Boletín Nº 169 -
Noviembre 2016
Acidificación de los océanos:
una amenaza global
Por Karla Navarro
Ensenada, Baja
California. 26 de septiembre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Fortalecer la alianza académica entre países de América Latina
para el estudio y evaluación de un fenómeno ambiental con repercusiones a nivel
global fue uno de los principales resultados del 2o Curso Latinoamericano sobre
la Acidificación de los Océanos, celebrado este mes en nuestro país.
El curso
teórico-práctico, que tuvo como sedes el Centro de Investigación Científica y
de Educación Superior de Ensenada (CICESE) y la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), contribuyó con el entrenamiento de
estudiantes procedentes de 15 países latinoamericanos.
A través del
financiamiento de la Agencia Internacional de Energía Atómica, se logró reunir
en México a especialistas de Suecia, Francia, Estados Unidos e Inglaterra que
participaron en el curso como profesores.
Al término del
curso, los asistentes concluyeron que establecer internacionalmente protocolos
estandarizados de investigación facilitará el intercambio de datos y la
obtención de un panorama regional de los impactos de la acidificación de los
océanos en América Latina.
¿Por qué estudiar la
acidificación de los océanos?
En entrevista con
la Agencia Informativa Conacyt, Victoria Díaz
Castañeda, organizadora del curso e investigadora del Departamento de Ecología
Marina del CICESE, explica que las actividades humanas como la quema de
combustibles fósiles, la deforestación y la producción de cemento —sobre todo a
partir de la Revolución Industrial— son algunos de los factores que han
incrementado de manera significativa el dióxido de carbono (CO2) en la
atmósfera y los océanos captan alrededor de la tercera parte de esas emisiones.
El dióxido de carbono absorbido por el
océano se traduce en un descenso en la acidez (pH) del agua de mar, lo que a
su vez altera la disponibilidad de iones carbonato y dificulta la formación
de estructuras de carbonato de calcio, proceso conocido como calcificación.
Diversos organismos forman estructuras de este mineral, como los corales,
moluscos, equinodermos, crustáceos, poliquetos, foraminíferos y algunas
algas, explicó Díaz Castañeda.
Como resultado, estas especies pueden
reducir su crecimiento y su capacidad reproductiva y, aunque subsistan a los
cambios químicos del agua, algunas partes de su organismo pueden ser más
frágiles como consecuencia de la acidificación del océano, lo que las puede
hacer más vulnerables a la depredación, agregó.
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Dra. Victoria Díaz
Castañeda.
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"El cambio
climático es un problema actual, bien identificado y urge un plan de reducción
de emisiones de CO2, así como promover la investigación en acidificación de los
océanos, los efectos, los impactos, adaptación, mitigación. Debemos proteger
los servicios ecosistémicos, la productividad del
océano y la sustentabilidad en nuestro planeta", aseveró la investigadora.
Fortaleciendo la metodología
Pedro Medina
Rosas, estudiante mexicano, y Celeste Sánchez Noguera, estudiante
costarricense, ambos asistentes del curso, practicaron en equipo con la
utilización de calceína, un marcador que evidencia el
crecimiento de organismos calcificadores, en este
caso de almejas, poliquetos, abulones y larvas de erizo.
Con un análisis
comparativo, pudieron observar que los organismos que se encontraban en un
ambiente normal lograban crecimiento, lo que no ocurría, o lo hacían en menor
medida, aquellos que fueron expuestos a la reducción del pH.
"La parte
experimental era principalmente un ejercicio pero nos
permite darnos cuenta de la complejidad que tiene este tipo de experimentos, no
son cosas como la gente piensa, tan fácil, eso conlleva varias situaciones
adicionales", opinó Celeste Sánchez Noguera.
Como parte de
otro de los cuatro equipos que se conformaron en el curso, Francisco Navarrete Niebla,
estudiante ecuatoriano, y Luisa Saavedra, estudiante chilena, participaron en
una práctica para observar los efectos de la acidificación oceánica en la
eficiencia de la fecundación en una especie clave y económicamente relevante:
el erizo de mar.
Navarrete Niebla
explicó que para ello se hizo una fertilización en diferentes condiciones de pH
y analizaron la eficiencia de la fecundación a nivel esperma-óvulo, así como
también con gametos por separado, sometidos a condiciones de acidificación
previa a su fecundación.
"Lo interesante
que se planteó en la práctica es la idea de poder aplicar el experimento ya
bien desarrollado, cada uno en su país, con sus especies, y al final podríamos
hacer una evaluación de cómo va funcionando el sistema", añadió el estudiante.
Capacidad para
investigar
Para José Martín
Hernández Ayón, investigador y docente del Instituto de Investigaciones Oceanológicas (IIO) de la UABC y coordinador del evento por
parte de la universidad, el hecho de que el curso se celebre en Latinoamérica
demuestra que existen los recursos humanos y de infraestructura necesarios para
hacer estudios de primer nivel.
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Mencionó que
desde 1990 y con la creación del Laboratorio de Oceanografía Química del IIO,
se han desarrollado estudios del ciclo del carbono que actualmente son útiles
para analizar la acidificación oceánica.
"Tenemos en
común eso los tres países norteamericanos: la corriente que empieza desde
Canadá hasta México y eso nos ha incentivado a que participemos con gente de
Estados Unidos y Canadá, con ellos hemos estado trabajando desde 2007",
apuntó.
Agregó que a
nivel local se trabaja en la capacitación de estudiantes para que aprendan
las técnicas y se desarrollen proyectos y publicaciones desde nivel de
licenciatura hasta doctorado.
Red latinoamericana
"La
acidificación del océano es un problema global, afecta a todos los países en
todo el planeta, eso tiene una gran diferencia con otros de los problemas
ambientales que pueden estar existiendo en nuestros países: problemas
globales implican soluciones globales", sostuvo Cristian Vargas Gálvez,
académico de la Universidad de Concepción en Chile.
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Relató que la
investigación en acidificación del océano inició en el mundo principalmente por
países de Europa y en Estados Unidos, pero ha crecido de forma exponencial en
los últimos años en Latinoamérica, donde se comienzan a evaluar los impactos en
los ecosistemas marinos de cada uno de los países.
Subrayó que los
ecosistemas marinos latinoamericanos presentan una amplia gama de ambientes y
además hay una serie de servicios ecosistémicos que
podrían verse en riesgo frente a los cambios que están ocurriendo en el océano,
provocando un impacto directo en actividades como la acuacultura, el turismo y,
en general, la extracción de recursos del mar.
Ante este
escenario, se ha venido impulsando la creación de una red latinoamericana de
acidificación del océano que cada vez incorpora a más países, tarea en la que
el 2o Curso Latinoamericano sobre la Acidificación de los Océanos hizo su
aportación.
"La red tiene por
objetivo colaborar, apoyar a aquellos países que aún no inician la
investigación en acidificación del océano, estandarizar protocolos para que
podamos compartir la información y así poder tener una visión un poco más
global de cuáles son los cambios que está experimentando el océano y de esa
forma hacer llegar esta información a quienes son los que toman las
decisiones", finalizó Cristian Vargas.
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