a ir tres días a capacitarlos (a finales de junio) y les vamos a
dar todo el panorama, desde cómo se conserva, y que se le debe agregar para
eso, hasta hacer una especie de envase que lo puedan conservar y que puedan
ellos obtener bienes a partir de eso", aclaró.
Aranza Jiménez concluyó que la experiencia ha sido un reto, que los ha
sacado de la zona de confort, pues durante la carrera la mayoría está
relacionado con la academia, sin embargo, este proyecto los retó a trabajar
como una empresa y así al graduarse tener idea de cómo caminan las cosas fuera
de la universidad.
Estudiantes del curso
"Laboratorio de Procesos Industriales" de la Escuela de Química de la
Universidad de Costa Rica (UCR) elaboran jabón líquido para manos y
desinfectante, entre otros, como parte de un proyecto en el cual aprenden a
fabricar un producto y a desarrollar todas las etapas propias que debe cumplir
una empresa cualquiera: producción, distribución, mercadeo, etcétera. Fotos: Mayela López