Academia
Nacional de Ciencias: Covid-19 transforma a científicos en ‘estrellas de rock’,
y eso es bueno
Para la genetista Henriette
Raventós, vicepresidenta de la entidad, la mayor exposición y reconocimiento
públicos del aporte científico para superar pandemia, ayudan a que población se
apropie del conocimiento
Ángela Ávalos. Hace 22
horas
La científica Henriette Raventós ha desarrollado su carrera como
genetista en el campo de las enfermedades mentales. Actualmente, es la
vicepresidenta de la Academia Nacional de Ciencias de Costa Rica. Foto:
Cortesía
Para nada
acostumbrados a la luz de los reflectores mediáticos, científicos y científicas
del mundo entero tomaron protagonismo al poner a disposición de la Humanidad el
conocimiento desarrollado a lo largo de décadas. Esta vez, para enfrentar la
peor pandemia de tiempos modernos.
Fue así como, entre
otros, vimos al inmunólogo estadounidense Anthony Fauci
enfrentar con Ciencia el arsenal de irresponsables ocurrencias del hoy
expresidente Donald Trump. También vimos a hombres y
mujeres de Ciencia salir a la luz pública en España, Reino Unido o Alemania.
En los medios
costarricenses aparecieron, entre otros, el demógrafo y salubrista Luis Rosero Bixby, y el microbiólogo Christian Marín Müller, orientando
con sus análisis la ruta de las decisiones estatales en el manejo de la
pandemia.
Para la
vicepresidenta de la Academia Nacional de Ciencias (ANC), Henriette
Raventós Vorst, "esta exposición de científicos como
estrellas de rock en los medios, permitió una mayor
apropiación de la Ciencia por la población general".
"A diferencia de
muchas otras personas, mi opinión es que esta pandemia va a servir para mejorar
esa apropiación de la población de la Ciencia y la Tecnología. Casi que las
estrellas de los canales de noticias y de La Nación somos los
científicos. Eso es un cambio muy importante", manifestó en una entrevista con
este medio.
Raventós ve
oportunidades en estos nuevos escenarios. El siguiente, es un resumen de la
conversación con ella.
- El
SARS-CoV-2 colocó en una gran vitrina el muchas veces invisibilizado
trabajo de los científicos. En Costa Rica, ¿cómo fue aprovechada esa vitrina
inicial por los investigadores y por organizaciones como la ANC para
reposicionar aquí el valor de la Ciencia?
- Nosotros, por
mandato, nos toca asesorar a los poderes del Estado en Ciencia y Tecnología. En
esta pandemia, nos dedicamos, en primer lugar, a enviar una carta al Poder
Ejecutivo y al Ministerio de Salud y Caja brindándoles el apoyo que ellos
pidieran. Después, hemos hecho otros pronunciamientos, como el del uso de la
mascarilla, en abril, sugiriendo su obligatoriedad. Y posteriormente, con el
trabajo de Luis Rosero (demógrafo), para priorizar por edad el grupo dos de
vacunación. Además, hicimos un foro para discutir varios aspectos de importancia
sobre la pandemia, nos juntamos con la Academia Nacional de Medicina para hacer
actividades.
- Y esto, ¿en qué les
ha servido a ustedes para reposicionar la Ciencia?
- Es un rol
protagónico como ente que asesora al Estado costarricense, y que hace vínculo
con diferentes instituciones: con la Universidad de Costa Rica para hacer
foros, con la Caja Costarricense de Seguro Social y con el Ministerio de Salud.
No es suficiente, debería ser mucho más esta vinculación porque nosotros
podemos convocar a diferentes científicos de aquí y del mundo.
"No hay forma de abordar los grandes
problemas de la humanidad si no es con un enfoque internacional y
multidisciplinario".
"Otra de las
funciones de la Academia Nacional de Ciencias es promover la investigación en
Ciencia y Tecnología en el país y permitir que la población se apropie del
conocimiento científico y tecnológico. Esta pandemia va a servir para mejorar
esa apropiación de la población de la Ciencia y la Tecnología. Casi que las
estrellas de los canales de noticias y de La Nación somos los
científicos. Eso es un cambio muy importante. Pienso que sí puede haber un
grupo antivacunas, anticiencia,
pero en general por los estudios que se han hecho de los conocimientos
científicos, la población costarricense es muy educada.
"En este periodo, la
población ha logrado apropiarse más de la Ciencia, porque lo ha visto en tiempo
real, han visto cómo vamos adquiriendo nuevos conocimientos. Sabemos que la
vacuna sirve para prevenir que nos enfermemos. Con una buena divulgación
científica, uno hace que la población general se apropie del conocimiento y
sepa cómo usarlo. Uno anda por la calle, y la mayoría de la gente está usando
las mascarillas, y las está usando bien. La población costarricense tiene una
alta confianza en la Ciencia, en la Medicina, en la salud y en las vacunas.
Esto ha facilitado que adopte medidas".
- ¿Qué ha
ganado o perdido la Ciencia con esta pandemia?
- Creo que hemos
ganado protagonismo. Hemos ganado la posibilidad de colaborar a nivel nacional
e internacional y montar proyectos interdisciplinarios. Uno ve cómo han surgido
grupos colaborando tres universidades con el Ministerio de Salud, dos con la Caja.
La pandemia nos ha empujado a hacer algo que uno esperaría que hubiera pasado
siempre, y me gustaría que pase más.
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la covid-19 son el hito científico de 2020
"La otra gran
ganancia es que, en general, la información científica y los resultados se
están compartiendo de forma muy abierta. Se secuencia el virus por primera vez
en enero (2020) en China, e inmediatamente lo comparten en forma abierta. Y así
ha sido la secuenciación del virus y sus variantes. Esto ha permitido
identificar estas otras variantes en Sudáfrica, Reino Unido y en Brasil, que
aparentemente son más contagiosas. Esa es otra gran ganancia, la Ciencia
abierta, la Ciencia de colaborar, la Ciencia de compartir".
- ¿El balance ha sido
más positivo que negativo?
- El balance ha sido
más positivo que negativo, tanto para la producción como en la apropiación del
conocimiento de la población, sí, y en las colaboraciones. Hay una parte
negativa que, creo que depende más de las relaciones entre países y las
relaciones políticas, ya no entre científicos sino entre la industria y los
países que están tratando de comprar insumos. Sería más entre la industria
tecnológica y biomédica y la política.
El Instituto Clodomiro Picado,
adscrito a la Facultad de Microbiología de la Universidad de Costa Rica, se
fundó en abril de 1970. En coordinación con la CCSS, los científicos del
Clodomiro han desarrollado formulaciones de anticuerpos equinos con la
intención de inhibir el SARS-CoV-2, que produce la covid-19. Foto: Archivo/
Alonso Tenorio
- ¿Continuará
siendo valorado el trabajo de los científicos una vez que se alcance esa nueva
normalidad en la llamada pospandemia?
- Soy una persona que
mucha gente describe como muy optimista. Pienso que sí. Incluso, varias de
estas colaboraciones abiertas, internacionales, ya venían desde antes de la
pandemia, que lo que hizo fue acelerar el proceso. Pero era algo que a nivel
académico, público, universitario -porque la industria es diferente-, se venía
dando tal vez desde hace diez años. Yo espero que sí continúe. Ya nosotros
veníamos trabajando de forma colaborativa a nivel internacional y nacional,
multidisciplinario. No hay forma de abordar los grandes problemas de la
humanidad si no es con un enfoque internacional y multidisciplinario. A nivel
científico siento que esas fronteras están desapareciendo, pero a nivel de la
industria siento que es diferente. Se mantienen las fronteras entre países y
los intereses políticos y comerciales.
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iniciar en dos semanas pruebas en humanos de suero equino contra covid-19
- ¿Qué se le
puede decir a la población sobre la participación de la Ciencia desde las
empresas?
- El desarrollo del
conocimiento que permite posteriormente hacer vacunas, es público. No hubiera
sido posible hacer esta vacuna de ARN en tan poco tiempo si no hubiéramos
tenido décadas de investigación pública, universitaria, académica sobre ARN y
posibles medicamentos a partir de ARN. Desde hace muchos años, la investigación
al final del producto termina siendo privada, porque las universidades y la
ciencia pública invierten en ciencias básicas, a las cuales muchas veces la
opinión pública pregunta para qué se va a invertir en eso, si para ellos no
tiene ninguna utilidad. Entonces, la inversión de más riesgo, que no sabemos
hacia dónde va en ciencias básicas, es pública, y posteriormente, a partir de
ese conocimiento es que sale una vacuna en tan poco tiempo. Así es como se
mueve el mundo. No sé si es positivo o negativo, que al final el último
desarrollo sea privado o no. Sí creo positivo que haya muchas compañías
produciendo vacunas porque esto significa que tendremos muchas opciones.
"Si nosotros lográramos algo
parecido, si lográramos que esas personas que pretenden tener puestos en Casa
Presidencial o en la Asamblea se comprometan a escucharnos, a ser asesorados...
"
- ¿Qué está
haciendo, en este caso, la ANC para que políticos y otros sectores de la
academia mantengan el respeto y el apoyo a la investigación y el desarrollo que
se impulsa desde la actividad científica en Costa Rica?
- Eso es bien
complicado. La ciencia y la tecnología han sido temas olvidados a nivel
nacional. Nosotros tratamos a través de nuestras acciones de mejorar que así
sea, pero está fuera de nuestras manos exigir un mayor presupuesto.
La UCR junto a un grupo de
colaboradores privados desarrolla un respirador mecánico no invasivo. Foto:
cortesía UCR
- Pero, ¿están
haciendo algún lobby, aprovechando lo que se ha logrado con la
participación en la pandemia?
- Ese es un tema
vital. Pero no pasa solo por las organizaciones del Estado, ahí tenemos la
participación de las universidades que tienen una cantidad de recursos humanos
muy excepcionales y un grupo enorme de muchachos y muchachas formándose en el
exterior, con recursos del país. Cómo estas universidades logran que ese
personal regrese y se vincule, por ejemplo, a instituciones como el ICE en el
caso de los ingenieros que trabajan en energía. Hay que trabajar en esos
vínculos entre instituciones.
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trabajan en creación de respiradores artificiales para pacientes de covid-19
- ¿Pero se está
trabajando ya en reforzar esos vínculos para que esas relaciones estratégicas
no decaigan?
- Este es un tema que
se ha discutido y es de gran preocupación. Tenemos una red de científicos en el
extranjero. Uno lo que quiere es que estas relaciones que se establecieron
durante la pandemia se mantengan pero además se
extiendan, para que sean con el ICE (Instituto Costarricense de Electricidad),
con AyA (Acueductos y Alcantarillados), la CCSS... Si
nosotros logramos entender que durante esta pandemia esta exposición de
científicos como estrellas de rock en los medios, permitió una
mayor apropiación de la Ciencia por la población general.
- ¿Cómo
visualizan los compromisos que puedan adquirir quienes aspiren a un puesto
público con la labor científica a la luz de las próximas elecciones?
- Veo el ejemplo del
presidente (Joe) Biden (EE.
UU.), que acaba de nombrar a un comité asesor científico de la Casa Blanca.
Acaba de decirle al mundo que la Ciencia es importante. Si nosotros lográramos
algo parecido, si lográramos que esas personas que pretenden tener puestos en
Casa Presidencial o en la Asamblea se comprometan a escucharnos, a ser
asesorados... Porque muchas veces antes de la pandemia, incluso durante la
pandemia, nosotros elaboramos un comunicado y tuvimos que insistir para que nos
escucharan, y tenemos que usar a los medios para que esa voz de la Academia se
amplifique y llegue a los oídos de quienes nos tienen que escuchar. Me
encantaría un compromiso en ese sentido".
Al inicio de la emergencia nacional,
el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) confeccionó caretas con apoyo del
TEC, el cual facilitó el diseño, y la CCSS en el ensamble y embalaje. Foto:
cortesía
- SARS-CoV-2 no
será el último agente biológico que ponga al mundo de cabeza. Acostumbrados a
tirar línea al futuro, ¿cómo ven el papel de los científicos en estos
escenarios durante el siglo XXI?
- Los grandes
problemas de la humanidad en este siglo y en los años que vienen son de una
enorme complejidad. Nosotros, en Ciencia, vemos que para poder resolverlos no
será suficiente una sola disciplina, una sola institución o un solo país.
Necesitamos hacer una ciencia interdisciplinaria global, colaborativa, y
abierta.
"Vemos que esta
pandemia afecta de forma diferente países y sectores, es un problema global. Se
cruzan y se intersectan los problemas. Por ejemplo, una zoonosis como esta,
reducción de áreas protegidas, cambio climático, más huracanes, desempleo,
crisis políticas en diferentes países... no hay cómo no nos sorprendamos de
esta gran migración que estamos viendo hacia el norte saliendo de Honduras.
"No sé exactamente cuánto, es difícil
de predecir qué tan prolongado va a ser el efecto de este año que se perdió.
Esa desigualdad en el acceso al conocimiento y a la educación es muy triste y
preocupante".
"Necesitamos biólogos
estudiando las zonas protegidas, veterinarios con la zoonosis, sociólogos,
personal médico, gente en Ciencias Políticas y en ciencias básicas. Quienes
estudien el ARN. Mucha gente de la opinión pública se pregunta ‘para qué vamos
a estudiar el ARN y poner fondos si eso no sirve para nada’, pero a la vuelta
de los años esos estudios servirán de base para sacar una vacuna en seis meses.
Estas grandes caravanas de migrantes al final están relacionadas con los
huracanes, con el cambio climático, con zoonosis y con problemas políticos. De
nuevo: los grandes problemas de la humanidad son de una enorme complejidad y
solo pueden ser abordados por enfoques interdisciplinarios, globales, abiertos
y colaborativos".
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- Se ve con
preocupación el impacto de la pandemia en la educación. El secreto a voces lo
desnudó un nuevo virus: las brechas existen, y ahora son abismales. ¿Cómo
describen los académicos este escenario a la vuelta de pocos años y su impacto
en la calidad de la labor científica y tecnológica de un país como Costa Rica?
- Es de gran
preocupación. La preocupación son estas generaciones que vamos a perder. ¿Cómo
logramos equiparar la cancha? ¿Cómo lo van lograr estos grupos de gran brecha
digital, que supuestamente están recibiendo educación a distancia, pero que no
tienen los recursos informáticos para hacerlo? Existe un único celular, sin
computadora, sin Internet... Por eso, varias personas dentro de la academia y
las universidades estamos preocupados de que no regresen las clases
presenciales, especialmente en algunas zonas, o que regresen de forma parcial,
justamente para los grupos más alejados y con mayor brecha digital. Hay que
esperar y ver.
"Es un trabajo
permanente por los próximos cinco años. No sé exactamente cuánto, es difícil de
predecir cuán prolongado va a ser el efecto de este año que se perdió. Esa
desigualdad en el acceso al conocimiento y a la educación es muy triste y
preocupante".
- Se ve con
preocupación el impacto en la salud mental. Como científica experta, ¿se
atrevería a lanzar un pronóstico sobre la calidad de la salud mental a la
vuelta de pocos años?
- El pronóstico a
nivel nacional y mundial es gris. Ahora estamos viendo un aumento en trastornos
de ansiedad, depresión y abuso de sustancias. La gran pandemia será ahora la
crisis en la salud mental de la población mundial. Es otra de las políticas que
hay que estar planeando desde ahora. Incluso, en las próximas elecciones, es
importantísimo que los políticos se comprometan con la salud mental.
Necesitamos que la consulta de Psicología o Trabajo Social, o de Psiquiatría
sea vista y sea tan accesible como una consulta en el Ebais.