Boletín Nº 190 - septiembre 2018
Esclerosis múltiple, nuevas
alternativas para su tratamiento
Con el propósito de encontrar alternativas para mejorar la calidad de
vida de los pacientes con enfermedades crónico degenerativas, especialmente la
esclerosis múltiple, científicos de la Universidad de Colima y de la
Universidad Autónoma del Estado de México trabajan en un proyecto conjunto
encaminado a desarrollar un tratamiento a base de nanopartículas.
En México existen de 15 a 18 casos de esclerosis múltiple por cada 100
mil habitantes; es decir, hay más de 20 mil casos en todo el país. Si bien hace
algunos años no se consideraba una enfermedad común, hoy, conforme ha mejorado
la atención especializada, se ha visto un incremento en la incidencia.
A la esclerosis múltiple se le ha llamado la
enfermedad de las mil caras porque sus síntomas son diversos y sus causas
multifactoriales.
Por Pedro Zamora Briseño
Colima, Colima. 18 de septiembre de 2018
(Agencia Informativa Conacyt).-Narda Isabel Quezada García se sentía muy
bien de salud hasta que en julio de 2011 empezó a experimentar síntomas raros:
gran debilidad en su brazo derecho y entumecimiento momentáneo de la pierna de
ese mismo lado. Su entonces esposo consideró que la causa podría ser el estrés,
idea compartida posteriormente por el médico internista que la atendió y le
recetó tranquilizantes.
Ilustración: Ana Ofelia Yáñez.
Profesora de la Universidad de Colima, a sus 31 años Narda
Isabel estaba en ese tiempo en medio de un proceso para ingresar a estudiar un
doctorado en la ciudad de Guadalajara. "Sí estaba algo estresada, pero no
tanto", recuerda.
Tres días después de estar tomando el medicamento, se
manifestó otro síntoma que le causó mayor preocupación. Estaba dando clases
cuando se le trasroscó la lengua al tratar de pronunciar una palabra que
todavía tiene muy presente: "institucionalizó". Sorprendida, se lo comentó al
médico, quien le dijo que siguiera tomando las pastillas y si continuaban los
síntomas, le mandaría hacer una tomografía.
Cuando le fue realizado el estudio, un hermano de la joven
—médico de profesión—, se preocupó y la llevó a ver a un neurólogo particular
de la capital jalisciense, quien tras ordenar una resonancia magnética nuclear
y otros estudios, emitió el diagnóstico: esclerosis múltiple.
Al escuchar por primera vez el padecimiento que tenía, Narda
Isabel no se preocupó demasiado, pues creyó que era una especie de reuma, pero
su hermano le explicó "con peras y manzanas" que se trataba de una enfermedad
crónico degenerativa autoinmune, incurable, que impide la producción de
suficiente mielina y con el paso del tiempo afecta diversas funciones del
organismo.
El primer tratamiento, una inyección diaria de acetato de
glatiramer, no le funcionó. Aunque era asintomática, periódicamente el
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) le hacía resonancias y no se
registraban mejorías. Le fue cambiado el medicamento a interferón beta de 8
millones, con el que se mantuvo perfectamente tres años, pero después tuvo un
brote en la médula espinal y se le manifestaron síntomas fuertes, entre ellos
incontinencia urinaria, alteración de la vista y problemas para caminar por
afectaciones del lado izquierdo de su cuerpo. Ante la recaída, los
especialistas del IMSS le prescribieron natalizumab, un medicamento muy costoso
que se le aplica a través de un suero cada mes.
Después de permanecer un tiempo en situación de incapacidad
laboral, Narda Isabel Quezada superó los síntomas de la enfermedad y logró que
la Universidad de Colima la transfiriera, por razones de salud, a un área del
Instituto Universitario de Bellas Artes, donde es la responsable del Sistema
Integral de Gestión.
Actualmente es la presidenta de la Asociación de Pacientes
con Esclerosis Múltiple de Colima, en la que participan 18 personas que padecen
la enfermedad.
¿Cómo se manifiesta la enfermedad?
Rafael Rodríguez Salazar, neurólogo clínico de adultos en el
Hospital General de Zona 1 del IMSS en Colima, explica que al tratarse de una
enfermedad autoinmune, la esclerosis múltiple provoca que el sistema
inmunológico del paciente desconozca algunas partículas del cerebro y las
ataque, generando un proceso inflamatorio y destrucción de la mielina.
Las
manifestaciones de la enfermedad, añade el especialista, son muy variadas y
se dan a través de brotes clínicos neurológicos que desaparecen por
temporadas y después suelen regresar, aunque hay pacientes en quienes desde
el primer brote ya no hay recuperación y a partir de entonces sufren
discapacidad progresiva.
En
entrevista, Rodríguez Salazar refiere que la esclerosis múltiple regularmente
se presenta en adultos jóvenes, con un pico de presentación entre las edades
de los 20 a los 45 años, aunque también puede manifestarse en personas
mayores o menores. Entre los tipos de discapacidad que la enfermedad provoca
en el paciente, se encuentran defectos sensitivos, defectos sensoriales especiales,
así como afección visual, motora o en el equilibrio.
La
enfermedad, expone, tiene básicamente dos etapas: una inflamatoria que puede
ser de diez, doce o quince años, periodo en que los fármacos actúan mejor y
el paciente se mantiene estable, pero después viene una etapa
neurodegenerativa, donde empiezan a aparecer manifestaciones de discapacidad,
en las que se puede llegar al uso de bastón, silla de ruedas o estar en cama
de manera permanente.
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Dr.
Rafael Rodríguez Salazar.
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El médico comenta que existen tratamientos muy eficientes en
etapas muy tempranas, de tal manera que la sobrevida y el pronóstico funcional
para el paciente es mucho mejor que hace algunos años, pero se trata de
fármacos de alta especialidad que en ocasiones no se puede disponer de ellos
por el costo económico.
En cuanto a la incidencia de la enfermedad en México, Rafael
Rodríguez señala que el país se encuentra catalogado con una prevalencia
intermedia, con una tasa que oscila entre 10 y 22 enfermos por cada cien mil
habitantes.
En los últimos años ha crecido el diagnóstico porque cada
vez se sabe más de la enfermedad. "Probablemente antes también había
suficientes pacientes que no eran diagnosticados, pero ahorita el avance
tecnológico nos permite, con los estudios adecuados, diagnosticar a un paciente
en una etapa muy temprana; al tener resonancia magnética en casi todo el país,
es más fácil el diagnóstico".
En las últimas dos décadas, los tratamientos iniciales eran
inmunosupresores muy potentes, después aparecieron algunos inmunomoduladores
que ahorita son de etapa inicial, pero también hay tratamientos de segunda y
tercera fase.
Dependiendo
de la evolución del paciente, precisa, puede quedar en terapia base o de primer
piso muchos años con un curso clínico aceptable, pero si la enfermedad tiene un
curso más agresivo, están los tratamientos de segunda fase, básicamente
anticuerpos monoclonales, muy eficaces, con una alta potencia, pero con mayor
riesgo de efectos secundarios, y hay terapias más avanzadas en los casos de
curso maligno.
Sin embargo, aclara el médico, el acceso al tratamiento
depende de qué oportunidad tenga el paciente, "obviamente quienes mayor opción
tienen son los derechohabientes del IMSS e ISSSTE probablemente, pero el sector
salud a través de Salubridad carece de tratamientos de este tipo, ellos
recurren a tratamientos muy básicos que ya tienen varias décadas, que dejaron
de ser la opción adecuada para el paciente".
—¿Y ello qué implica, que sufren un mayor avance de la
enfermedad? —se le pregunta.
—Sí, incluso hasta hace dos décadas los pacientes con este
tratamiento habitualmente entraban y salían del hospital, llegaban ciegos y
tenían que pasar para tratar de recuperarlos, se iban a casa y podían
transcurrir semanas o meses y regresaban paralizados de las piernas, otra vez
se les ofrecía tratamiento y salían a rehabilitación, seguramente mejoraban de
manera parcial o completa, pero unos meses después aparecían de nuevo con este
brote y se les tenía que internar.
Ahorita con las terapias nuevas por lo general los pacientes
son de consultorio, porque tienen terapias que son mucho más efectivas y que
reducen los cuadros clínicos en el paciente, se disminuye la tasa de
discapacidad, la carga lesional y la atrofia cerebral; actualmente las terapias
ayudan a que los pacientes tengan un periodo mucho más largo con escalas de
discapacidad muy bajas y siendo pacientes funcionales, pensando que son adultos
jóvenes en etapa productiva.
Tratamiento a base de nanopartículas
Con el propósito de encontrar alternativas para mejorar la
calidad de vida de los pacientes con enfermedades crónico degenerativas,
especialmente la esclerosis múltiple, científicos de la Universidad de Colima
(Ucol) y de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) trabajan en un
proyecto conjunto encaminado a desarrollar un tratamiento a base de
nanopartículas.
El doctor Óscar González Pérez, coordinador del proyecto,
explica que se trata de un estudio multidisciplinario que involucra a cinco
académicos de ambas instituciones, a través del Laboratorio de Neurociencias de
la Facultad de Psicología de la Ucol y el Instituto de Química Sustentable,
campus Toluca de la UAEM, quienes buscan lograr que un desarrollo
biotecnológico, como la síntesis de nanopartículas, sea probado en modelos
animales con vistas a su uso en el humano.
Dentro de este proceso, los especialistas de la universidad
mexiquense se encargan de hacer la síntesis de nanopartículas, llamados
nanodispositivos, y los académicos de la Ucol los prueban aplicándolos
directamente a tejidos orgánicos.
González Pérez, quien es profesor investigador de la
Facultad de Psicología de la Ucol, detalla que las nanopartículas son
microesferas de oro, pero a esa escala nanométrica pierden sus propiedades,
cambian completamente, el oro deja de ser amarillo y se torna rojizo y
magnético, por lo que a esas nanoesferas se les puede fijar algún medicamento
de diversa índole y ver si se pueden depositar en ciertos tejidos.
"En el cerebro ocurren padecimientos incurables, como el
cáncer cerebral, que es una enfermedad devastadora por la que en un año o año
y medio muere el paciente; las terapias son agresivas y la cirugía también,
entonces queremos pensar que a estas nanopartículas se les pudiera pegar
algún medicamento anticanceroso que al extraer el tumor, el neurocirujano
pueda depositar dentro del cerebro, para que haga efecto de manera local sin
afectar otros órganos como actualmente lo hace la quimioterapia por vía
sanguínea, porque no solo daña el tumor sino también el riñón, el pulmón, el
hígado y el intestino. Una
quimio enfocada sería idónea".
Otro tipo de enfermedades que están siendo consideradas
son las desmielinizantes, hay enfermedades, explica, donde unos aislantes
llamados mielina se pierden, son como cables, y al perderse se hace una
especie de cortos circuitos dentro del cerebro y se generan muchísimos
problemas, son totalmente discapacitantes, no hay cura. Entre esas enfermedades se encuentran la
esclerosis múltiple, encefalomielitis aguda diseminada, esclerosis
concéntrica de Baló, neuromielitis óptica y mielitis transversa persistente.
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Dr.
Óscar González Pérez.
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A juicio del doctor Óscar González Pérez, lo idóneo sería
usar las nanopartículas como un vehículo farmacológico, que se les pueda pegar
una sustancia que favorezca la regeneración de la mielina, depositarla en el
cerebro y que esté toda la vida haciendo ese efecto, porque actualmente esas
enfermedades son degenerativas, crónicas e irreversibles.
"Estamos en etapa muy preliminar —refiere—, ya tenemos
nanopartículas, ya podemos pegarles sustancias y estamos viendo si el cuerpo
del ratón las rechaza o acepta. Primero hay que descartar que sean tóxicas. Los
resultados hasta ahora van bastante bien. Eso nos abre un panorama muy amplio
porque si estos resultados son correctos, y estamos prácticamente seguros de
que así va a ser, eso nos permitiría dar el siguiente paso, que es tener un
modelo de ratón con una enfermedad y darle las nanopartículas con la sustancia
regenerativa y ver si empieza a mejorar".
Indica que "idealmente, queremos que el cáncer se pueda
curar o al menos convertirlo en enfermedad crónica tipo diabetes, que la
persona muera con su cáncer, pero no a causa de él".
El proyecto busca incidir inicialmente en los circuitos más
simples, en la parte motora de la enfermedad, pues "una de las cosas que
pierden primero los pacientes es la coordinación, no pueden escribir, empiezan
a perder capacidades motoras, la movilidad fina, esos circuitos son delicados
(...) Después, la enfermedad ataca toda la función cerebral: la vista, el oído,
la capacidad de concentración, esas funciones son muy complejas y serían el
siguiente nivel".
Actualmente, dice el investigador, hay medicamentos que
hacen que la enfermedad se retrase: mejoran los pacientes pero no se curan;
eventualmente van a terminar con daño, porque lo que se hace ahora es prolongar
el tiempo en el cual la persona va a tener discapacidad permanente.
A juicio del especialista, si las nanopartículas funcionan
bien con el medicamento, se proveería al cerebro de la capacidad para que se
autorregenere de manera continua, y quizá al combinar las nanopartículas con el
medicamento convencional, la persona todavía puede prolongar más su periodo de
discapacidad permanente o simple y que muera con su enfermedad desmielinizante,
no a causa de ella.
Incidencia y primeros resultados
La esclerosis múltiple, recuerda González Pérez, ataca a
jóvenes de 25 a 35 años por alguna razón que no se ha podido determinar, además
de que ataca más a las mujeres que a los hombres, en una proporción de tres a
uno o cuatro a uno.
Eduardo Lira Díaz.
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"Por eso es tan triste, ataca a la persona en la mejor
etapa de la vida, la más productiva, cuando está estudiando o trabajando,
cuando quiere hacer una vida, una familia, cuando tiene mayor vigor. Tristemente estas personas al
llegar a los 50 años prácticamente están discapacitadas: usan bastón, están
en silla de ruedas; la enfermedad en 20 años ya desgastó el cuerpo, genera
incontinencia, traen pañales después de los 40, algunos con ceguera o
debilidad visual, por eso es que nos interesamos en este tema de las
enfermedades desmielinizantes y esclerosis múltiple, que es básicamente la
más frecuente".
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Eduardo Lira Díaz, estudiante de la maestría en ciencias
médicas en la Ucol y colaborador del proyecto, indica que en la actual fase de
la investigación el propósito es darse cuenta si las nanopartículas pueden
servir como vehículo farmacológico, por lo que primero se está analizando qué
ocurre con ellas cuando son introducidas al sistema nervioso central (SNC).
"Estamos evaluando las respuestas de las células, los
astrocitos y las microglías, que responden rápidamente y son la primera línea
de defensa en caso de que se detecte un daño. Lo estamos haciendo de acuerdo
con dos parámetros: aumento de sus poblaciones y sus cambios morfológicos, que
son los más importantes, pues cuando hay un daño, las células empiezan a
cambiar en su morfología y, en algunos casos, dependiendo del daño, también hay
proliferación".
Lira Díaz explica que hasta ahora los primeros resultados
encontrados con los experimentos en ratones son positivos, ya que en el caso
específico de microglías no hay aumento de población ni cambios morfológicos
significativos, lo que quiere decir que ese componente autoinmune se está
autorregulando y no hay un daño provocado por la presencia de las
nanopartículas, o no es tan severo para que ese estímulo persista.
En relación con los astrocitos, refiere, ellos sí aumentan
su población significativamente ante la presencia de las nanopartículas, pero
tampoco hay cambios morfológicos significativos. Sobre los cambios, en las
microglías a los siete días se observa la recuperación, mientras que en los
astrocitos esta se produce a los 90 días.
Hasta ahora, con la observación en microscopio, los
investigadores no han detectado algún daño en el sistema nervioso central como
consecuencia de las nanopartículas, aunque según Eduardo Lira Díaz es la parte
preliminar, pues faltan estudios genéticos y moleculares para corroborar que no
está ocurriendo ningún daño.
Si una vez que concluyan todas las etapas del proyecto las
nanopartículas son aceptadas por el sistema nervioso central como vehículos
farmacológicos, los investigadores se enfocarían en trabajar en el tratamiento
de enfermedades como esclerosis múltiple, pero después podrían ir a otras como
Alzheimer, Parkinson y después se extenderían a otras, dado que la
aplicabilidad es amplia.
Actualmente,
concluye Eduardo Lira Díaz, ya se aplican nanopartículas en antitumorales, pues
"lo importante es que se evite la administración sistémica de fármacos, porque
pueden estar afectando otro tipo de células, provocando efectos secundarios; la
ventaja del uso de las nanopartículas es que podrían reducirse los efectos
secundarios".
La enfermedad de las mil caras
A la esclerosis múltiple se le ha llamado la enfermedad de
las mil caras porque sus síntomas son diversos: dificultades para caminar y
para enfocar la vista, visión doble, alteración de la sensibilidad en brazos o
piernas (hormigueo, entumecimiento o calambres), complicaciones para controlar
la orina o las evacuaciones, disfunción sexual y fatiga que se manifiesta como
falta de energía que lleva a las personas a no poder levantarse de la cama o
disminuir sus actividades, señala un reporte emitido por la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM) en mayo de 2017.
De acuerdo con la neuróloga de la Facultad de Medicina de la
UNAM, Irene Treviño Frank, en México existen de 15 a 18 casos de esclerosis
múltiple por cada 100 mil habitantes; es decir, hay más de 20 mil casos en todo
el país. Si bien hace algunos años no se consideraba una enfermedad común, hoy,
conforme ha mejorado la atención especializada, se ha visto un incremento en la
incidencia.
La esclerosis múltiple es un padecimiento del sistema
nervioso central, en el cual se forman cicatrices por inflamación; esto es
secundario a una respuesta anormal del sistema inmune, que ataca estructuras
propias del organismo en lugar de combatir, por ejemplo, infecciones, como debe
ser su función. Dicha reacción deteriora no solo la estructura, sino la función
del SNC; entonces el paciente presenta síntomas variados,
que dependerán de la zona donde se formen las placas, agregó la neuróloga.
El reporte de la institución educativa, registrado bajo el
número UNAM-DGCS-375, indica que la esclerosis múltiple se vincula con
cuestiones genéticas, pero también con factores del ambiente, como una menor
exposición a la radiación solar, deficiencia de vitamina D, tabaquismo, exceso
en el consumo de sal, antecedentes de infecciones por virus, sobre todo
mononucleosis infecciosa y otros del grupo herpes.
Hasta ahora no se ha determinado una causa aislada para la
esclerosis múltiple, sino una combinación de elementos, por eso se dice que es
una enfermedad multifactorial. A nivel mundial, este padecimiento es más común
en mujeres, con una proporción de dos por cada tres casos; afecta a adultos de
entre 20 y 40 años de edad, es crónica e incurable. La expectativa de vida se
reduce en promedio siete años, "de ahí que haya adultos mayores con esclerosis
múltiple que la adquirieron alrededor de los 20 años de edad", precisó la
especialista.
Además, tiene gran impacto porque afecta a población
económicamente activa, y si no se controla a tiempo, puede generar
discapacidad. Recientemente se ha visto que algunos pacientes presentan
problemas de la función cerebral cognitiva, dificultad para concentrarse y en
la velocidad con que procesan la información.
Al referirse a las alternativas de tratamiento, Irene
Treviño Frank refirió que algunos pacientes han establecido estrategias de
ahorro de energía para realizar sus actividades cotidianas: "Llevan una agenda,
organizan su tiempo, evitan estar en la calle cuando hace calor, porque esto empeora
los síntomas, y procuran no deshidratarse". Además, deben estar al tanto de sus
citas, de sus medicamentos y del surgimiento de nuevos síntomas; en suma, tener
un autocuidado, además de mantenerse activos laboral y físicamente.
En el aspecto clínico, el tratamiento se divide en tres
partes: "Uno se utiliza cuando aparecen síntomas nuevos, nosotros les llamamos
brotes, y se tratan con medicamentos que desinflaman rápidamente el cerebro.
Otro es para controlar el sistema inmune con el fin de que no aparezcan tantas
placas, a esto le llamamos terapia modificadora del curso de la enfermedad".
Una tercera parte es el tratamiento de los síntomas y aquí
se incluyen medicamentos que pueden ayudar a disminuir los problemas
ocasionados por la esclerosis múltiple, así como a mitigar la fatiga, angustia,
calambres, ardores o piquetes. Todo esto va acompañado de rehabilitación.
El tratamiento en el cual se hace más énfasis es el
modificador de la enfermedad, que busca mantenerla controlada; se inicia
después de establecer el diagnóstico y lo ideal es mantenerlo en el curso de la
afección, destacó.
Conmemorado el último miércoles de mayo, el Día Mundial de
la Esclerosis Múltiple es una iniciativa impulsada por la Federación
Internacional de Esclerosis Múltiple. En algunos países como México, uno de los
objetivos es hacer conciencia al respecto; además, se pretende favorecer la
inclusión de los pacientes a la vida laboral cotidiana, que se mantengan
activos, que conozcan su enfermedad y participen en equipo con su médico.
Existen muchos retos en relación con la esclerosis múltiple. Se procura mayor
acceso a los tratamientos y se apoya la investigación para seguir en la
búsqueda de una cura, "pero esto todavía no es una realidad", concluyó la
neuróloga.
Ilustración: Ana Ofelia Yáñez.