Boletín Nº 169 -
Noviembre 2016
Reto para América Latina: qué
hacer con sus doctorados
Crédito de
la imagen: Curt Carnemark /
Banco Mundial
De un vistazo
Brasil, México y Argentina,
miembros del G20, invierten poco en CyT comparados con sus pares
Aumentar inversiones
nacionales en I+D requiere combinar esfuerzos públicos y privados, señala
informe
Acoplar conocimiento a
desarrollo social es otro desafío importante para países latinoamericanos
[BUENOS AIRES]
"Hay dos problemas acuciantes para los países latinoamericanos: cómo acoplar el
conocimiento al desarrollo social, algo que no se da
naturalmente en América latina porque no hay demandas productivas. Y el otro es
que para que exista esa demanda hay que insertar doctores en ese sector para
poder recurrir a ellos", afirma el ministro de Ciencia de Argentina, Lino
Barañao, al referirse al informe de Innovación 2016 del Grupo de los 20.
El informe
diferencia los países más potentes y que más invierten en ciencia y tecnología de los latinoamericanos incluidos en el G20
(Brasil, México y Argentina) que resultan más débiles en ese sentido.
"Aumentar las inversiones nacionales en I+D requiere combinar esfuerzos públicos y privados. En las economías más
desarrolladas, el sector de negocios gasta más en ese punto", sostiene el
documento, que destaca ese tema como imprescindible.
"Todos los
países formamos más doctores que lo que los sistemas pueden absorber. En
Argentina tenemos unos 1200 becarios por año y entran 300 investigadores, hay
que saber qué se hace con los que se forman. Alemania y Corea del sur lo
hicieron con demanda privada; ni hablar de la sinergia de Silicon Valley, se
da una conexión natural", agrega Barañao.
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"Hay dos problemas acuciantes para los
países latinoamericanos: cómo acoplar el conocimiento al desarrollo social, y
cómo insertar doctores en ese sector para poder recurrir a ellos".
Lino Barañao, ministro de Ciencia, Argentina
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Uno de los
asuntos que encara la ciencia regional y Barañao en particular (sobreviviente a la gestión del gobierno
anterior de
Cristina Kirchner, de opuesto signo político al presidente Mauricio Macri) es
qué hacer con la gran cantidad de investigadores formados en la última década y
que no tienen "inserción productiva" ni son ya solventados por los Estados.
En el diálogo con
SciDev.Net remarcó que su idea es cambiar la sensación de que "la ciencia es como
la sinfónica del teatro Colón", algo que está bien pero no tiene mayor impacto
como —afirma— no lo tuvieron los premios Nobel argentinos Bernardo Houssay y
Luis Leloir. En ese sentido destacó trabajos conjuntos con empresas privadas como esfuerzos valiosos.
Diego Hurtado,
titular de historia de la ciencia en la Universidad Nacional de San Martín e
investigador del Conicet, ve un panorama menos alentador por el nuevo contexto
político regional.
"El informe del
G20 explica que el ministerio de ciencia está evaluando cómo medir I+D privada,
pero en los ocho primeros meses de 2016 la política del actual gobierno
argentino produjo una caída de la actividad industrial superior al 5 por ciento
y se orientó decididamente a favorecer a los sectores financieros y primarios
de la economía".
Para Hurtado, "es
el carácter trasnacional de las economías latinoamericanas, lo que explica en
buena medida la desconexión histórica entre investigación y sectores productivos".