Foro: Por un 2021 más digital, exponencial y colaborativo

El desarrollo constante de habilidades técnicas, sin dejar de lado áreas blandas y éticas, toma una alta relevancia en la ruta de evolución país

Erick Díaz Q.. Hace 16 horas

Una de las frases que más leí en redes sociales y en «webinars» de colegas, en los últimos meses, es aquella que, entre «broma y realidad», dice que la pandemia generada por la covid-19 ha sido el factor más decisivo, para impulsar la transformación digital en diversos entornos y áreas.

¿Broma o realidad? Yo me inclino por la segunda interpretación, sin menospreciar el trabajo que muchas organizaciones, academias y gobiernos han liderado, en años recientes, para evolucionar sus declaraciones corporativas, ambientes de trabajo, procesos productivos y cultura hacia esquemas de «organizaciones exponenciales», dentro del marco de la cuarta revolución industrial (4RI).

El concepto de «organización exponencial» nos invita a pensar en resultados que, tradicionalmente podríamos dimensionar como desproporcionados (10x), a partir de la combinación de, entre otros factores, tecnologías y estrategias organizativas disruptivas.

Este concepto fue desarrollado por Salim Ismail, director ejecutivo fundador de Singularity University, en su libro titulado Organizaciones Exponenciales.

Tras un 2020 marcado por retos y que será inolvidable, iniciamos un nuevo año que definitivamente debe potencializar la oportunidad individual, corporativa, académica y pública de evolucionar hacia una mayor transformación digital, con la meta de fortalecer la competitividad nacional y alcanzar resultados innovadores, inclusivos, de bienestar social y exponenciales.

La mejor noticia es que, esta carrera de cambio ya inició en nuestro país y, hoy vemos resultados que deben convencernos de que este tema no se trata de algo del futuro, sino del presente.

Por ejemplo, un sondeo liderado por la Cámara de Servicios Corporativos de Alta Tecnología (CamSCAT) y la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), de mayo pasado —cuando dimensionar el impacto de la covid-19 aún era prematuro— reveló que el 100% de las empresas de servicios corporativos había implementado el teletrabajo en sus organizaciones como medida para evitar la propagación del virus.

Y de ese porcentaje, un 78% confirmó estar trabajando completamente desde las casas, a través de conexiones y herramientas digitales.

Eso sí, hay tarea que hacer por adelante.

Cultura de innovación. Casos de países referentes en materia de transformación digital e innovación, como Israel, nos muestran que crear una estrategia nacional y un ecosistema de innovación es clave.

Para ello, se debe garantizar la participación de diferentes actores, cada uno con su rol definido, según corresponda, y la estrategia debe ser inclusiva.

En materia de regulaciones, debe predominar un sentido de innovación y de agilidad que impulse una economía colaborativa basada cada vez más en herramientas y entornos digitales. Y las alianzas público-privadas deben verse fortalecidas, con gran potencial en materia de formación de talento.

La inversión en investigación y desarrollo (R&D), la actividad de patentes, la educación especializada (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM)) y el bilingüismo, juegan un rol transcendental. Al mismo que la producción de valor agregado, el crecimiento de la productividad país y la densidad de alta tecnología deben destacar como pilares de la estrategia.

Por ejemplo, en Israel, el ecosistema de innovación está conformado por representantes de entidades gubernamentales, academias, empresas multinacionales, startupsy esquemas de inversiones y financiamiento (fondos de capital de riesgo y aceleradores).

Como referencia, ese país cuenta con más de 6.500 startups, superan los 150 fondos de capital y 100 aceleradores, y registra más de 350 centros de investigación y de desarrollo multinacional. Además, es la nación número uno en gasto en investigación y desarrollo como porcentaje del producto interno bruto (PIB), según el ranking Las economías más innovadoras del mundo, de Bloomberg.

Y como centro de su modelo han colocado al ser humano, entendiendo que esta evolución se trata de relaciones entre personas, más allá de negocios entre empresas y países.

En esa misma dirección George Westerman, investigador reconocido por su liderazgo en procesos de transformación, mediante la innovación tecnológica, ha destacado justamente que «la transformación digital necesita un corazón».

A partir de este razonamiento, el desarrollo constante de habilidades técnicas, sin dejar de lado áreas blandas y éticas, toma una alta relevancia en la ruta de evolución país hacia una sociedad más digital, exponencial y colaborativa.

Futuro. Costa Rica dio un paso importante recientemente con la aprobación del proyecto de ley de modernización del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), el cual aporta a la institución flexibilidad para definir y promover capacitaciones técnicas, de acuerdo con las necesidades del mercado y definidas por la cuarta revolución industrial.

De la mano con esa iniciativa, se creó el Fondo Especial de Becas del INA, el cual permitirá dar ayudas económicas a los estudiantes.

Otra noticia reciente es que Costa Rica atrajo 81 nuevos proyectos de inversión en el 2020 (26 nuevas empresas y 55 expansiones), a pesar del impacto de la pandemia, según información de Cinde.

La huella multinacional de clase mundial sigue expandiéndose en nuestro país.

Pero, así como podemos enumerar más resultados, también debemos sumar temas a la lista de oportunidades de mejora.

Es oportuno revisar la «Estrategia de Transformación Digital hacia la Costa Rica del Bicentenario 4.0» y fortalecer el ecosistema de innovación con los actores relevantes y sus respectivos roles.

Temas como la conectividad y la accesibilidad a internet de banda ancha en todo el país, el desarrollo de habilidades técnicas (diseño y desarrollo de tecnología) y blandas (pensamiento crítico y analítico, creatividad, liderazgo y resolución de problemas), el bilingüismo y la apertura de más espacios para crear startups, entre otros, deben seguir siendo impulsados para abrir oportunidades de generación de empleo de calidad, en una economía más basada en el conocimiento.

erickdiaz@gmail.com

El autor es especialista en Comunicación y Dirección Ejecutiva.