Ballenas azules
usan su memoria a la hora de migrar e ir por alimento
Según los científicos, la mayoría de
los animales terrestres casi siempre hacen desvíos en sus periplos anuales para
adaptarse a las variaciones de recursos; ellas no.
Agencia AFP. 03/03/2019
La migración de ballenas azules, unos mamíferos de más de 100 toneladas,
ha sido estudiada durante mucho tiempo, pero hasta ahora no se sabía cómo
establecían su itinerario. EFE/Archivo.
Cada primavera, los
animales más grandes del mundo se trasladan desde su estación de reproducción
invernal, a lo largo de Costa Rica, hacia el norte, a la costa oeste de Estados
Unidos para degustar su comida favorita: el krill, un minicrustáceo.
La migración de
ballenas azules, unos mamíferos de más de 100 toneladas, ha sido estudiada
durante mucho tiempo, pero hasta ahora no se sabía cómo establecían su
itinerario: ¿se adaptan para seguir en tiempo real las áreas ricas en kril? ¿O
siempre hicieron la misma peregrinación en las mismas fechas?
Un estudio realizado
por investigadores gubernamentales y universitarios de Estados Unidos,
publicado el lunes en las Actas de la Academia de Ciencias (PNAS), concluye que
es la memoria la que las guía a las ballenas azules, a diferencia de la mayoría
de los animales terrestres, que a menudo hacen desvíos en sus periplos anuales
para adaptarse a las variaciones de recursos.
Como las ballenas, el
krill remonta la costa con la temporada. Pero a veces llega con retraso, o demasiado
pronto. No cambia nada para las ballenas: al parecer, prefieren no arriesgarse
apresurándose para alcanzarlo.
Los investigadores
observaron que su ruta inmutable correspondía al promedio de los picos de krill
en un período de 10 años. "Usan su memoria o su experiencia pasada, como para
cubrirse a sí mismas", dice desde Monterrey (California) Briana
Abrahms, científica de la administración federal de
los océanos, la NOAA, y coautora del estudio.
Sesenta ballenas
fueron monitorizadas diariamente desde 1999 hasta 2008 usando etiquetas
satelitales conectadas por ventosas. Las concentraciones de krill fueron
controladas indirectamente por tres satélites, a través de la concentración de
clorofila en el océano. La clorofila indica la presencia de fitoplancton, de lo
cual se alimenta el krill.
Así, los
investigadores solamente tenían que comparar los calendarios.
Según los
científicos, esta es la primera vez que se establece que las ballenas azules no
ajustan en tiempo real sus migraciones en función del alimento.
Esto puede deberse a
que los océanos varían mucho más que los entornos terrestres, explicó Abrahms. "Los océanos son lugares muy dinámicos",
sostiene.
El punto débil de
esta estrategia es que las variaciones anuales se vuelven extremas con el calentamiento
global, y pueden estar muy lejos del promedio que tanto les gusta a las
ballenas.
"La amplitud de los
cambios amenaza con ir mucho más rápido de lo que las ballenas y otros animales
han tenido para adaptarse hasta el momento", advierte la científica.
Tomado de: https://www.nacion.com/ciencia/medio-ambiente/ballenas-azules-prefieren-no-adaptar-su-ritmo/YV6F7BOBEZHP7J6B56BSCIRENI/story/