Boletín Nº 179 - Octubre 2017
Brasileño premiado por cultivo
sostenible de caña de azúcar
Crédito de la
imagen: FAO
De un vistazo
Brasileño
recibió distinción mundial por sus aportes al uso eficiente de fertilizantes
El premio
se entrega anualmente en el Día Mundial de los Fertilizantes
Se
distinguió su aporte en la reducción de emisiones de gases de efecto
invernadero derivadas del cultivo de caña de azúcar
Por sus aportes a la
reducción de emisiones de gases de efecto invernadero derivadas del cultivo de
caña de azúcar, el científico brasileño Heitor Cantarella recibió el premio mundial IFA Norman Borlaug (13 octubre), que anualmente distingue a un
investigador cuyo trabajo se haya destacado en el área del uso de fertilizantes.
El premio, que se
entrega en el Día Mundial de los Fertilizantes —celebrado en la fecha en que el
químico alemán Fritz Haber descubrió la síntesis de amoníaco en 1908—,
reconoció el trabajo de Cantarella, que permitió
disminuir en 95% las emisiones del óxido nitroso asociadas al cultivo de caña.
Esta planta, aunque se
utiliza para producir bioetanol —y así reducir la quema de combustibles
fósiles— libera óxido nitroso, que causa un efecto invernadero casi 300 veces
mayor que el causado por una molécula de dióxido de carbono.
Para reducir la
liberación de óxido nitroso, los fertilizantes utilizados en la labranza
desempeñan un papel significativo. Por eso, el científico creó un método que,
durante el cultivo de caña, incluye el uso de inhibidores que impiden la
transformación de la urea —fertilizante más utilizado en la agricultura
brasileña— en gas carbónico, e inhibidores de nitrificación, que bloquean la
transformación de amoníaco en nitrato.
Brasil es el mayor
productor de caña de azúcar del mundo y principal exportador de etanol, el
biocombustible que abastece a 40% de los vehículos del país.
Pero "si no
controlamos las emisiones asociadas a la producción del etanol, podremos perder
los beneficios en la sustitución de los combustibles fósiles. El papel del uso
de insumos es importante para adoptar prácticas mitigadoras", afirmó a SciDev.Net Cantarella, director
del Centro de Investigación y Desarrollo de Suelos y Recursos Ambientales del
Instituto Agronómico de Campinas.
Como signatario del
Acuerdo de París, Brasil tiene entre sus desafíos reducir las emisiones en 43%
para 2030. Y hacer que el cultivo de caña de azúcar sea sostenible puede
contribuir a ello.
Para cumplir con los
compromisos internacionales, el gobierno brasileño discute actualmente el Renovabio, política de regulación de biocombustibles que
establece metas de reducción de las emisiones.
"La racionalización
del uso de fertilizantes encamina la producción de la caña, y en consecuencia
el etanol, hacia un commodity más sostenible, con
valor para la sustitución del combustible fósil", afirma el físico Newton La Scala Junior, de la Universidad Estadual Paulista.
Pero además del uso racional de fertilizantes,
en el cultivo de caña persisten problemas como la quema de los residuos de paja
en la cosecha, que es responsables de la emisión de CO2
y problemas respiratorios debido al humo y el hollín.
Las alternativas para el uso de este residuo están en estudio para
producir energía. Sin embargo, LaScala y otros
investigadores también han investigado beneficios de dejarlo sobre el suelo,
como la disminución de la erosión y su utilidad como nutriente.
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