Boletín Nº 178 - Septiembre 2017

Dr. José María Gutiérrez imparte conferencia en la Academia Nacional de Ciencias sobre daño tisular inducido por veneno de serpiente

El pasado miércoles 20 de setiembre el Dr. José María Gutiérrez, miembro de la Academia Nacional de Ciencias dio una conferencia titulada "Daño tisular inducido por veneno de serpiente".

El Dr. José María Gutiérrez es microbiólogo, investigador del Instituto Clodomiro Picado, de la Universidad de Costa Rica y profesor catedrático de la Facultad de Microbiología de dicha universidad, donde imparte docencia de grado y posgrado en Inmunología, Métodos de Investigación, Bioquímica y Patología Celular.

En la conferencia el Dr. Gutiérrez explica que el envenenamiento por mordedura de serpiente constituye un problema de salud pública muy importante en todo el mundo, especialmente en países de África, Asia y América Latina. Las serpientes al morder inyectan una secreción tóxica muy especializada que se llama veneno,  este veneno tiene múltiples componentes, en el caso de las serpientes de la familia viperidae, es decir de las víboras, tales como la terciopelo en nuestro país tienen una serie de acciones tóxicas en el organismo que son muy complejas serias, a nivel local es decir en el sitio donde ellas muerden e inyectan el veneno se produce una reacción o patología  muy compleja caracterizada por destrucción de los tejidos, en términos médicos esta destrucción de los tejidos es llamada necrosis, pero también ocurre sangrado o hemorragia, dolor, inflamación que se manifiesta como hinchazón o edema. Además de lesionar las células musculares, los vasos sanguíneos, y de provocar inflamación, estos venenos también afectan otras estructuras como la piel produciendo ampollamientos así como también los vasos linfáticos impidiendo que haya un drenaje adecuado del líquido que se acumula en los tejidos.

Todo este cuadro es inducido por diferentes tipos de componentes en el veneno, los más importantes de ellos son las metaloproteinasas, que son enzimas proteolíticas que degradan muchos componentes del tejido y también las fosfolipasas que son enzimas que hidrolizan o degradan fosfolípidos. Al ingresar al organismo estas metaloproteinasas y fosfolipasas producen toda esta serie de patologías y alteraciones locales las cuales tienen el problema que se desencadenan rápidamente después de la mordedura de manera que en pocos minutos o en horas la persona puede tener una lesión local muy importante. Esta lesión local va avanzando y si la persona llega a tiempo al hospital y se le administra suero antiofídico el avance de esta lesión se detiene, sin embargo, si a la persona le toma mucho tiempo llegar al hospital o la cantidad de veneno inyectada ha sido muy grande, esta infección local puede llegar a proporciones muy importantes en las extremidades comprometidas.

Explica que el problema principal de esta patología local que producen los venenos como el de la terciopelo es que, si la destrucción es muy grande, el tejido no se regenera bien, por lo que las personas una vez superado el riesgo de muerte quedan con un tipo de lesión o secuela permanente como pérdida de tejido muscular, inmovilidad en una extremidad, debilidad, dolor crónico y otra serie de alteraciones que conllevan no solo un problema biomédico sino también un problema social y psicológico. Los sueros antiofídicos son el mejor tratamiento para prevenir este efecto, sin embargo, si la persona demora mucho en llegar al centro de salud ya el efecto patológico local se va a haber desarrollado.

Por lo tanto, lo que se está buscando en términos terapéuticos es encontrar inhibidores que sean capaces de bloquear estas toxinas y que se puedan inyectar en el campo muy rápidamente después de la mordedura, así si una persona es mordida puede recibir estos inhibidores a nivel local, para posteriormente trasladarse a un centro de salud y recibir el suero antiofídico.

El Dr. José María Gutiérrez explica que en el Instituto Clodomiro Picado trabajan en investigaciones sobre estos temas y considera que lo explicado anteriormente sería el futuro idóneo en el tratamiento de la mordedura de serpiente.