Boletín Nº 183 - Febrero 2018
Los datos revelan sesgos y desigualdades que cuesta aceptar
¿Por qué niegan la brecha de
género en ciencia aunque la tengan delante de sus
narices?
Los números muestran que las
investigadoras publican menos, obtienen menos financiación y progresan menos en
su carrera. Sin embargo, hay quienes siguen pensando que la brecha de género es
una construcción ideológica. El primer paso para solucionar el problema es
creer que existe, algo más difícil de lo que parece entre parte de la comunidad
científica.
Sergio Ferrer | | 13
febrero 2018 13:00
Aunque haya datos y estudios
científicos que muestran la existencia de una brecha de género en ciencia y
tecnología, muchas personas la siguen negando. Este negacionismo
respecto a la brecha de género es, a su vez, un fenómeno analizado por estudios
científicos. / Fotolia
En los últimos años,
numerosos estudios han analizado la existencia, alcance y causas de la brecha
de género en ciencia y tecnología. Hay menos
investigadoras que publican menos, obtienen menos financiación y progresan menos
en su carrera. Los
datos apoyan la existencia de un sesgo del que algunos todavía dudan incluso
dentro de la comunidad científica. ¿A qué se debe tal negacionismo?
"Con este tema a los
científicos nos cuesta mucho actuar como científicos, no como personas, y
reconocer que nuestros sesgos son reales", comenta a Sinc
la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Teresa Valdés-Solís. "¡Cómo va a pasar esto si la ciencia es
objetiva y los concursos de méritos son todos iguales! ¡Es imposible que mi
juicio sobre un currículo dependa del género!", bromea esta doctora e ingeniera
química.
El escepticismo se
diferencia del negacionismo en que, mientras que el
primero pide evidencias, el segundo las rechaza. Esta actitud ya ha sido
estudiada en relación con el cambio climático, el fracking,
la evolución biológica y la energía nuclear. En 2015, un estudio en la revista The ANNALS of the
American Academy of Political
and Social Science analizaba hasta qué punto la política
domina las opiniones sobre ciencia. Sus autores mostraban que el partido al que votamos, nuestra ideología
política, los valores personales y la religión desempeñan un papel fundamental
para decidir qué hechos aceptamos y de cuáles dudamos.
El negacionismo respecto a la brecha de género en ciencia y
tecnología también ha sido analizado. Un trabajo publicado en 2015 en la
revista científica PNAS reveló que los hombres son más críticos con los estudios que apoyan la brecha de
género que con aquellos que la niegan.
|
Los hombres son más críticos con
los estudios que apoyan la brecha de género que con aquellos que la niegan
|
|
|
|
|
|
|
En el estudio
participaron más de 700 personas, hombres y mujeres, de las que unas 200
pertenecían a la comunidad científica. Cada voluntario leyó o bien el resumen
de un artículo científico real que demostraba la existencia de una brecha de
género en ciencia y tecnología, o bien un resumen modificado para negar dicho
sesgo. En ambos casos, debían evaluar la calidad de la investigación que tenía
delante.
Los resultados
mostraron una mayor falta de objetividad por parte de los participantes
masculinos. Los hombres aceptaban los falsos trabajos ‘antibrecha’,
pero eran mucho más críticos con aquellos que la defendían. Este sesgo resultó
especialmente fuerte entre los investigadores.
Para Valdés-Solís,
además de existir un sesgo de confirmación que hace que prefiramos los
argumentos que nos dan la razón, hay "cierto desprecio por estudios
sociológicos, sobre todo entre los campos de ciencias más duras que, a su vez,
son los más masculinizados".
Un 5% de
cambios de opinión
Otro estudio,
publicado en la revista Psychology of Women Quarterly, indagó sobre cómo reaccionan
hombres y mujeres ante las
noticias relacionadas con la brecha de género en ciencia y tecnología. Para
ello, el equipo de investigadoras de la Universidad Skidmore
(EE UU) hizo aquello que nunca hay que hacer: leer los comentarios de internet.
A partir de tres
artículos con perspectiva de género publicados en The New York Times, Discover Magazine y IFL Science, analizaron 831 comentarios para determinar el
sexo de su autor y su posicionamiento sobre el tema.
Hay cierto desprecio por estudios sociológicos, sobre todo entre los
campos de ciencias más duras que, a su vez, son los más masculinizados
|
El trabajo contaba
con limitaciones evidentes: es difícil determinar el sexo de los internautas
y, además, estos solo son representativos de la parte de la población que
escribe comentarios en internet; pero también extrajo estadísticas
interesantes. Por ejemplo, que un 22% de comentarios justificaba la
existencia del sesgo y, de ellos, entre un 79 y un 88% provenían de hombres. La mayoría (59,8%)
utilizaba explicaciones biológicas para defender su argumento.
|
|
|
|
También es cierto que
la mayoría de los comentarios (67,4%) estaba de acuerdo con la existencia de
una brecha de género, pero de estos solo el 29% pertenecía a hombres. Un 5% del
total aseguró que había cambiado de opinión tras leer el texto y de esta
minoría el 67% eran hombres. Por el otro lado, el 100% de los comentarios que
mostraban gratitud por el estudio fueron de mujeres.
Media mundial de la proporción
de hombres (rosa) y mujeres (azul) en educación superior e investigación de
2008 a 2014. Los datos muestran que la proporción de mujeres cae en el
doctorado y la carrera investigadora. / UNESCO
El
espejismo de la biología
"Las mujeres son el
28% de los investigadores del mundo", recuerda la responsable del Área de
Investigación y Conocimiento de la Fundación "la Caixa", Sonia Garcinuño, citando datos
de la UNESCO. Los
números, en su opinión, pueden engañar si miramos carreras de dominio femenino
como Biología, Farmacia y Medicina, cuando "el problema está en Física,
Matemáticas y las ingenierías". También si nos centramos en países más
equitativos como España, donde las investigadoras alcanzan el 39%
del total.
El caso de la
Biología, con más de un 60% de biólogas, no refuta la existencia de una brecha.
"La gente vinculada a ciencias de la salud suele argumentar que hay muchas
profesoras de Biología, pero no se fijan en que pocas llegan a catedráticas,
rectoras o directoras de Organismos Públicos de Investigación", lamenta Garcinuño.
La negación no es
exclusiva de los hombres. "Muchas mujeres dicen ‘yo no me he sentido
discriminada, las cuotas son lo peor, yo quiero que me valoren por mi
capacidad’. Luego te das cuenta de que no son así
las cosas, que te valoran por tu mérito, pero luego tienes unas dificultades
añadidas que ellos no tienen", asegura Valdés-Solís. Y pone como ejemplo los
datos del CSIC, el mayor organismo público de investigación de España, que
tiene un 35,7% de mujeres investigadoras, "pero la proporción no es la misma
al ascender en la escala de poder", recuerda. En 2017, este organismo nombró
a su primera
presidenta en sus 78
años de existencia.
|
Hay muchas profesoras de
Biología, pero pocas llegan a catedráticas, rectoras o directoras de
Organismos Públicos de Investigación
|
|
|
|
|
|
|
¿Cómo lograr que
alguien acepte la existencia de prejuicios? Un studio
publicado en la revista Journal of Experimental Social Psychology pidió
a sus participantes que evaluaran una serie de currículos de campos científicos
y tecnológicos. Cuando los investigadores les mostraron que habían evaluado
negativamente a una mujer en comparación con un candidato de idéntico
currículo, se sintieron culpables y aseguraron que tendrían en cuenta este
sesgo en el futuro. La mejor forma de eliminar los prejuicios es ser consciente
de que existen.
La brecha en números
En el último
curso, el 54% de los estudiantes que se graduaron en carreras de ciencia en
la universidad fueron mujeres, según datos del Ministerio
de Educación que
excluyen Psicología, ciencias sociales y de la salud, así como ingenierías.
Este porcentaje
varía mucho según la especialidad. Un 64% de
biólogas, un 56% de
químicas, un 47% de
matemáticas, un 37% de
geólogas y un 28% de
físicas. Las
diferencias son mayores en las carreras tecnológicas, con un 16% de
informáticas y un 31% de
ingenieras.
La brecha se
ensancha conforme avanza la carrera científica. Según la UNESCO, ese 54% de
graduadas en ciencia pasa a un 49% futuras
doctoras para
terminar siendo un 40% de
investigadoras. Las
catedráticas de ciencia son algo más del 21% del
total, menos del
13% si miramos en
ingeniería y arquitectura.
Estas diferencias
se mantienen en organismos públicos como el CSIC. Las mujeres representan
el 35,7% del personal investigador funcionario, pero solo el 18,4% son
directoras.
Garcinuño explica que estos números promueven un efecto
Mateo de
acumulación: "Para hacer un proyecto científico necesitas financiación, que
se da a quien tiene más publicaciones. Como los hombres tienen más
publicaciones porque son más, obtienen la financiación, así que publican;
como publican, obtienen más financiación Es un círculo".
|
Zona geográfica: España
Fuente:SINC
|
|